Del Digesto latino al Reader’s Digest
El que mucho abarca...
Un libro que lo abarca todo es una enciclopedia, como sabemos todos desde el colegio. Ya en la universidad, los estudiantes de Derecho oyen una palabrita rara, aplicada a una antigua compilación de leyes. En efecto, el trabajo de codificación, ordenado por Justiniano (483-565), recibió el nombre de Pandectas (si ud. habla griego) o Digesto (si prefiere el latín). Pandectas había sido el nombre de un diccionario universal o enciclopedia, trabajado por Tirón (liberto de Cicerón) y Doroteo. Haciendo etimologías toscas, “pandectas” (πανδέκται: pandéktai) significa “que recibe todo” o donde cabe todo[1]. Eso por el lado griego. Por el latino, la palabra digestum[2]se relaciona con el verbo digerere, que significa "dividir, distribuir" (un libro por títulos o capítulos, por ej.) y "digerir", claro. Es decir, “digesto” sería un libro distribuido en títulos.
Título íntegro del Corpus, incluidas las Pandectas.
Latín actual.
Andando el tiempo, nos topamos con el latinajo por allá en 1922, cuando DeWitt Wallace, hijo de un filólogo clásico, empleó su convalecencia de la Primera Guerra Mundial en seleccionar y editar materiales de varias revistas. A la manera de sus predecesores, dio a luz un Digesto: el Reader’s Digest.
Primer número de la revista, en febrero de 1922.
Vida de las palabras.
Consultando el DLE, resulta que "digesto: colección de textos escogidos de juristas romanos" solo se usa en el ámbito jurídico. El Merriam-Webster, en cambio, indica que digest es palabra corriente en inglés.