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Zaran Nawiku, el médico de La Sierra

Jairo Hernán Ortega Ortega, MD

portada

Zaran Nawiku es de apellidos Robles Izquierdo, pero sus verdaderos apellidos eran Busintana Gumuketana.

Lo que sucedió es que antes de la Constitución del 91 los indígenas colombianos no podían portar sus apellidos verdaderos, tradicionales; las brigadas dispuestas por la Registraduría Nacional les iban acomodando e imponiendo los nombres y apellidos, “occidentales”, que primero se les ocurrieran. Y como Robles e Izquierdo quedaron sus padres y abuelos.

Lamentable, no solo desde el aspecto de derechos humanos y dignidad, sino del poético y espiritual. Busintana significa “líderes”, y Gumuketana, “buenas mujeres tejedoras”. Zaran hoy tiene 29 años, esposa y dos hijos. En ellos continúa la poesía emanada de los vientos frescos y abrazadores de La Sierra Nevada de Santa Marta; su hijo mayor se llama Cheringumu Arukwin Maku, o sea “el árbol de la vida”, y el “Dios del más allá” es su hijo menor Newr Newa Maku. El nombre de su esposa, Gunkeywia, significa “mujeres del pasado”. Nada más poético.

Allí no se detienen las musas ni las diosas de las palabras de la Sierra. “Trabajador de la tierra”, Awin Maku, es el nombre de su padre, y Bunkwomeywia, el de su madre, lo cual se traduce como “primeros rayos del sol”. Nada más hermoso.

Casado hace diez años, hoy su esposa se encuentra en La Sierra y él en la ciudad. Ella está con sus hijos haciendo lo que los Arhuacos deben hacer: vivir su cultura para ser felices, echar raíces y que permanezca en el tiempo.

Desde pequeños tienen la concepción de que espiritualmente pueden impulsar e implantar ideas de acuerdo a sus creencias para transmitirlas a sus hijos. Cuando los padres de Zaran supieron que venía en camino a esta vida, hicieron un trabajo espiritual donde comprendieron y sintieron que él sería quien tendría un conocimiento diferente al de la Medicina Tradicional Arhuaca; que iba a ser algo parecido a un médico con formación diferente a la tradicional. Por eso cuando nació Zaran Nawiku, el Mamo adivinó el nombre y lo nomina así, lo cual significa: “hombre que puede aprender diferentes conocimientos”. Los Mamos son quienes dan los nombres a los Arhuacos. Entre otras cosas la denominación Arhuaco es dada por antropólogos, el nombre real de esta etnia es IKU (esta U, en la escritura original tiene un guion atravesado y suena como UJ).

Zaran desarrolló su vida en Nabusimake, poblado ubicado en La Sierra Nevada de Santa Marta en la zona enclavada hacia el departamento del Cesar, a 2600 metros sobre el nivel del mar. Comunidad netamente Arhuaca, direccionada por los Mamos y Autoridades propias. Allá no hay policía ni ejército. Esa regencia se sigue respetando, y por eso Zaran está estudiando en una Universidad privada bogotana, para ayudar a que eso perdure. Hasta los seis años estuvo con la mamá. Sus padres se desempeñan como profesores interculturales, en Nabusimake; dan las clases en primaria en lengua Arhuaca, y también enseñan el español.

Estudió en Piñunke, de primero a quinto de primaria, luego en Busingiko que es el colegio secundario. Busingiko significa “lugar donde perdura el conocimiento”, “el ombligo del conocimiento”. En el año 2001, en plena violencia, que también sufrieron las comunidades indígenas, las Autoridades y los Mamos decidieron que no iban a volver a tener clases, a pesar de que los profesores de esos colegios son pagados por el estado; muchos llevados desde Bogotá o de otras ciudades de Colombia. Fue un momento difícil, ese año no tuvieron clases porque los Mamos decidieron que todos debían dedicarse a un proceso de meditación para estar equilibrados espiritualmente, con el objetivo de soportar y superar las arremetidas violentas de los diferentes grupos armados que asediaban La Sierra. De esa forma pudieron fortalecer su unidad como comunidad.

Los Arhuacos son muy fuertes como comunidad, obedecen a un gobierno central y a los Mamos; eso los ha hecho ser fuertes contra los grupos armados, las incursiones indebidas del mundo occidental y del mismo estado. También en acciones contra la minería, deforestación o el turismo indebido.

Cuando un Mamo habla, se obedece su mandato. Ese año sólo se hizo trabajo espiritual con excelentes resultados, según manifiesta Zaran. Terminó el grado 11 a los 17 años. En ese momento estudiar medicina era un sueño. Le gustaba mucho. Cuando en Santa Marta veía un médico eso lo llenaba. Pero económicamente era difícil poder estudiar esa carrera; aún más difícil, despegarse del lugar donde ha vivido toda la vida.

Estuvo vinculado a la escuela de Mamos de Medicina Tradicional, de Medicina Arhuaca. Allí aprendió muchas cosas durante un año. Esta medicina, al igual que la formal, necesita de mucho tiempo de dedicación para ser aprendida. A los 19 años decide casarse. A su esposa la había conocido hace tiempo, pero oficializó el compromiso, para que durante un mes el Mamo los preparara. El Mamo es la persona más importante dentro de la comunidad; el Mamo es la última instancia para todo y es quien está conectado espiritualmente con la naturaleza. Es la única persona que puede decidir sobre todo, así los demás estén o no de acuerdo.

A su esposa la conoció desde la primaria, con gran relación y conocimiento entre las dos familias, pero tienen que gustarse, no es un casamiento forzado. Se tiene un acercamiento y deben estar en acuerdo de parte y parte. Lo primero que le toca al hombre es ir donde el Mamo y comentarle la decisión de casarse y con quién para ver qué piensa él de eso. De inmediato el Mamo se dispone a ver si espiritualmente están conectados, porque la espiritualidad y el equilibrio son lo primordial en la pareja y los empodera. Para los Arhuacos no existen personas poderosas si no están casadas. El Mamo dice que cuando el hombre está casado está completo. Allá no existen líderes, ni médicos, ni profesores, solteros.

Con mucho gusto Zaran llevó a su esposa con el Mamo el cual los preparó durante un mes, como un curso pre matrimonial, pero de un mes. En ese mes no sólo está involucrada la pareja sino que también participan las dos familias. Entonces los cinco hermanos de Zarin y sus padres, y los cinco hermanosde Gunkeywia y sus padres se vincularon al proceso; además, todos los familiares que quieran participar, pueden hacerlo. Entonces, en un momento dado de la preparación al matrimonio, puede haber unas cien personas.

Lo primero que se hace es el paso espiritual de liberación. Luego hay que buscar elementos que deben tener para el resto de la vida. Uno de los elementos principales, que es función del hombre y no de la mujer, es encontrar la Chocua; esa Chocua es una piedra que se debe conseguir en la laguna más grande de La Sierra Nevada de Santa Marta: Naboba. Naboba significa “madre del tejido”. La laguna se ubica a 5100 metros a nivel del mar yes una madre para los Arhuacos, es una mujer. Quien se va a casar debe ir a ella a buscar la piedra. La misión o función de la piedra es que al momento de casarse y empiecen a tener relaciones sexuales, en cada uno de esos momentos, la fuerza espiritual que se emplea no se vaya dejando en cada lugar, sino que se catalice a través de la piedra.

El viaje de la búsqueda de la piedra, dura de tres a cinco días, y mientras el novio hace ese viaje, se deben tejer cuatro mochilas por parte de la familia de los novios; intervienen la novia, las mamás, las hermanas, en un trabajo muy familiar. Awin Maku, padre de Zaran, fue quien lo acompañó en la búsqueda de la piedra. El dinero no vale nada en esos momentos. Tampoco las dotes se acostumbran en la comunidad Arhuaca, para ellos la fuerza espiritual es lo más importante. Ya con la Chocua elegida y encontrada, se reúnen durante dos semanas con el Mamo, quien les da consejos, les enseña a vivir, a comportarse, a ser partícipes de la vida en pareja y en comunidad para hacerlo y practicarlo durante toda la vida porque en la cultura Arhuaca el divorcio no existe. Después de todo el mes de preparación, el futuro esposo se muda seis meses a convivir donde la familia de la futura esposa, y luego lo hace la esposa donde la familia del futuro esposo, también durante seis meses. Entonces no son dos muchachos que se enfrentan solos a la vida, sino que toda esa preparación es de enseñanza de los diferentes oficios necesarios para la vida matrimonial, familiar y comunitaria.

Las mujeres enseñan a tejer mochilas y prendas, además de los oficios del hogar, mientras los hombres enseñan el trabajo y las labores del campo y dela tierra. Únicamente después de esos trece meses de preparación se lleva a cabo el ritual del matrimonio y se puede dar inicio a las relaciones sexuales. Eso impactó a Zaran al llegar a Bogotá y conocer el comportamiento de muchos de los jóvenes citadinos. Para los IKU el tema de los novios, noviecitos, amigos con derechos o marinovios, no tiene cabida. Ellos creen que la parte sexual es sagrada para cada persona. Sólo tienen relaciones sexuales al casarse. Es un control social que conlleva a que las personas no se casen a muy temprana edad.

El ritual del matrimonio, la celebración, comienza con una buena comida, una buena fiesta, compartiendo el elemento (la Chocua) y se agradece todo eltrabajo espiritual que no son otra cosa que retribuciones a la madre naturaleza; los participantes toman semillas y realizan el Gangabe que es interpretar mentalmente a la naturaleza, por ejemplo comunicarse con el padre sol para retribuir espiritualmente y conservar el equilibrio.

Los hijos vienen al instante. Se casan y deben tener un hijo. Los hijos son la mayor alegría, significan riqueza, poder, estatus. Nunca es un problema tener un hijo, tener muchos hijos es ser una persona muy importante y muy poderosa.

Zaran vivía muy bien en La Sierra, aunque admira y valora los aportes occidentales, pero considera que en La Sierra se vive mejor que en cualquier lugar del mundo.

Al terminar el grado 11 del bachillerato, Zaran se vinculó a las Autoridades tradicionales Arhuacas. Cuando iban los entes y personalidades del estado, él cumplía el papel de secretario, escribiendo actas y traduciendo los diálogos y mensajes. En un momento dado la Universidad del Rosario visitó la comunidad; hablar de la Universidad del Rosario en la comunidad Arhuaca es hablar de una universidad reconocida y respetada, una universidad cumplidora. Todos en La Sierra saben qué es la Universidad del Rosario. No solo la Facultad de Medicina ha estado vinculada, también Jurisprudencia, Administración, Política y Relaciones Internacionales y otras, al realizar un proyecto de restauración histórica del patrimonio de lacomunidad indígena Arhuaca. Les dieron oportunidad a otras universidades y organizaciones, pero la Universidad del Rosario cumplió a cabalidad el proyecto y además lo culminó, lo concluyó.

El Rosario hizo una investigación de cómo la comunidad Arhuaca fue impactada por la religión católica, a través de la misión Capuchina, desde el año de 1916 hasta el de 1983, tratando de evangelizar a los indígenas y cómo los grandes líderes y Mamos se resistieron a ese proceso de evangelización. Los investigadores escudriñaron documentos en Valledupar, Santa Marta, España y El Vaticano. En esos documentos los Arhuacos comunicaban que los estaban agrediendo en su espiritualidad y creencias. La investigación fue seria, concluyente y, lo más importante, se presentó a la comunidad; esto fue de impacto y valorado de gran manera. Después de esto “los mayores” decidieron no dar una cabida tanamplia a otras instituciones.

El libro que documentaba toda la investigación se lanzó en La Sierra, en Nabusimake, que es el lugar más importante de La Sierra para los Arhuacos porque es “el lugar donde nacieron el sol y la tierra”. Al lanzamiento acudieron los Mamos y autoridades de La Sierra, autoridades civiles y estatales y los representantes de la Universidad del Rosario. Dentro de ellos estuvo el Dr, Leonardo Palacios, en ese entonces Decano de la Facultad de Medicina y también Decanos y representantes de otras Facultades. Zaran recuerda con sentimiento, que le manifestó al Dr. Palacios su deseo de estudiar Medicina y que él le contestó que existían todas las posibilidades siempre y cuando fueran aunadas a las necesidades de la comunidad Arhuaca. No olvida que el Dr. Palacios quedó de esperarlo en Bogotá con los brazos abiertos para colaborarle en todo lo que pudiera.

A Zaran le parecía un sueño. Se lo comunicó a los Mamos y a “las autoridades”. Ellos evaluaron su vida y lo autorizaron. En Bogotá, Zaran contactó a Caso Kapu, un Arhuaco que había estudiado Derecho en el Rosario; él le colaboró para ubicar al Dr. Palacios. Reunió los documentos y las pruebas del ICFES. El Dr. Palacios le comentó que habían tenido indígenas que no habían podido terminar los procesos académicos y que le preocupaba que él se fuera sin cumplir el objetivo de ser médico. Le aconsejó hacer el Curso Premédico. Zaran siguió el buen consejo, pero se tropezó con problemas de dinero, por lo que pensó en regresar a su tierra. Sin embargo la familia lo apoyó y alentó (vendiendo las vacas y el café) para que cumpliera su sueño. Zaran acepta que los inicios fueron duros. Aprobó el Premédico con notas mayores de 4.

Tuvo asesoría psicológica por parte de la Universidad y concursó por una beca. Incluso le aconsejaron optar por otra carrera. Pero lo más claro que tenía Zaran era ser médico para ayudar a su gente. No quiere que piensen que lo favoreció el hecho de ser indígena, a él le tocaba competir en igualdad de condiciones que los demás aspirantes. Valora que dentro de lo evaluado para otorgar la beca se tenga muy en cuenta a la persona y su proceso de vida. Entendió que lo más valioso que tenía era ser fiel a sus tradiciones. Esto pesó mucho para que le concedieran una Beca del 90%, con la condición de no perder materias. Lo ha cumplido. Considera que le ha cumplido a la Universidad, a su comunidad y a él mismo.

Se siente contento de haber aprendido de los profesores, de la Universidad, pero también de sus compañeros. De igual modo cree que ha enseñado mucho, como indígena, como Arhuaco. Ha dado testimonio de su cultura, sus creencias y de su lucha por la preservación de La Sierra Nevada de Santa Marta. Lo ha manifestado en todos los hospitales donde ha rotado.

Considera buena su relación con sus condiscípulos, aunque en algunos momentos no dejó de haber quien le dijera que los indígenas son parásitos del gobierno, que quieren que todo se les dé; que por qué anda con esos “trapos” encima (el traje tradicional Arhuaco), que si es para que le tengan pesar o preferencia. Zaran no se detiene en esas cosas que considera nimiedades y respeta a quienes así lo enfrentan porque tal vez desconocen el significado real de las cosas. Afirma que los Arhuacos son así, y que él, como IKU siempre seguirá siendo así, pues sus valores son inamovibles.

Nunca olvida lo que experimentó cuando, estando en tercer semestre, se le acercó una compañera, que no era tan allegada, y le manifestó que de él había aprendido a cambiar el concepto negativo que tenía de las comunidades indígenas, y que admiraba su experiencia de vida, su espiritualidad y su manera positiva y transparente de enfrentar la vida. En una ocasión tuvo la oportunidad de invitar a La Sierra Nevada de Santa Marta a veinte de sus compañeros; la experiencia fue maravillosa y enriquecedora para todos.

De la ciudad le impactó la dificultad en la movilidad y el hecho de que el tiempo no alcanza para muchas cosas, a diferencia del tiempo en La Sierra donde en un día puede trabajar, caminar, sembrar, atender a sus hijos, ir a la huerta, atender a los animales, mambear. Ya no le presta interés a que en las calles volteen a mirarlo con curiosidad por vestir el Muku (traje tradicional) y la Tutusoma (gorro).

Actualmente Zaran cursa el Internado, está en XI semestre. Lo que más le gusta es la Medicina Interna. La parte clínica es la que lo llama. Una vez se gradúe de Médico, quiere complementar la Medicina Tradicional de sus ancestros con la Medicina que ha estudiado y aprendido en el Rosario. Le da valor a ambas y manifiesta que en su comunidad la gente se enferma menos, en comparación al resto de la población. Cree que será muy valioso su aporte médico a los Arhuacos. En unas vacaciones, al volver a La Sierra, el Mamo médico estaba tratando a una mujer de 80 años; ya llevaba quince días de manejo con proceso espiritual sin que mejorara; el Mamo le solicitó a Zaran intervenir; al auscultar los pulmones de la enferma, Zaran diagnosticó una Neumonía. Convino con el Mamo en complementar el proceso espiritual con un tratamiento con antibióticos; la enferma mejoró.

Su objetivo es llevar la Medicina occidental a su comunidad, pero sin agredir la Medicina Tradicional de sus gentes. Lo considera un desafío. Por esoen su internado especial planilló tres meses de Salud Pública. Sueña con fusionar el manejo espiritual con el médico, concientizar a sus paisanos y que recíprocamente los Mamos acepten lo mejor para su comunidad, con el objetivo de salvar más vidas.

Ve que su fortaleza es que hace parte de la comunidad y que su formación médica facilitará que esa comunidad acuda con mayor participación a las brigadas y jornadas que ofrecen los estamentos municipales, departamentales o nacionales de salud. Al no ser ajeno a su tierra el acercamiento facilitará la implementación de programas sanitarios porque escuchará y lo escucharán. La medicina de primera mano dentro de la comunidad seguirá siendo la Arhuaca y la medicina por él aprendida, en la facultad, será la alternativa. Nunca valorará un enfermo sin que previamente haya sido evaluado por el Mamo. Afirma que con su medicina propia han sobrevivido, pero que no pueden rechazar las otras medicinas.

Para los Arhuacos la Coca es una mujer. Una mujer hermosa, dicen los Mamos. Una mujer que cualquier hombre que la ve quiere ir a su presencia, por ser linda y con una energía buena, trabajadora, admirable. Pero es peligrosa si no se maneja según la tradición y las costumbres. Lo que usan es la hoja de Coca deshidratada, para mambear. La hoja de Coca es una mujer, una mujer que alimenta el alma del hombre. Es el vínculo entre el mundo material y el mundo espiritual. Solo la consumen los hombres, las mujeres no. El único momento donde la hoja de Coca puede ser utilizada por una mujer es en la medicina, cuando hace parte de un tratamiento médico tradicional. De resto no, las mujeres no mambean.

La Sierra Nevada de Santa Marta, para las cuatro comunidades que la habitan - Arhuacos, Koguis, Wiwas y Kankuanos - , es el corazón del mundo, el lugar que mantiene vivas a las demás partes del mundo. Como el corazón, manda su sangre a todo el mundo y recibe sus impurezas para ser limpiadas. Los Arhuacos son aproximadamente 50.000, los Koguis 15.000, los Wiwas 8.000, de los Kankuanos no hay certeza de su número, porque han sido los más golpeados por la sociedad occidental, han perdido hasta su lengua. A todas estas comunidades, a través de la historia, les ha tocado defenderse de la colonización y también de los grupos armados, ahora el enemigo es otro, es la minería y su depredación ambiental. Se defienden a partir de la unidad, para ellos La Sierra es intocable y la cuidan hasta con la vida, así los tilden de ir contra el progreso, Su principal argumento es el de la conservación de la madre naturaleza y por eso el destino de La Sierra es innegociable y lo que quieren es que todas las personas del mundo la defiendan.

La música tradicional de La Sierra es la interpretación de todos y cada uno de los elementos de la naturaleza, la lluvia, los pájaros, el viento, el mar, interpretada a través de los tambores, el carrizo (flauta), las maracas y los cantos. Bailan alabando los fenómenos naturales, por ejemplo, la danza de la lluvia o la del sol. Por su relación con Valledupar escuchan Vallenato.

Zaran agrega que quiere agradecer todo el apoyo que la Universidad y sus directivas le han brindado durante su proceso de formación profesional, y porque le han permitido mantenerse como él es, ya que al apoyarlo también apoyan a su comunidad y cree que eso impactará en su permanencia y desarrollo como pueblo, más aún cuando otras personas como él puedan tener las mismas oportunidades, para que los IKU y La Sierra nunca desaparezcan.

En lo personal quiero manifestar que entrevistar a Zaran fue una grata, conmovedora y sentida experiencia; nunca había sentido emanar tanta paz, tranquilidad, honestidad, verdad y sencillez de una persona. Su espiritualidad y humanismo trascienden cualquier frontera o escenario y su alma y la de sus ancestros se refleja en las blancas fibras de su atuendo tradicional, el Muku y el Tutusoma, que, como me contó Zaran, representan “el lugar donde vivimos”, o sea, “los picos nevados de La Sierra”.

NOTA: Agradezco a la Dra. Catalina Latorre, profesora principal de carrera del Departamento de Salud Pública de la Universidad del Rosario, pues fue quien, hace ya algunos meses, me insinuó que debería escribir sobre Zaran Nawiku, el médico de La Sierra.