En memoria de Estefanía Sanabria Medina
Ana Isabel Gómez Córdoba
Ana Isabel Gómez Córdoba
Como docente de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, y como rectora de la Universidad del Rosario, mi vida se cruzó con Estefanía en dos momentos muy distintos. El primero, cuando era estudiante en las clases de bioética y bioderecho durante sus estudios de medicina. La recuerdo por su especial interés por los aspectos socio humanísticos y éticos de la profesión, de eso dan cuenta las asignaturas electivas durante su carrera, las cuales tenían un marcado enfoque humanista y su rotación por la Sierra Nevada de Santa Marta con la comunidad Arhuaca. Con frecuencia, ella me preguntaba cómo podía profundizar en los temas que veíamos en clase, y después, cuando fue avanzando en su proceso académico, sus reflexiones se hicieron más profundas y se referían a los valores que debían caracterizar a los médicos en formación para que, efectivamente, pudieran impactar, desde el humanismo, en la vida de los pacientes, sus familias y las comunidades.
Estefanía era verdaderamente excepcional. Destacaban en ella su inteligencia, rigor académico, integridad, sentido de justicia, liderazgo pero, sobre todo, la sensibilidad, bondad, sabiduría, madurez y delicadeza de su espíritu.
Su capacidad de pensamiento crítico y su interés por indagar sobre la verdad y el conocimiento, así como su sensibilidad social, se hicieron patentes cuando eligió el énfasis en investigación, con el Grupo de Estudios Sociales de las Ciencias, las Tecnologías y las Profesiones (GESCTP), así como su genuino interés en las temáticas de salud pública e interculturalidad. Esas actividades resaltaron, sin duda, sus virtudes humanistas tal y como lo han recordado varias personas que la conocieron. Por todo lo anterior, puedo asegurar que Estefanía era consciente del real significado de la palabra profesionalismo.
El segundo momento en que nos cruzamos nuevamente fue al inicio de mi rectoría. Con tristeza supe de su fallecimiento, el cual ocurrió cuando habían finalizado sus estudios y a pocos días de obtener su título como médica de la Universidad del Rosario. Acompañé a su familia y compañeros en su grado póstumo.
Esta Ceremonia estuvo llena de sentimientos encontrados, impotencia pero, también, del reconocimiento a su vida y a la huella que dejó en el corazón de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.
Su ausencia todavía duele. Cuesta entender la partida de alguien que tenía la sensibilidad, empatía y capacidad para transformar la realidad que nos rodea. Por lo mismo, quiero que la voz de algunas de las personas que la conocieron den cuenta de su valioso paso por el mundo: la doctora Jenny Barreto y Catalina Latorre, unas de sus profesoras; la doctora Hilda Martínez de Jaramillo, con quien interactuó durante el desarrollo de sus investigaciones; la doctora Laura Sofía Peña, una de sus amigas; y su mamá, la Señora Marleny Esperanza Medina García.
Las palabras de todas ellas están escritas desde el corazón y buscan rendirle un homenaje. Yo la recordaré como una rosarista íntegra, humanista, justa, respetuosa de todas las personas y valiente, ejemplo para los jóvenes que, como ella, creen en el poder transformador del amor, la educación y el servicio a la comunidad.
A Estefanía toda mi admiración y afecto.

Carta de recomendación hecha por la Dra. Catalina Latorre en donde exalta las virtudes profesionales de Estefanía.
Estefanía en la academia
Dra. Jenny Barreto.
Estefanía Sanabria Medina se matriculó como estudiante de la carrera de Medicina en el segundo semestre del año 2018. Desde un comienzo, como resultado de la asignatura Introducción al Socio-humanismo, manifestó su interés en los temas relacionados con los estudios sociales de la medicina y de la salud. A partir de ese momento me abordó y me habló de su interés en el tema. Esporádicamente, cuando coincidíamos en los pasillos de la Quinta Mutis, siempre me ponía conversación acerca de los temas de Socio-humanismo con los que había tenido contacto en el componente socio-humanístico de las diferentes Actividades Integradoras de Aprendizaje por Sistema (AIAS) que había cursado.
Cuando cursó la asignatura de Ciencias Socio-humanísticas I, me solicitó el permiso para ubicarse en el grupo que yo estaba coordinando dentro de esta asignatura. Durante ese semestre (2020-1) me preguntó si existiría en la Escuela algún otro espacio donde ella pudiera enriquecer sus conocimientos y capacidades sobre los Estudios Sociales de la Salud. Le propuse entonces que asistiera a las reuniones del GESCTP, el cual tenía por título: “La salud desde el Caleidoscopio”. Allí se discutían temas relacionados con el asunto y en el marco de un macro proyecto comparativo de los sistemas de salud en América Latina. Me comentó que los horarios del semestre no le permitían asistir a esas reuniones porque se le solapaban con otras actividades académicas. No obstante, el siguiente semestre (2020-2), me volvió a contactar para comentarme que había organizado sus compromisos y que ya podía vincularse a las discusiones de la comunidad.
Como resultado de su participación, me propuso que organizáramos un semillero de investigación sobre los estudios sociales de la salud con aquellos estudiantes que, como ella, tenían interés en estos temas. Bajo mi dirección, Estefanía asumió el rol de Coordinadora de dicho semillero, congregando a las posibles personas interesadas y poniendo en marcha a partir del 25 de febrero de 2022 de forma virtual, a finales de la Pandemia del Covid.
En este Semillero participaron, bajo mi dirección y con la coordinación de Estefanía, estudiantes de medicina de diferentes semestres: Ángela Roca, Cristian Gaviria, John Salazar, José Luis Ardila González, Juan Diego Villamizar Sanjuan, Laura Sofía Peña Veloza y María José Buitrago. Este se articuló con los seminarios que se realizaban con los estudiantes de noveno y décimo semestre que escogían el Módulo Selectivo de Profundización en Investigación, que coordina el GESCTP, y fue el núcleo a partir del cual los estudiantes de medicina interesados comenzaron a participar de las actividades de investigación del Proyecto Comparativo de los sistemas de salud en América Latina el cual hace parte del Programa de Estudios Histórico-Comparativos y Transnacionales de la medicina y la salud pública en América Latina.

Durante la cohorte del segundo semestre de 2018 la elección que hizo Estefanía nos muestra sus intereses académicos. Fuente: Oficina de Registro y Control Académico
En ese contexto, Estefanía comenzó a interesarse en la historia de la consolidación de la Anestesia como un campo profesional independiente, en el marco de las especialidades médico-quirúrgicas. Con su mente inquisitiva e inquieta, comenzamos a pensar en la posibilidad de una nueva línea de investigación en el terreno de la divulgación y popularización de las ciencias, las tecnologías y las profesiones, dirigida al público en general, que combinara aspectos literarios y científico-técnicos que hicieran atractivos los pormenores de estos procesos, como una forma de acercarse gozosamente a ellos.
La vinculación de Estefanía al Semillero hizo posible que dedicara sus actividades durante su rotación en el Módulo Selectivo de Profundización en Investigación (2023-1 y 2023-2) y continuadas durante el Internado Especial (2024-2), a elaborar una investigación sobre los orígenes y antecedentes del proceso de profesionalización de la anestesia en Colombia combinando el relato del proceso histórico con relatos personales de una de las personas que fue pionera de esta actividad investigativa en el país, inaugurando así la línea de investigación que habíamos propuesto.
Esa investigación intentaba abrir una brecha en las investigaciones de la historia de las ciencias y de las profesiones. Pensando en que la propuesta podría ser atractiva para el público en general, incluyendo los médicos, la enviamos a una revista científica nacional para su publicación. Sin embargo, los pares evaluadores escogidos por la revista lo rechazaron desde una posición acartonada, que dejó ver su incomprensión de la propuesta. No obstante, retomamos los comentarios y comenzamos a hacer algunas modificaciones al artículo según las observaciones de los pares, tratando de no perder el estilo. Así, el día 8 de noviembre del 2024 compartimos el documento que habíamos enviado a la revista y nos comprometimos a revisar el artículo para reenviarlo. Comenzamos, de manera individual, a hacer las revisiones y programamos una cita para reorganizar una versión nueva del trabajo. No obstante, cuando ya había pasado un mes y yo había terminado mis propuestas de cambio, le escribí un correo electrónico a Estefanía para proponerle que nos reuniéramos. Al contrario de lo que esperaba, no recibí respuesta de ella sino de su señora madre, en la cual me informaba que Estefanía había fallecido días atrás. De común acuerdo con su madre, me comprometí a elaborar una versión final del artículo para ser publicada en alguna revista científica nacional que manejara criterios más amplios para la evaluación de este tipo de trabajos. Continúo con el propósito de que, en algún momento, el excepcional trabajo de Estefanía pueda ser divulgado. Así honremos su memoria.
Estefanía como investigadora
A raíz de sus intereses académicos, Estefanía adelantó una investigación sobre los inicios de la anestesiología en Colombia. Dentro de sus múltiples fuentes contó con una entrevista a la doctora Hilda Martínez de Jaramillo, primera mujer anestesióloga empírica del país y quien durante su ejercicio posterior como parlamentaria logó la aprobación de la Ley 6 de 1991, que establece finalmente la profesión y regula la anestesia como una fusión exclusiva de médico especializado en anestesiología y reanimación.
Una vez Estefanía culminó su investigación recibió la felicitación y agradecimiento de la doctora Martínez, documento que se cita a continuación:
Gracias
Gracias, querida Estefanía Sanabria Medina, por resaltar, aportar mis luchas y mis éxitos, sus esfuerzos y actitud positiva, por compartir juntas tantas secciones que pasamos en mi hogar, y gracias por su compañía que significó mucho para mí. Personas como usted son raras en este mundo difícil, su imagen, alegría y entusiasmo por la vida y su interés como anestesióloga quedarán en mi alma para siempre.
Por llevarme de viaje al pasado donde se inició un largo camino para el logro de la promulgación de la ley que impactó la “profesionalización, seguridad y autonomía de anestesiólogo en Colombia”.
HILDA MARTÍNEZ DE JARAMILLO

Dra. Hilda Martínez de Jaramillo con Estefanía.
Estefanía como amiga
Dra .Laura Sofía Peña
Para Estefanía:
“Siempre la llevaré en mi corazón, con gratitud por todo lo que me dio. Porque ella no solo fue una amiga, fue una hermana del alma y una inspiración”. Fotografía: Archivo personal
Hoy quiero hablar de mi amiga, alguien que no solo fue una luz en mi vida, sino en la de todos los que tuvimos la fortuna de conocerla. Ella era medicina, no solo porque la estudiaba con pasión y dedicación, sino porque su esencia misma sanaba. Su dulzura, su empatía y su manera de estar para los demás eran su mayor regalo.
Era una persona reservada, de esas que no necesitan gritar para dejar huella. Su elegancia no era solo externa, era algo que llevaba en su forma de hablar, de moverse y de tratar a quienes la rodeamos. Todo en ella era pulcro y organizado, desde sus apuntes en clase hasta cómo manejaba los retos que la vida le ponía enfrente.
Como estudiante de medicina, era un ejemplo. Su inteligencia, su disciplina y su elocuencia brillaban en cada paso. Pero lo que más destacaba era su pasión por ayudar; ella entendía la importancia de lo que hacía y siempre hablaba de sus sueños con un entusiasmo que contagiaba. Y, a pesar de su gran seriedad y dedicación, también sabía disfrutar la vida como nadie. Tenía esa chispa que hacía que los momentos con ella fueran especiales, ya fuera con su risa contagiosa o sus ocurrencias, siempre graciosas y únicas.
Para mí, lo más valioso era su amistad. Era una amiga incondicional, de esas que te hacen sentir que nunca estás sola, sin importar cuán difícil sea el camino. Hoy me duele su ausencia, pero el amor y las lecciones que me dejó son más fuertes que cualquier tristeza. Me enseñó a ser mejor, a valorar lo pequeño y a vivir con un corazón abierto.
Siempre la llevaré en mi corazón, con gratitud por todo lo que me dio. Porque ella no solo fue una amiga, fue una hermana del alma y una inspiración. La recordaré en cada pequeño logro, en cada sonrisa, y en cada paso que dé, porque sé que ella sigue aquí cuidando de todos los que la amamos.
“Me enseñó a ser mejor, a valorar lo pequeño y a vivir con un corazón abierto”.

Cartilla para colorear en homenaje a Estefanía. ESTEFANÍA, Mi hija amada…
A Estefanía, mi muy amada hija, mi eterna sanadora.
Como madre de Estefanía Sanabria Medina, deseo expresar mi profundo agradecimiento a la Universidad del Rosario, Alma Mater de mi hija, quien ha destacado la excelencia, la ética y la humanidad con la que ella transitó por seis largos años.
Estefanía cultivó la disciplina académica, la sensibilidad por el otro y un compromiso genuino con la medicina y la investigación. Su modo de estar en el mundo –serena, íntegra y luminosa– dejó una huella que aún sigue viva en quienes compartieron con ella aulas, proyectos y amistades.
Agradezco a todos, que su memoria sea honrada con amor, respeto y admiración. Su legado continúa inspirando y su presencia permanece en nuestros corazones como un faro que ilumina nuestro sendero por siempre… ¡donde estés, Estefanía, muchas gracias!
Marleny Esperanza Medina García

“Su modo de estar en el mundo –serena, íntegra y luminosa– dejó una huella que aún sigue viva en quienes compartieron con ella aulas, proyectos y amistades”. Fotografía: Archivo privado de la familia