El propósito central de este primer taller fue propiciar jornadas de diálogo reflexivo en cada unidad académica, orientadas a reconocer de manera colectiva los elementos que han marcado su trayectoria: desde los retos y tensiones históricas hasta las capacidades acumuladas, los aprendizajes significativos y las aspiraciones que proyectan hacia el futuro. Este ejercicio operó como una antesala para los siguientes momentos de planeación y como expresión de un enfoque restaurativo, diseñado para fortalecer la cohesión interna y generar confianza entre los distintos actores universitarios.
Cada sesión concluyó con un inventario estructurado de los aspectos más relevantes asociados a las cinco categorías, insumo fundamental para avanzar hacia la construcción compartida del horizonte estratégico UR2035.
El análisis consolidado del primer ciclo evidenció un conjunto de fortalezas comunes a todas las unidades académicas, reflejo de capacidades colectivas que han dado solidez a la Universidad a lo largo del tiempo. Estas fortalezas mostraron no solo resiliencia y tradición, sino también un marcado potencial de innovación, interdisciplinariedad y proyección internacional, lo que las convierte en una base esencial para la formulación del Plan Integral de Desarrollo UR2035.
Los hallazgos fueron sistematizados en un informe técnico que integró las cinco categorías analizadas, identificó tendencias transversales y definió arquetipos académicos asociados a las funciones de docencia, investigación y extensión. Con el desarrollo de este primer ciclo de talleres y la consolidación de sus resultados, la Universidad avanzó de manera significativa en la estructuración participativa del Plan Integral de Desarrollo UR2035, reafirmando su compromiso con una planeación rigurosa, colaborativa y alineada con los desafíos del entorno.
