Nueva economía clásica: en búsqueda de los descubrimientos y revoluciones científicas según Kuhn
Steven Riascos. Departamento de Economía. Universidad del Valle
Steven Riascos. Departamento de Economía. Universidad del Valle
Si se considera a la historia como algo más que un depósito de anécdotas o cronología, puede producir una transformación decisiva de la imagen que tenemos actualmente de la ciencia. Kuhn (1971).
Con estas palabras, Kuhn (1971) inicia la presentación de la ciencia como un producto de la historia, con lo cual introduce una visión nueva sobre qué son los descubrimientos y las revoluciones que se dan en lo que él identifica como ciencia normal. En su obra, pasa a establecer cómo el surgimiento de la ciencia normal inicia siempre con una “novedad”, pues esta es el resultado de una primera explicación teórica de algún hecho o acontecimiento.
Una vez se supera la etapa de la novedad, se da paso al establecimiento de la teoría como paradigma, que de esta forma pasa a ser blindada, puesto que se resiste a ser derogada fácilmente por manifestaciones externas y contrarias a ella. Sin embargo, vale la pena aclarar que, en sus inicios, la ciencia normal admite la existencia se enigmas que podrán ser resueltos en el futuro.
De la mano con el argumento anterior, si por un instante se detiene y se lleva la aplicación de Kuhn a la economía, se puede observar que hasta ahora todo apunta a que la economía surge como una ciencia “fuerte”; en el sentido de que, en sus inicios, la corriente clásica implementó un explicación del mundo que no tenía precedentes y hasta ese momento era de cierto modo inmune a los choques externos provenientes de corrientes contrarias.
Ahora bien, si se avanza un poco más en la idea que Kuhn (1971) tiene de descubrimientos y revolución científica, es probable desde ya ver un alejamiento de la teoría económica de lo que este autor espera; pues retomando la idea anterior se esperaría que los enigmas que han quedado en un principio abiertos a discusión, no se consoliden, pues de ser así se puede llegar a un estado de crisis que solo podrá ser resuelto desde un nuevo paradigma.
En la teoría económica, al parecer este momento llega con la Nueva Economía Clásica (NEC), que nace como respuesta al modo en que se estaba haciendo política económica, resaltando así posiciones como la de Lucas (1976), quien abiertamente declara la guerra a la macroeconomía de la época. De este modo, la NEC retoma la idea de pensar los problemas económicos en estrecha relación con la política económica, tal como lo hacían los clásicos; sin embargo, acuden a una visión más renovada.
Ahora bien, ¿cuál es el descubrimiento científico fundamental de la revolución de la NEC? Para responder esta pregunta es necesario acudir a Kuhn (1971), quien establece que las revoluciones científicas son aquellos episodios de desarrollo no acumulativo, siendo el viejo paradigma sustituido parcial o totalmente por otro distinto, incompatible con él. De esta manera se deben tener en cuenta los eventos que guiaron el proceso evolutivo que llevó de una economía política en los clásicos a una política económica en los nuevos clásicos.
Como primer punto, se destaca la manera en que se concibe la política económica, pues hasta la década de 1970 era notable la inclinación de los hacedores de políticas hacia la idea de expectativas adaptativas presentes en la macroeconomía keynesiana. Sin embargo, después del trabajo de Lucas (1976) esto ya no sería más, puesto que este autor logra centrar el análisis económico sobre la base de expectativas racionales, llevando así a lo que De Vroey (2011) denomina “la muerte de la teoría keynesiana”.
Seguidamente, para justificar esta novedad, los nuevos economistas clásicos acuden a nuevos instrumentos metodológicos para respaldar las políticas elegidas. Ello finalmente se logra con la implementación de modelos de simulación que consiguen predecir el efecto de una política, dando origen a su modelo bandera, más conocido como ciclo real de los negocios (RBC2 por sus siglas en inglés), el cual sigue constituyendo parte de la novedad que introduce la NEC en a la forma de hacer economía.
En el camino hacia una revolución, la NEC busca rápidamente la aceptación de la comunidad científica como teoría superior. Por ello, luego de la propuesta de Kydland y Prescott (1982), muchos trabajos se articulan apresuradamente a esta idea3; lo que lleva a una consolidación parcial en el momento de hacer política económica, pues de aquí en adelante muchos bancos centrales adaptaron las ideas de estos autores e implementaron modelos de equilibrio parcial dinámico y estocástico (DSGE) para aproximarse al comportamiento de sus economías, siendo estos un caso típico de los modelo RBC.
Hasta el momento, todo apunta a que la NEC podría haber causado una revolución científica en la economía. Sin embargo, no es así. Por ejemplo, Lucas (1988) intrínsecamente lo reconoce al afirmar que los economistas son contadores de cuentos, reconociendo que cada teoría es producto de la imaginación de cada autor al momento de dar su punto de vista de la realidad.
La economía se mueve en el ámbito de las creencias. Por eso, a diferencia de otras ciencias como las naturales que pueden ser contrastadas con la realidad, se dificulta el acuerdo en la comunidad científica con respecto a la reconfirmación o derogación de una teoría; puesto que cada teoría es una interpretación de la realidad propia del autor, y difícilmente este renunciará a su punto de vista, por más equivocado que pueda llegar a estar.
Por otro lado, aun si se asumiera que la economía no se mueve en el ámbito de las creencias, no es clara la revolución científica que pudo llegar a ocurrir, puesto que aun cuando los nuevos clásicos logran traer a escena la revolución de las expectativas racionales y ratifican el modo de hacer política económica mediante la implementación de modelos de RBC, en el sentido de Kuhn no se estaría presentando la sustitución del paradigma anterior, producto de la inconsistencia del paradigma inicial con la realidad empírica.
Ello ocurre, finalmente, porque no logra reemplazarse totalmente la teoría económica predecesora. Más aun, lo que pudiera evidenciarse como más grave es la no superación de las anomalías o enigmas a los que se refiere Kuhn (1971); por lo que el paradigma anterior se renueva y, hoy en día, se podría decir renace como un contrincante fuerte.
En conclusión, es evidente notar que en economía sí han existido descubrimientos, pero no revoluciones científicas en el sentido de Kuhn. La ciencia económica, al estar enmarcada en el ámbito de las creencias, dificulta la existencia de aquellas, puesto que, como ya se dijo, un autor no renuncia a su punto de vista fácilmente. Es por ello que, en economía, lo más cercano a revoluciones son las discusiones que surgen en torno a las teorías. Adicionalmente, establecer si no puede haber revoluciones sería igualmente apresurado; pues desde ya logran levantarse ideas sobre el cómo hacer economía, y de consolidarse fuertemente podrían llegar incluso a dar paso a una reconciliación de puntos de vista, que parece tan utópica.
NOTAS
1. Estudiante de Economía, Universidad del Valle, Cali-Colombia.
2. Real Business Cycle, RBC por sus siglas en inglés.
3. Entre los muchos trabajos se destacan autores como Woodford (1999), Lucas (2007), Mc Grattan y Prescott (2010), Hodrick, y Prescott (1980).
BIBLIOGRAFÍA
De Vroey, M. (2011). Lucas on the Relationship between Theory and Ideology. Economics: The Open-Access, Open-Assessment E-Journal, 5 (2011-4): 1—39.
Kuhn, T. S. [1971/1996]. La estructura de las revoluciones científicas. Bogotá: FCE.
Kydland, F., Prescott, E. (1982). Real Business Cycle Model, Time to Build and Aggregate Fluctuations. Econometrica, 50, Nº 6, 1345-1370.
Lucas, R.E. Jr. 1976. Econometric policy evaluation: A critique. Carnegie-Rochester
Conference Series on Public Policy, 1 (1): 19-46
Lucas, R. E. Jr. (1988). What Economists Do. Mimeo.
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