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Hay que repensar nuevas grandes infraestructuras como aeropuertos, presas y autopistas por el impacto en el ecosistema

Grupo Mutis - Hay que repensar nuevas grandes infraestructuras como aeropuertos, presas y autopistas por el impacto en el ecosistema
Así lo plantean más de 20 especialistas en ecología de la conservación y economía ecológica. Mientras se observan mejoras ecológicas inmediatas por la cuarentena preventiva de la pandemia, surge la pregunta: ¿Tenemos que elegir entre la economía y la ecología? Los expertos dicen claramente que no.

Más de veinte especialistas en ecología de la conservación y economía ecológica proponen repensar con detalle la necesidad de nuevas grandes infraestructuras, como aeropuertos, presas o autopistas, y su impacto en ecosistemas.

Para poder tener una economía y ecología floreciendo, los expertos recomiendan introducir, de manera controlada, unos medios parecidos a los adoptados abruptamente para la emergencia sanitaria: reducir la semana laboral, instaurar límites a industrias extractivas en áreas de elevada biodiversidad y hacer visible de dónde y cómo llegan los productos a los hogares y negocios.

Política de biodiversidad, más allá del crecimiento económico

El aumento del consumo de recursos y emisiones contaminantes como consecuencia del crecimiento económico no es compatible con la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, la mayoría de las políticas internacionales de biodiversidad y sostenibilidad aboga por el crecimiento económico, sin enfrentar la realidad. Estas son las principales conclusiones del estudio Biodiversity policy beyond economic growth, publicado en la revista científica Conservation Letters.

Esta contradicción se puso de manifiesto tras una revisión de trabajos científicos y políticas internacionales sobre el tema. El artículo científico está dirigido por Iago Otero, investigador del Centre interdisciplinaire de recherche sur la montagne de la Universidad de Lausana (Suiza), y ha contado con la intervención de 22 profesionales de unos treinta centros de investigación de 12 países especializados en ecología de la conservación y en economía ecológica.

Para Katharine N. Farrell, profesora del Programa de Biología de la Universidad del Rosario y una de las investigadoras que colabora en este estudio, “Colombia que es uno de los pocos países mega- biodiversos del mundo y tiene el deber, por encima de otras naciones, de tomar en serio estas observaciones y este es el momento”.

“Mientras la economía está parada, el país debe repensar y reflexionar sobre el cuidado de los bosques tropicales y su acceso a ellos. La manera en que se haga determinará el futuro de la biodiversidad en estas regiones y la reputación de Colombia como custodio de este patrimonio ambiental del mundo”, advierte la experta en economía ecológica.

El documento recomienda que el IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas) -el IPCC de la biodiversidad-, incorpore un escenario adicional, que vaya más allá del crecimiento económico, como parte de su labor actual de proyección del futuro de la biodiversidad.

Hasta ahora, los escenarios del IPBES consideran que la economía tiene que crecer, buscando políticas para minimizar la pérdida de biodiversidad. En cambio, el artículo recomienda buscar trayectorias económicas que podrían cumplir los objetivos de conservación y bienestar social. "Esto puede significar tasas positivas o negativas de crecimiento del Producto Interior Bruto", afirma Iago Otero, quien indica que cada vez más voces en el IPBES piden “sustituir este indicador económico por nuevos paradigmas de bienestar”.

Tomando como ejemplo los últimos 170 años en los Estados Unidos, el equipo de investigación se pregunta por el sentido de perseguir un crecimiento económico claramente asociado a la pérdida de biodiversidad, y proponen medios alternativos para armonizar economía y ecología.

  1. Topes absolutos a cantidades de recursos comercializados internacionalmente que reducirá la extracción de recursos y la expansión de especies invasoras.
  2. Límites a las industrias extractivas en áreas de elevada biodiversidad, que industrias extractivas contribuye a la pérdida y fragmentación de hábitats.
  3. Límites a las grandes infraestructuras en zonas que aún están libres de carreteras, para detener la rápida pérdida de su biodiversidad y la desolación de comunidades locales.
  4. Reducción y reparto del trabajo para reducir presión ambiental per cápita y aumentar tiempo disponible para actividades de cuidado, que puede tener impactos positivos para biodiversidad y bienestar humano.
  5. Agroecología y soberanía alimentaria pueden reducir la presión ecológica de producción agrícola, pesquera y ganadera e impulsar cadenas de producción cortas, con beneficios para economías locales, la biodiversidad y el bienestar humano.
  6. Planificación urbana compacta puede reducir la presión de la urbanización sobre ríos, acuíferos, bosques y suelos agrícolas periurbanos y mejorar bienestar humano.
  7. Información etiquetado y campañas de información sobre el impacto de los productos en la diversidad biológica puede cambiar consumo, si aumente conciencia sobre los efectos de productos y conocimiento sobre alternativas.

Los autores de la investigación abogan por el uso de una serie de indicadores económicos, sociales, biofísicos y de bienestar para evaluar el rendimiento económico ecológico. El estudio está disponible en el enlace: http://dx.doi.org/10.1111/conl.12713.