Los pilares del jasidismo
David Alejandro Rosenthal
El movimiento o la rama judía de corriente ideológica ultra ortodoxa viene de Ucrania y Bielorrusia principalmente. Desde el Siglo XVII, el Rabino Israel Ben Eliezer más conocido como el Baal Shem Tov, que significa “Quien posee un buen nombre”, iluminó a la comunidad judía ashkenazi con sus múltiples enseñanzas y su gran sabiduría mediante un trabajo extenuado en el aprendizaje de la “Torah”.
El jasidismo tiene un sentido místico importante y el libro base es el “Tania” obra del Rebbe Shneur Zalman de Liadi, además la Kabbalah de los Maestros jasídicos es de un gran nivel místico. La raíz de jasidismo es “Jadut” que quiere decir -Piedad- palabra clave en el entendimiento de nuestro papel como hombres y nuestro sentido en el universo que Hashem mismo creó para todos. Jasidut es la acción que se refiere a la práctica permanente que tienen los jasídicos por la piedad o bondad. La piedad y la bondad es más que una Mitzvot para quienes siguen las maravillosas enseñanzas del Baal Shem Tov, del Rabino Shneur Zalman de Liadi o del Rabino Najman de Breslev, como del gran Maestro Menajem Mendel Schneerson, más conocido como el Rebbe de Lubavitch. El jasidismo se divide de acuerdo al Rebbe o Admor al que sigue, como los antes mencionados. A cada maestro (rabino) se le llama Admor y el conjunto de estos Admorim. El Admor es el Jefe, el Maestro y el Rabino. Asimismo los jasídicos son observantes de forma ceñida de los preceptos (Mitzvot) de la Torah y de la observación estricta de la Halajá.
Foto 1: Baal Shem Tov-dominio público.
La Kabbalah anteriormente nombrada es un centro del estudio jasídico. La piedad (Jasid) es una de la Sefirot que son los componentes del Árbol de la vida que es la Torah y así mismo de la Kabbalah. Jesed está interpretado por la mano derecha en la Anatomía Sagrada del hombre que tiene una conexión directa con Hashem. La mano derecha a su vez está ligada a lo que se denomina “Ietzer Tov” que es la “Buena Inclinación” la misma que hace que haya o que se mantenga la - Presencia Divina- y la que se encarga de nuestra rectificación del Nefesh (alma).
La Bondad o la Piedad es una característica sagrada de Hashem y uno de sus nombres es “El Piadoso”, ergo, para tener esta cualidad se debe empezar por la - Humildad- las comunidades jasídicas viven en completa austeridad en lugares aislados de los Goy (gentiles) y se caracterizan por hablar el Yiddish que es una lengua de raíz germánica, eslava y semita, por lo que contiene palabras tanto en ruso como en alemán y en hebreo.
Rabino Shneur Zalman de Liadi-dominio público.
Los Pogroms, que eran ataques evidentemente antisemitas, racistas, nacionalistas y xenófobos, eran en principio el robo y desalojo a comunidades judías en Europa oriental (más que todo Rusia, Ucrania y Bielorrusia). La mítica historia escrita por Sholom Aleichem, escritor judío ruso que llevó sus relatos sobre “Tevye el lechero” a ser reconocidos a nivel mundial, con el -Violinista en el Tejado- escrito todo originalmente en Yiddish y en el contexto en el cual nació el Jasidismo.
Debido a los Pogroms que sufrieron los antepasados de los judíos hoy jasídicos y de otros de la rama Ashkenazi, los Rabinos y los Javerim, se afianzaron de manera correcta y fuerte al Talmud (Torah oral) y a la Halajá (La ley rabínica). Debido no sólo a los ataques de los ya mencionados Pogrom, sino también a que las comunidades se habían dedicado más a la parte académica-secular que a la Torah misma junto a la parte espiritual y mística.
El Baal Shem Tov, fundador del jasidismo y uno de los grandes Jajamim (sabios) ganó a sus adeptos dentro de la comunidad judía de la época porque además de su gran fuerza y carisma espiritual y de sus conocimientos místicos, fue un revolucionario de la época sobre todo porque enfrentó a los líderes judíos de aquel entonces que eran hombres adinerados y ya algo asimilados. El movimiento jasídico por lo mismo, fue acogido y el discurso del Baal Shem Tov fue dirigido a los pobres. También fueron las comunidades jasídicas de las que más pusieron víctimas en la Shoah (holocausto) de los 6 millones de víctimas inocentes asesinadas.
La revuelta que causó el Baal Shem Tov, bendita sea su memoria, causó adversidad entre los líderes judíos de la época, los llamados “Mitnagdim” que traduce opositores en hebreo. El mayor detractor del jasidismo fue el líder Eliyahu ben Shlomó Zaman, más conocido como “El gaón de Vilna” líder judío lituano, rabino y erudito de la Kabbalah y del Talmud. El Gaón de Vilna es considerado como una de las fuentes más importantes del Talmud. Fue erudito en varias áreas como la geometría, el álgebra y la astronomía. Su pensamiento era más abierto, con tintes ya de la ilustración occidental y pro secular al menos en lo que se trataba de la academia y de algunas otras prácticas occidentales eruditas.
Gaón de Vilna-dominio público.
El Gaón de podría considerar como un reformista dado que era un conocedor del mundo secular europeo de la ilustración que fue el auge de la época. Esto también porque el Gaón era un hombre de la burguesía, muy importante para la ilustración. Venía de una familia mercante que tenía en realidad el apellido “Kremer” que significa comerciante en alemán y Yiddish.
El movimiento liderado por el Gaón de Vilna, se cimentaba además de tener un pensamiento más abierto al mundo secular en ver la parte religiosa y espiritual desde el punto de vista de la Yeshivot (escuelas talmúdicas) y del jefe de Yeshiva. Además son de una ideología más austera, contrario al movimiento del Baal Shem Tov que se interesa en cantar y danzar y estar feliz (Simcha) para alegrar al Creador.
A los opositores (Mitnagdim) también se les llamaba lituanos, dado que el Gaón era lituano y que gran parte de las Yeshivot se encontraban en Vilna y en otras ciudades. Para los jasídicos en especial del movimiento posterior de Breslev y de Lubavitch, Hashem llega por vía individual y directa a sus piadosos. Ya no sería necesario que hubiese quien interviniera por los demás. Las Yeshivot son lugares centrales dentro de la vida jasídica, pero es el Rabino, Jefe y Maestro el que guía los pasos de los comunitarios.
La vida del jasidismo es austera, viven en comunidades apartadas, barrios propios, de hablar en Yiddish entre ellos y rechazan en su mayoría a Medinah Israel (El Estado de Israel) dado que hasta que no acontezca la llegada del Mashiaj, no podrá existir Estado ni Beth Hamikdash (Templo de Hashem) mucho menos.
Las confrontaciones internas dentro del jasidismo se prolongan hasta hoy día, debido que la partición entre el Baal Shem Tov y el Gaón de Vilna fue radical. Incluso hay dentro del movimiento jasídico que a su vez hace parte de los denominados Haredim (Temerosos de Hashem) y en especial del movimiento del Gaón de Vilna que no consideran “judíos” a los jasídicos de la línea del Baal Shem Tov y del Baal Hatania, fundador del movimiento Jabad y quien escribió el Tania, el libro de guía utilizado por Jabad en el que se narra la vida de los 7 principales maestros hasta el conocido Rebbe de Lubavitch.
Los Admor son aclamados como Hajaim (Sabios) y como Tzadik (Justos). Los movimientos que existen hoy siguen de manera casi mesiánica bajo las enseñanzas de sus maestros, principalmente del “Rebbe” -como se denomina a los Rabinos jasídicos- Najman de Breslov y El Rebbe de Lubavitch, también a otras corrientes como Satmar, del Rebbe Moshe Teitelbaum.
Rebbe Lubavitch-Jabad Argentina.
La adversidad entre los seguidores del movimiento del Gaón de Vilna y los del Baal Shem Tov, provocaría que toda una generación en 1777 y en 1781 fuera “Expulsada”, pues el Baal Hatania fundador del movimiento Jabad-Lubavitch fue considerado como “hereje” por el Gaón de Vilna. Esto, bajo el pretexto de que el Rebbe nació exactamente en el cumpleaños número 47 (importante número cabalístico) del Baal Shem Tov, era “panenteísta” que significa que incluso reconocen que Hashem está en los objetos inmóviles, es decir sin vida alguna.
Finalmente, el Jasidismo unilateralmente comparte que el hombre debe ser o al menos aproximarse a ser un Tzadik (justo) de la raíz de Tzedek (justicia) más la raíz de Tzedaká (caridad). El hombre ideal debe ser justo y caritativo, y el camino es la piedad o bondad que dan la humildad. Sin embargo, una antigua creencia judía y más que todo jasídicas, cuenta de los Tzadikim Nistarim (sostenes del mundo) que son justos no reconocidos públicos que suman 36 hombres rectos que en cada generación se encargan de ser los pilares de la humanidad.
“En todo tiempo hay siempre 36 justos sobre la faz de la tierra, cuando ellos desaparezcan el mundo acabará. No se conocen entre ellos y cuando uno de los justos muere es inmediatamente sustituido por otro. Se los representa como extremadamente modestos, humildes e ignorados por el resto de las personas”.
Sanhedrín 97b, Sucá 45b, «sobre los Tzadikim Nistarim»