Jeniffer Garzón Diaz
Jefe de Especializaciones y Extensión Facultad de Jurisprudencia
El ejercicio del derecho en el Siglo XXI requiere, además de una sólida formación ética y académica, también de un conocimiento de las nuevas tendencias y herramientas digitales. Recientemente, se ha presentado la discusión sobre el impacto que tienen las tecnologías emergentes en la práctica jurídica, en donde diferentes funciones que desempeñan actualmente los profesionales del derecho pueden ser asumidas por sistemas informáticos programados para el análisis de información y lograr resultados más rápidos y precisos. Autores como Richard Susskind en su obra “Tomorrow´s Lawyers. An Introduction to Your Future”, parten de la base de que la tecnología y la revolución digital modifican esencialmente la visión y el ejercicio del derecho, la administración de justicia y la pedagogía misma.
Estas nuevas tendencias y necesidades que surgen con la revolución 4.0 han sido prioridad en la agenda académica de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario y como tal fueron abordadas en el curso de verano “El ejercicio del derecho en la era digital”, que se llevó a cabo en el mes de julio, el cual estuvo enfocado en el desarrollo de las competencias que requieren los profesionales que ejercerán el derecho del futuro, de tal forma que puedan gestionar e implementar las tecnologías emergentes en el ejercicio de la profesión.
En desarrollo del curso se presentaron diecinueve conferencias que pretendían i) sensibilizar a los participantes sobre los retos actuales y futuros del ejercicio de la profesión jurídica en un contexto de transformación digital; ii) actualizar conocimientos sobre el entorno digital global y sus principales tendencias y iii) reflexionar sobre las tecnologías emergentes y su impacto en el ejercicio del derecho público y privado y en los trabajos del futuro.
Uno de los principales conferencistas fue el español Alejandro Salgado, colegiado en ejercicio por el Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla y Cónsul del Ecuador en Sevilla. Con experiencia en regulación digital como protección de datos y comercio electrónico, consideró vital aprovechar el cambio de paradigma que ha traído consigo la transformación digital para gestionar de forma más eficiente las firmas de abogados y mejorar la visibilidad de sus marcas.
Uno de los objetivos de su conferencia fue exponer el contexto del ejercicio de la profesión en buena parte de los mercados de hispanoamérica. Países como España o Colombia cuentan con un alto número creciente de abogados en ejercicio, que sumados al enorme número de egresados de las facultades de derecho, conforman un universo donde de forma directa o indirecta deberán competir entre ellos. Sin ir más lejos, expuso que sólo en Colombia hay más de 400 mil abogados, lo que supone una proporción de 350 abogados por cada 100.000 habitantes, y que el volumen de egresados no ha parado de aumentar a un ritmo superior al 7% interanual desde el año 2010; lo que conforma un total de alrededor de 30.000 egresados en los últimos 8 años. Como respuesta a esta situación, los abogados y las firmas deben entender el contexto de cambio tecnológico donde los hábitos de búsqueda de profesionales y posterior contratación han cambiado debido a la irrupción de las nuevas tecnologías; principalmente Internet y el uso de los smartphones. Junto a estos datos, el conferencista buscó mostrar el impacto de los canales y herramientas digitales tanto para abogados que trabajan con particulares como firmas que compiten en el ámbito corporativo: Google, Facebook, Linkedin, la publicidad digital, etc. en conjunción con técnicas que nunca fallan como el networking o las referencias de otros clientes o colegas. Haciendo especial hincapié en la reputación digital, tanto de la marca personal como de la firma, constató cómo incluso cuando pensamos que no estamos en Internet, en realidad casi siempre lo estamos; siendo por ello vital controlar nuestra presencia en la Red.
Aprovechó para enseñar a los asistentes cómo usar cada una de las herramientas digitales en el marco de una estrategia completa para despachos de cualquier tamaño, diferenciando en aquellas más beneficiosas según el segmento de mercado al que dirigirse.
Finalmente, hizo un repaso por los diferentes modelos de negocio en el ámbito legal que han nacido al amparo del uso de las nuevas tecnologías, como las empresas de servicios legales con un uso moderadamente intensivo de la tecnología, hasta las legaltech.
Juan Gustavo Corvalan, doctor en derecho, Co Director en Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Buenos Aires, fue otro de los conferencistas invitados, desarrolló en asocio con la Universidad del Rosario la prueba piloto para selección de tutelas de la Corte Constitucional Colombiana.
Para Corvalan, “la tecnología más disruptiva de la 4ª Revolución Industrial es la Inteligencia Artificial. Y ella viene acompañada de desarrollos en robótica y otras innovaciones emergentes que producen cambios sustancialmente inéditos. Máquinas y algoritmos que son cada vez más capaces de igualar e incluso superar ampliamente múltiples y específicas habilidades que estaban reservadas exclusivamente al cerebro. Esto transforma radicalmente la naturaleza de nuestras actividades. Los seres humanos, desde hace varios siglos convivimos con máquinas que reemplazan o mejoran nuestras habilidades físicas. Ahora estamos adaptándonos a complementar o a sustituir por un camino artificial lo que antes hacíamos con nuestra inteligencia biológica”.
La pregunta esencial de su conferencia fue “¿Hacer lo mismo con más tecnología? ¡NO!, esta es una de las premisas centrales para transformar procedimientos y organizaciones públicas que están formateadas a la luz de la imprenta. Incluso, quienes migran hacia formatos digitales, muchas veces cambian burocracia imprenta por burocracia digital que se traduce en clics, apertura de ventanas digitales y en copiar y pegar datos en programas informáticos. Por eso, asegura, que es clave redefinir estrategias a partir del uso de nuevas TIC, para que el trabajador público y los ciudadanos sean el centro de sistemas de inteligencia artificial que reducen exponencialmente la burocracia estatal”.
Finalmente, expuso Marco Elizalde Jalil, profesor titular de la Universidad Católica de Guayaquil, y socio fundador de la firma Pino/Elizalde, emprendimiento que resultó de visualizar la oportunidad de un modelo de negocio adaptado a la revolución de la era digital. Su firma, dice “se basa en la idea de integrar todas las herramientas tecnológicas para favorecer una comunicación integral, con su cliente que conlleve a la prestación de un trabajo rápido, de calidad y al más bajo costo posible”.
Para esto, su firma se ha organizado manejando muy pocas jerarquías y aplicando un modelo horizontal entre sus integrantes. Elizalde explica que “compartimos espacios de trabajo constantemente, aprovechamos al máximo las sinergias que conllevan la especialización y el trabajo en equipo”.
En su exposición habló sobre los desafíos para jueces, docentes y abogados en la era digital y como el Big Data está transformando los conceptos de justicia, bien común y atención al cliente. Se centró en la necesidad de las firmas de abogados de recuperar el tiempo perdido respecto a adoptar TIC que permitan dar respuestas a los problemas de sus clientes que sean rápidas, coherentes, basadas en medición de riesgos y, por supuesto, al menos coste posible. Su firma en Guayaquil lidera este emprendimiento y espera poder ampliarse al resto de Ecuador y de Latinoamérica.
Es así, como los participantes del curso de verano “El ejercicio del derecho en la era digital” organizado por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, tuvieron la oportunidad de reflexionar, debatir y socializar con conferencistas de primer nivel, nacionales y extranjeros, sobre las nuevas tendencias, retos, y desafíos que depara el ejercicio del derecho en el marco de la revolución 4.0.