Estados Unidos: un imperio a pesar de todo
Valentina Sánchez Vélez, Johan Steven Jurado
Valentina Sánchez Vélez, Johan Steven Jurado
La historia moderna se caracteriza a grandes rasgos por la emergencia de importantes imperios y el expansionismo de los mismos.
El siglo XIX vio como muchos de estos poderosos imperios cayeron paulatinamente, dando paso al surgimiento de nuevas Naciones y Repúblicas independientes en América. Cada una de las Naciones del continente americano se desarrolló de manera diferente, una de las que llevo este propósito más lejos fue sin duda Estados Unidos, a tal punto que hoy día se posiciona como una de las grandes potencias mundiales. Sin embargo, basta con dar un vistazo al siglo XIX y parte del XX para darse cuenta de que el crecimiento estadounidense se vio impulsado por una fuerte intención expansionista e intervencionista. Intención que en muchos casos se concretó y que llevó a que el hoy territorio estadounidense se expandiera más allá de sus originales trece colonias.
Con esto en mente, el presente texto tratará de explorar el caso de Estados Unidos como un imperio que surge en el siglo XIX. Pensaremos esa problemática a partir del caso concreto de “el incidente de la tajada de sandía” una revuelta civil en Panamá. Este hecho, conocido con este nombre en la historiografía panameña, es un caso particular que nos puede dar cuenta del momento tensionante que vivieron algunas regiones americanas ante las intenciones expansionistas de Estados Unidos.
El 15 de abril de 1856, José Manuel Luna se encontraría vendiendo fruta en su habitual puesto, ubicado en un lugar cercano a la estación de ferrocarril de Panamá. La tranquilidad de Luna se vería interrumpida, cuando unos ciudadanos estadounidenses en aparente estado de ebriedad se acercaron a su puesto. Uno de ellos tomó un pedazo de sandía y lo comió sin pagar por él. Luna exigió el pago de la sandía, pero el estadounidense se rehusó y amenazó al frutero con su pistola, amenaza que se respondió empuñando un cuchillo. Tras una pequeña disputa, uno de los estadounidenses pago por la sandía que había sido tomada. Pero el incidente no terminó ahí, Miguel Abraham un ciudadano peruano intervino en la disputa y le quitó al arma al estadounidense, huyendo con ella mientras los estadounidenses lo perseguían con el fin de recuperarla. A fin de cuentas, el incidente desencadeno en un tiroteo que acabaría en una batalla campal entre estadounidenses y locales en la cercana estación de ferrocarril.
Lo anterior, corresponde a una parte del relato común encontrado en diferentes reportes. El intento por esclarecer lo ocurrido no tiene muchos frutos, pues como lo muestra el profesor Aims McGuinness, las declaraciones al respecto son muy diversas y se adopta una u otra según los distintos intereses políticos. De acuerdo con los reportes oficiales de la Nueva Granada, las acciones por parte de Luna y los incidentes ocurridos posteriormente serían todos en defensa propia. A causa de los abusos causados a los locales por parte de Jack Oliver y otros ciudadanos estadounidenses cuya presencia era cada vez más frecuente.
Por su parte, el departamento de Estado de Estados Unidos asignó un investigador privado para esclarecer los hechos. Según su informe, el instigador de la violencia sería Miguel Abraham, cuyas acciones llevarían a los “negros nativos” a atacar a los pasajeros inocentes, en complicidad con las autoridades locales. Su reporte incluirá numerosas atrocidades cometidas por los locales, incluyendo la violación de mujeres, hecha por los que el determinaría como “by colored men” y el ataque a una madre con una pequeña niña.
Aunque lo ocurrido no es del todo claro y encontrar a un verdadero culpable es una tarea relativamente imposible, se puede decir que los eventos del 15 de abril de 1856 son muestra de una serie de tensiones y sucesos que envolvieron el siglo XIX americano. Eventos como la invasión estadounidense a México (1846-1848) y las crecientes intenciones de los norteamericanos por expandirse, fueron alicientes para creer en una posible invasión de extranjeros en Panamá. Además, debe tenerse en cuenta que el territorio panameño se había vuelto más que un lugar de paso para los estadounidenses. Pues, incluso la compañía local de trenes era de propiedad estadounidense conformando un punto clave para el flujo de ciudadanos norteamericanos.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que el expansionismo estadounidense fue uno de los muchos motivos que ayudaron a que América se dividiera en dos. Por lo que es posible que estas tensiones aumentaran progresivamente y desencadenaran en eventos como el incidente de la Sandía. Pues como veremos, esta diferenciación frente al otro (ya sea panameño o estadounidense) está muy marcada en las diferentes declaraciones. Por lo que se puede plantear como esta división en “dos Américas” no está presente solo a un nivel cultural e intelectual, sino que también se ve reflejada en incidentes como estos.
Así como sucede en la actualidad, en el país norteamericano había un fuerte sentimiento racista. Ambos países tuvieron un desarrollo distinto pues mientras la Nueva Granada, posteriormente conocido como la República de Colombia había prohibido la esclavitud en 1852, en Estados Unidos esto se llevó a cabo hasta 1863 luego de una Guerra Civil que se dio por el mismo debate. De esta forma, mientras en Panamá las personas negras como José Manuel Luna tenían trabajos como fruteros en las plazas del lugar en Estados Unidos, gran parte de la población negra seguía trabajando sin paga en las extensas plantaciones del sur del país. Por esta razón es que personas como Jack Oliver despreciaban a los negros a quienes consideraban sujetos de propiedad del hombre blanco.
La realidad que se vivía a mediados del siglo XIX era muy distinta a la que existe en la actualidad y esta misma razón fue la que propició los hechos. La presencia constante de ciudadanos estadounidenses en Panamá no respondía a un gusto por el lugar o unas vacaciones. La realidad es que en medio de el proceso de expansión de Estados Unidos hacia el occidente del país descubrieron que en California había oro. Sin embargo, atravesar el país no era sencillo por lo que la forma más sencilla de llegar a la otra costa era navegar hasta Panamá y allí cruzar a través del istmo. La fiebre del oro movilizó a muchos norteamericanos al otro lado del país y al mismo tiempo modificó la forma en la funcionaba la sociedad panameña.
El gobierno central de Nueva Granada cedió los derechos sobre el transporte en el istmo en 1848 lo que le dio luz verde a la construcción de un ferrocarril. Los efectos de este nuevo medio de transporte, según Pantaleón García, fueron devastadores ya que los servicios de transporte, comercio y hospedaje fueron reemplazados por los servicios que ofrecía el nuevo transporte. El empobrecimiento sumado a la pérdida de empleos que sufrieron los panameños generó que en sus cabezas comenzará a cocinarse un sentimiento que es común en las poblaciones colonizadas: el Anti-imperialismo. La sensación de dominación sobre la capacidad que todas las personas tienen para definirse a sí mismos estalló aquel 15 de abril de 1856 luego de que Oliver atacó a Luna.
Las acciones estadounidenses estaban enmarcadas, como lo señala el historiador Hermann Guendel, en la reducción de Panamá y todo el sector de Centroamérica a una zona que necesitaba recibir la instrucción civilizatoria. Sin embargo, es posible ver con otros ejemplos como la relación entre el Imperio Británico y la India, que detrás de la idea de llevar la civilización a estos lugares más lejanos estaba en aprovechar recursos como el té o el algodón que se producían en esta colonia. La posición de países como Nicaragua, el cual ya había sido intervenido por Estados Unidos o Panamá era estratégica, pues se encuentran en medio de los dos mares y por ello facilitan la navegación. Tal y como se explicó más arriba, poseer y controlar este espacio era elemental para Estados Unidos y su proyecto expansionista.
Es de resaltar que el proyecto imperialista de Estados Unidos se llevó a cabo bajo la doctrina del “Destino manifiesto” que bajo los principios protestantes le brindaban a Estados Unidos el poder de sobresalir. De esta forma, este país se mantiene dentro de las lógicas imperialistas que habían justificado la primera etapa de la colonización que llevaron a cabo Portugal y España en el siglo XVI. Sin embargo, el componente religioso aquí jugó un papel distinto, pues movilizó al país a salir de sus fronteras, pero de ninguna forma implantó el protestantismo sobre el catolicismo.
La presencia de ciudadanos estadounidenses en Panamá incomodaba a los locales por las afectaciones antes mencionadas, pero también por el hecho de que ya había antecedentes de intervención en otros países de Centroamérica. El modus operandi de Estados Unidos para introducirse en otros países era distinto al utilizado por naciones como Francia que llegaban con el ejército nacional. Pues a mediados del siglo XIX existía un fenómeno conocido como el filibusterismo, piratas americanos que rondaban las Antillas y saqueaban las costas. Según cuenta Pantaleón García, en Nicaragua estos piratas se habían inmiscuido en la Guerra civil e incluso habían logrado nombrar a William Walker como presidente y este había restablecido la esclavitud. Así el pánico de los panameños, en su mayoría de raza negra, era justificado por la posibilidad de perder la libertad que habían obtenido apenas cuatro años antes.
En consecuencia, la presencia constante de estadounidenses es la zona del istmo generó una dicotomía entre el extranjero que se sentía superior por su origen, su idioma o su raza contra el nativo que los consideraba el invasor. Una vez más esta situación es una réplica de las marcadas diferencias entre, por ejemplo, las personas blancas y negras en Sudáfrica o los funcionarios franceses y los campesinos de Indochina. El incidente de la tajada de sandía es solo la muestra de las diferencias que había entre las personas y la forma en la que está irrumpía en las situaciones más cotidianas.
Si bien puede ser prematuro referirse a Estados Unidos como un imperio, es importante reflexionar al respecto. Pues como lo hemos venido mencionando, el siglo XIX representó para esta nación americana un periodo de expansionismo relativamente importante. Aunque no hubo una fuerte intervención militar para el establecimiento de Estados Unidos en Panamá, sí se debe hablar de una intervención en el ámbito social y económico. Pues sin duda alguna, la presencia de ciudadanos norteamericanos en el territorio panameño modificó las dinámicas locales. Sumado a esto, deben tenerse en cuenta los antecedentes expansionistas de Estados Unidos que llevaron a que los latinoamericanos vivieran en determinada tensión por la posibilidad de que los norteamericanos quisieran irrumpir en la soberanía de otros países, tal como había pasado con México.
El incidente de la tajada no fue simplemente un ataque hacia los lugareños y una respuesta por parte de estos. Estados Unidos entendió este suceso como una violación al tratado Mallarino - Bidlack que la Nueva Granada había firmado con los norteamericanos en 1846. Este abordaba la amistad en términos marítimos que facilitaba el transporte de mercancía y personas entre las dos naciones sin impuestos, cobros o restricciones. Este mismo demuestra la importancia que tenía el istmo para Estados Unidos pues solicita en el artículo 35 a la Nueva Granada la posibilidad del paso de la mercancía y ciudadanos norteamericanos sin ningún tipo de restricción, mientras que el país norteamericano aseguraba la neutralidad del espacio.
Tras el incumplimiento de este artículo, el ejército estadounidense actuó por medio de sus navíos para retomar la neutralidad del paso marítimo. Esa fue la primera intervención del país del norte a un país centroamericano y continuó con la intromisión en el proceso de independencia de Cuba, pasando por el apoyo a la independencia de Panamá y hasta intervenir en las elecciones de países como Guatemala en el siglo XX. Las acciones de Estados Unidos difieren de las de otros imperios, pues este país nunca intentó inculcar su cultura o administrar la economía de los países en los que tenía presencia. Sin embargo, a través de políticas como el Plan Colombia aplicado a principios del siglo XXI en nuestro país o protectorados como el instalado en Puerto Rico, Estados Unidos mantiene una influencia importante es los países con una economía más débil y una política más inestable. En conclusión, Estados Unidos se mantiene como un imperio a pesar de todo.
Fuentes primarias:
Frank Leslie’s Illustrated Newspaper. (1856). Masacre en Panamá. Escena en la bodega de carga [Ilustración]. Library and Art Gallery. San Marino, California.
Ruta del ferrocarril propuesta entre Aspinwall y Colón. (1849). [Mapa]. Library and Art Gallery. San Marino, California.
Tratado Mallarino - Bidlack. Tratado general de paz, amistad, navegación y comercio. Bogotá. 12 de diciembre de 1846.
Bibliografía:
García, P. (2008). El incidente de la tajada de sandía: sus causas y sus repercusiones en Panamá, 1856. Noveno congreso centroamericano de Historia. p. 1965 - 1976.
Guendel, H. (2010). El incidente de la tajada de sandía, la insurrección espontánea como mecanismo de resistencia e identidad en Panamá. Praxis, 64, p. 221 - 235.
Hensel, Franz. "Forging a Grammar of the Two Americas at the Center of the World: Paris and the Latin-Saxon Divide". Manuscript Chapter.
Kohn, Margaret & Reddy, Kavita, “Colonialism”, The Standfor Encyclopedia of Philosophy (Fall 2017 Edition(, Edward N. Zalta (ed.), Recuperado de: https://plato.stanford.edu/cgi-bin/encyclopedia/archinfo.cgi?entry=colonialism
McGuinness, Aims. Path of Empire: Panama and the California Gold Rush. Ithaca: Cornell University Press, 2008.
McGuinnes, Aims. (2003). Defendiendo el Istmo: las luchas contra los filibusteros en la Ciudad de Panamá en 1856. Mesoamerica, 45, p. 66 - 84.