Así perciben los académicos a las editoriales en Colombia
By: Felipe Abondano
Photos: URosario https://doi.org/10.12804/dvcn_10336.42751_num7
By: Felipe Abondano
Photos: URosario https://doi.org/10.12804/dvcn_10336.42751_num7
Publicar y ser leído es difícil. Lo es aún más en el universo de la investigación científica, en especial el de las ciencias sociales. Meses o años de investigaciones que pretenden dar luces sobre los desafíos que enfrenta el país, incluso el mundo, pueden terminar archivados en anaqueles y sótanos donde los demás no buscarán jamás. ¿Qué factores influyen para que una investigación sea considerada valiosa, de calidad y pertinente? ¿Cuánto de ello corresponde a una percepción de la calidad académica?
Para entender a profundidad este fenómeno los investigadores Juan Felipe Córdoba-Restrepo, director de la Editorial Universidad del Rosario; Elea Giménez Toledo y Jorge Mañana Rodríguez, del Grupo de Investigación sobre el Libro Académico (Ilia) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC); y Esteban Giraldo González, de la Universidad Carlos III de Madrid, condujeron un estudio titulado Calidad y prestigio de la edición académica. El caso colombiano, publicado en la revista Signo y Pensamiento de la Universidad Javeriana.
Dibujar el mapa editorial colombiano
El objetivo de este estudio fue delimitar el panorama del sector editorial académico en Colombia haciendo énfasis en identificar aquellas editoriales reconocidas por la academia. Se buscó no solo determinar cuáles son las editoriales nacionales e internacionales más prestigiosas en este contexto, , sino también evaluar la relación entre prestigio y calidad en el ejercicio de divulgar el conocimiento.
Para responder a sus planteamientos, el grupo de estudio hizo un análisis detallado de la tipología y el origen geográfico de estas editoriales académicas destacadas. Así mismo, efectuó un estudio comparativo con los resultados de encuestas realizadas en España, con el propósito de identificar algunos aspectos relacionados con la circulación y el reconocimiento de libros en español, para generar así una visión más amplia y contextualizada del panorama editorial académico en el ámbito de la lengua castellana.
Los resultados del estudio demuestran que en el imaginario de los investigadores colombianos existen solo 167 editoriales nacionales especializadas en la publicación de sus trabajos investigativos o académicos, aunque en realidad hay más 300, y de estas apenas unas cuantas son las que ellos consideran que tienen prestigio y calidad.
Por otro lado, el análisis de los autores concluye que el formato predominante en Colombia para divulgar las ciencias humanas y sociales es el libro, mientras que para las ciencias básicas y aplicadas lo son las bases de datos y las revistas. Esto, en su concepto, limita el espectro de divulgación de las humanidades y las ciencias sociales, y puede impedir que la academia colombiana multiplique sus publicaciones.
Sumado a ello, en Colombia las publicaciones académicas están limitadas al quehacer universitario, mientras que en el panorama internacional las editoriales privadas o comerciales, por lo general, cuentan con una línea académica que facilita la divulgación del conocimiento. Entonces, si prestigio y calidad van de la mano y solo las universidades publican, el número de espacios reconocidos o de confianza para mostrar los trabajos es reducido.
Juan Felipe Córdoba-Restrepo, director de la Editorial
Universidad del Rosario e investigador del estudio
Calidad y prestigio de la edición académica. El caso
colombiano.
El desafío metodológico
El estudio se basó en una encuesta enviada a 2.426 académicos colombianos mediante la cual se indagó por el perfil del investigador, su conocimiento sobre las editoriales y colecciones académicas colombianas, las editoriales académicas extranjeras, y las colecciones académicas colombianas. Finalmente, les preguntaron acerca de las características que consideraban identificatorias del prestigio y la calidad de una editorial.
Los investigadores crearon listados de editoriales colombianas y extranjeras, las integraron al cuestionario y así pudieron explorar cuáles de ellas eran conocidas por los académicos. Igualmente, les solicitaron a los encuestados ordenarlas según su propia calificación de prestigio.
Así, obtuvieron 408 respuestas por parte de los académicos vinculados al estudio, caracterizados por ser profesionales y docentes especializados en ciencias humanas y sociales, con trayectorias sólidas en diferentes instituciones de educación superior del país. Dichos participantes fueron identificados y seleccionados a través de las vicerrectorías y unidades de investigación de las 167 organizaciones educativas categorizadas y certificadas como universidades.
¿Qué entendemos por “calidad académica”?
El ejercicio de esta encuesta arrojó que las investigaciones en humanidades y ciencias sociales en Colombia están principalmente concentradas en la publicación de libros en editoriales universitarias. En este sentido, el prestigio y la calidad de dichos organismos está asociado al prestigio de las universidades a las que pertenecen y están aliadas. Así lo demuestran estas cifras del seguimiento: según los encuestados, la editorial más prestigiosa en ciencias sociales y humanas a nivel nacional es la Editorial Universidad Nacional de Colombia (Editorial Unal), seguida por Ediciones Uniandes y la Editorial Universidad de Antioquia (Editorial UdeA). Para el caso de las editoriales extranjeras, el Fondo de Cultura Económica (FCE) encabeza la lista, seguido de Oxford University Press y Elsevier.
La Universidad Industrial de Santander (UIS), la Universidad de La Salle y Ecoe ediciones cierran la lista de las más reconocidas en el contexto nacional, de acuerdo con el estudio. Las últimas extranjeras enlistadas fueron Wiley, Taylor & Francis Group y Anthropos Editorial.
Los autores destacan que en Colombia las editoriales más prestigiosas son aquellas afiliadas a las universidades, mientras que las extranjeras con esta característica son, en su mayoría, las no universitarias. Esto obedece a que las editoriales comerciales nacionales suelen no construir líneas académicas fuertes y a que las universidades, por lo tanto, se vieron en la necesidad de desarrollar sus propias publicaciones para poder divulgar sus investigaciones.
Cabe anotar que la encuesta permitía evaluar si las respuestas estaban atravesadas por el sesgo de haber participado en publicaciones de dichas editoriales. Es interesante observar que ciertas editoriales de renombre muestran calificaciones más bajas cuando la evaluación se limita a la perspectiva de los investigadores en general. Contrario a lo anterior, hay editoriales que obtienen una posición más favorable cuando se toma en cuenta la opinión de aquellos que han publicado previamente en sus plataformas. Este hallazgo resalta la importancia de considerar diversas perspectivas y experiencias al evaluar el prestigio y la calidad de las editoriales en el contexto académico.
Las cifras obtenidas permiten identificar de qué países provienen las publicaciones más reconocidas por los académicos colombianos. Encabezan la lista España, Estados Unidos y Reino Unido, y la cierran Israel, Portugal y conglomerados de países indistintos.
Así mismo, para explorar el concepto de prestigio se pidió a los académicos que indicaran qué factores son más o menos importantes para configurar el prestigio de una editorial. El más votado fue “calidad científica de los libros publicados”, mientras que el menos votado fue “premios recibidos por la editorial”.
Una apuesta a futuro
El estudio concluye que es posible proponer un primer acercamiento al panorama editorial-académico colombiano. Si bien, la metodología y los resultados permiten crear un mapa de las editoriales, los actores y las formas de publicación más acogidas y activas en la producción de conocimiento a nivel nacional, el trabajo también permite abrir la puerta al reconocimiento de formas de publicación que a veces quedan por fuera de los rankings internacionales y no reciben la misma atención que las publicaciones de las revistas indexadas.
Los investigadores reflexionan sobre su medio para comprender no solo quién pública y dónde, sino también cómo el mismo medio académico evalúa y califica canales de divulgación de la producción científica.
De esta manera concluyen que para poder tener reconocimiento y visibilidad es necesario estandarizar las formas de evaluación de las publicaciones y así poder hablar de calidad más allá del prestigio.
El equipo del estudio manifiesta que “desarrollar fuentes completas de datos sobre la edición de libros académicos en español es una tarea relevante para hacer visible y reconocida la actividad científica de los investigadores que escriben sobre sus resultados de investigación, así como la de los editores que transf orman estos textos en libros”.
Con esto en mente, se hacen evidentes dos cosas: en primer lugar, que el estudio no solo pretende hacer visible una práctica editorial y académica que trasciende la tendencia internacional de publicar artículos en bases de datos (como Web of Science de Clarivate Analytics, y Scopus de Elsevier) y recurren al libro como forma de divulgación de conocimiento. En segundo lugar, la investigación subraya la importancia de promover plataformas de publicación de alta calidad para disminuir así la brecha entre editoriales españolas y latinoamericanas, así como entre estas y las publicaciones anglosajonas. Igualmente, este tipo de estudios ayudan a combatir la dispersión de la información y permiten entender el mundo de las editoriales en Colombia, especialmente en lo que se refiere al universo académico.
Por ejemplo, las editoriales con mayor prestigio provienen de dos escenarios bien diferenciados: el de la lengua española, con editoriales provenientes principalmente de España, México y Argentina, y el de la lengua anglosajona, con editoriales estadounidenses, inglesas, holandesas y belgas, entre otras. La encuesta desveló que la calidad de las publicaciones es la variable más valorada por los investigadores y será sin duda el factor clave para poner a Colombia en un lugar en esa lista de las calificadas como prestigiosas.
En opinión del consenso del estudio, únicamente con la construcción sistemas de información basados en contexto y evidencia podremos favorecer la calidad de la edición de conocimiento en español y en otros idiomas. Esfuerzos como el de este trabajo, que permite conocer lo que existe en el país y cómo es valorado, son un primer paso muy importante para crear nuevos modelos nacionales de evaluación y producción del conocimiento. Otro ejemplo inspirador nos lo da el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) quienes desde 2019 han organizado el Foro Latinoamericano sobre Evaluación Científica (FOLEC-CLACSO) y ya va por su tercera versión, siempre con el apoyo, entre otros, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de México y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.