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La desgracia en la sociedad contemporánea de Coetzee

Eder Daviany Gutiérrez

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Desgracia es una obra escrita en el año de 1999 y catalogada como una de las más importantes sudafricanas. La historia cuenta la vida de un profesor universitario de Literatura, quien está en decadencia debido a sus divorcios y su falta de inspiración. Una situación específica (la seducción de una estudiante) lo lleva a perder todo lo que hasta ese momento había conseguido y se aventura a un viaje que le cambia la visión de vida; pero que, poco a poco, le va dando a entender que ya perdió la gracia de su juventud y que va camino a la muerte.

J. M. Coetzee nació en 1940 en Ciudad del Cabo y se crio en Sudáfrica. De allí toda la influencia de esta novela en el contexto sudafricano. Es Premio Nobel de Literatura, en 2003; ganó el primer premio literario de las letras sudafricanas; además de ganar el Booker Prize y el Prix Femina Étranger; en España ha sido galardonado con el Premi Llibreter 2003 y el Premio Reino de Redonda, creado por el escritor Javier Marías. En su larga trayectoria como escritor, ha sido el pionero en mostrar a Sudáfrica como lugar en el que ocurren sus historias y, por ello, se ha convertido en el escritor actual más importante de ese país.

El concepto de desgracia en la novela es una característica de lo que ocurre con los personajes, específicamente con el protagonista, Laurie, quien pasa de tener una vida, en cierta medida buena, emprendedora y feliz, a una situación completamente diferente a lo pensado y en cierta medida, desgraciada, aburrida y triste. Es un reflejo de la vida en decadencia; de la vejez que paulatinmente va dejando a la persona sin sus habilidades y destrezas y lo va consumiendo por dentro; la gracia lo va abandonando poco a poco hasta que ya no queda nada y lo único que le espera es morir. Ocurre igualmente con la hija, Lucy, quien, por su condición de lesbiana, es rechazada socialmente y tiene que sufrir la dura tarea del exilio en el campo. Sociedad machista que la sigue juzgando por su estado de mujer sola y que se va consumiendo, en un contexto cada vez más apartado y sumiso frente a la sociedad en que se encuentra.

Del mismo modo, la concepción de familia es un vivo ejemplo de la desgracia. El rompimiento del hogar en la caída de unos valores propios de este círculo social y que llevan a los personajes a una soledad que, en cierta medida, los aísla. Existen dos casos específicos que hay que mencionar para entender a profundidad la familia en la novela. Por un lado, la ciudad: tanto David como Lucy son personas que se han desenvuelto en lo urbano; de allí su aislamiento social. David, por ejemplo, tiene a una hija que nunca ve y ha salido de dos divorcios, en cierta medida por su carácter y su condición de académico. Igualmente, Lucy, por ser lesbiana, intenta buscar una familia, pero fracasa en el intento y le toca asumir su condición de soledad. En segunda instancia, existe la condición de familia en lo rural, dado desde Petrus: una condición machista de la sociedad; una familia unida, pero donde existe el poder del hombre dominante, arraigado a la tierra y a la protección. De allí que este personaje esconda a su familiar respecto a la violación e, incluso, proponga desposarse con Lucy. Ambas concepciones de la familia, en cierta medida, son desesperanzadoras y los personajes toman decisiones en relación a una de ellas. De allí surge la relación entre lo citadino y lo campesino. Esto debido a que el carácter de David se va transformando a medida que se va adentrando en el ambiente rural; su personalidad déspota y terca que no pide disculpas asume la consecuencia de los actos, quizá también por agotamiento de su labor, echando todo por la borda y partiendo así al campo. Es allí donde encuentra otra forma de vida, una relación diferente con el contexto que lo va transformando hasta el punto de que ya se le hace imposible volver a la ciudad. Aunque al principio le cuesta, poco a poco se va adaptando y va volviéndose, igual que su hija, un campesino más. Es una muestra de que el contexto social también va moldeando a las personas y les va dando características propias a sus comportamientos, fáciles de reconocer cuando se cambia de lugar. Al principio David era el extraño, pero se va adaptando tanto al pueblo que, incluso, cree que su vida va a terminar allí.

Es de agregar que ocurren dos hechos en la novela que son el inicio de la desgracia de estos dos personajes y que tienen que ver con lo sexual. Es verdad que ya Lurie estaba aburrido de estar en la universidad; pero es el hecho de meterse con su estudiante el que le acarrea su descenso, su caída. Igualmente ocurre con Lucy, quien, a partir de la violación, empieza su pérdida, su esclavitud respecto de su criado Petrus. Es ese deseo sexual lo que lleva a los personajes a caer en la perdición, una desde la víctima y el otro desde el victimario.

Al final, se entiende que la desgracia es ese enfrentamiento del hombre con su realidad y solo se puede sobrevivir si se acepta como es y se espera a que el cuerpo deje de respirar.

Hay en la novela una relación intrínseca entre lo que es la ficción y la realidad. Esta correspondencia es una característica propia de los estudios literarios sociológicos, donde la ficción se nutre de la realidad e igualmente, esta se alimenta de la ficción narrativa. Es por ello importante reconocer en la novela esas dimensiones ocultas de la realidad. Sudáfrica atraviesa unos cambios políticos y disciplinarios a partir de un poder hegemónico que viene cometiendo injusticias con la población, especialmente la negra.

Y es en este punto donde se centra la discusión. El autor nos muestra una situación cruda y violenta: es Sudáfrica la que sufre la consecuencia de la política discriminatoria del apartheid ("vidas separadas" en afrikáans), un régimen que negaba a los negros los derechos sociales, económicos y políticos. En este caos de revueltas y revoluciones, de búsqueda de una identidad y una reivindicación de derechos humanos, de racismo y machismo, de injusticias y al final de líderes como Nelson Mandela, es donde se inscribe la literatura de Coetzee, que muestra la cruda realidad de un pueblo violento e injusto que avanza en búsqueda de su propia libertad. África se ve como un personaje más en la novela, que sufre y llora su propia desdicha  y se lamenta de lo acontecido. Y la novela muestra con claridad  esas relaciones de racismo: el hombre sobre la mujer, el blanco sobre el negro, la ciudad sobre el campo. Es de notar que existe un rechazo fuerte de Lurie por el hijo que Lucy va a tener; y más por el hecho de que haya sido una violación, es porque su padre es negro. En su condición de citadino blanco, es un desprestigio social; además, a pesar de todo Petrus, como protector tanto del violador como de Lucy, se convierte en el hijo de África negro, que está en el medio, que es solidario y amable, pero no desconoce su condición de raza.

La utilización del tiempo en presente hace que la obra tenga aún más de dureza, más seco y gris, alternando la voz del narrador con la del protagonista. Así como el mundo en que se desenvuelve la trama es frío, gris, igual que David; el entorno es la ciudad, la universidad, la academia. Quizá es una crítica de Coetzee a esta forma de vivir donde no valen los sentimientos y el calor de ser, sino la frialdad y la arrogancia con la que el ciudadano común debe vivir para poder subsistir en esta realidad. Igualmente, vale rescatar el poder del dominio del machismo en la sociedad, que lleva al protagonista a conquistar a su estudiante. A pesar de su frialdad, es el deseo sexual que lo lleva a realizar esta acción.

El lenguaje es una característica de la obra. Cada discurso de los personajes encierra en sí una visión de mundo diferente, una lucha constante entre personajes que se resisten a cambiar. De allí las fuertes discusiones entre David y su hija; igualmente ocurre con Petrus, con Melanie, incluso con su musical, con Byron.

Existe en la obra una alusión hacia el lenguaje desde la literatura. Lurie es profesor de Literatura en la universidad, está en la composición de un musical; su relación con la literatura es absoluta, su forma de expresarse, su cultura y la obra también está escrita en consecuencia a lo mismo; la voz del narrador que va confundiéndose con la del protagonista que cuenta la historia y que utiliza diferentes expresiones poéticas para contarla, a pesar de la sencillez de su discurso.

"Una pieza de cámara en torno al amor y la muerte, con una joven apasionada y un hombre de edad ya madura que tuvo gran renombre por su pasión, aunque esta sólo sea un recuerdo".

Igualmente, existe un lenguaje no hablado y corresponde al lenguaje de los animales; sobre todo los perros, que son al fin y al cabo los que perciben la vida desde otra visión, son los primeros que se dan cuenta de los violadores, los que al final son sacrificados. Existe una relación directa de David con ellos; al final, después de todo lo ocurrido, es él quien se da cuenta de que simplemente toda su vida ha sido un perro y que ahora solo espera, como ellos, pasar por el quirófano y dejar de existir.  

Quizá el mensaje que deja la novela es que la vida está llena de vicisitudes, tanto internas del ser como externas; y que aquellos incidentes son los que nos llevan a replantear nuestras vidas, a cambiar por completo, asumiendo las consecuencias que trae y entendiendo que cada vez estamos más cerca de la muerte y que el mundo avanza, así nosotros existamos o no.