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El éxodo juvenil, una mirada a la migración de los jóvenes colombianos

Felipe Cardona

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A donde se vaya se lleva la patria. Estamos condenados a sus signos proverbiales. Somos como los caracoles que arrastran con el hogar a cuestas. Aunque lo ocultemos con recelo, el origen se nos escurre por las mangas de la camisa. Por eso, un colombiano que camina por el Aeropuerto Heathrow de Londres a altas horas de la noche, sabe que ese hombre sentado en la sala de espera con cara de angustia es un compatriota en apuros.

Camilo Beltrán, que en su momento encarnó al hombre desesperado de la sala de espera, incluye a ese coterráneo solidario del aeropuerto en el itinerario de sus héroes personales. Un gesto frívolo como indicar la ruta a seguir hacia el barrio de Neasden a través del metro o tuve, bautizado como el “infierno con rieles” por el escritor Pedro Gómez Valderrama, tiene la relevancia casi de una redención para el recién llegado, que ni conoce el idioma ni tiene conocidos a quien acudir. Y es que no es fácil enfrentarse a Londres, Ciudad de ecos ostentosos y calles escurridizas. La cebolla monumental de los mapas se convierte para el incauto visitante en un entramado de parábolas e hipotenusas que no conducen al epicentro acostumbrado en las ciudades hispanas.

El anterior, puede pasar como un evento trivial, pero es una fiable representación de las adversidades de muchos estudiantes colombianos, que para mitigar los arrebatos de emancipación, prodigan por el mundo en busca de nuevos horizontes. Los hay en parajes solariegos, advirtiendo la cadencia proverbial de las olas, o los hay difuminados por el arribo de la nieve en medio de la romería citadina. Cada uno a su modo, escenificando el éxodo, sumándose sin temor a odiseas desconocidas, entre otras cosas porque es poco lo que se tiene por perder.
 
LONDRES MANDA LA PARADA

La ciudad predilecta para la epopeya del estudiante colombiano es Londres. Según el DANE hay cerca de 8.500 nacionales en la Metrópoli que bordea el Támesis. ¿A que se debe este número abultado de migrantes? Quizá a que los jóvenes aman el riesgo, y no es nada fácil entenderse con la capital del Reino Unido. Un día puedes gozar de la comodidad observando la serie de terror en el museo de Madame Tussauds y al otro día puedes estar al borde de la hipotermia durmiendo en los alberges latinos del. Elephant And Castle.

A esto hay que sumarle el costo de vida, que según la consultora Mercer es el segundo más alto de toda Europa después de Moscú. Camilo Beltrán, nuestro desamparado del aeropuerto, vivió durante 8 meses en Londres y sostiene que para sobrevivir allí, hay que tener por lo menos tres trabajos. Con lo que ganaba como cleaner de los almacenes ZARA, auxiliar logístico de los estadios de Twickenham y Wembley y mesero en eventos sociales en los hoteles Renaissance y  Marriott, apenas le alcanzaba para el sostenimiento básico y pagar la cuota de £ 320 del apartamento en Killburn Park, que compartía con otras 4 personas.

Alternando con el trabajo, Beltrán se inscribió, como el grueso de los estudiantes colombianos en un Instituto para aprender inglés.  Hay que decirlo, aunque el Icetex cuenta actualmente con 20 becas vigentes en Gran Bretaña, la mayoría de los estudiantes van a hacer cursos intensivos de inglés en las Academias que se extienden a lo largo de la Oxford Street. Las escuelas están divididas en tres categorías de acuerdo a su precio: Altas, medias y bajas. Beltrán optó por la del medio, pagó 16 millones  y estudió durante 8 meses en Mallveen House, escuela ubicada en el corazón del Picadilly Circus.

ESTADOS UNIDOS, EL IMÁN DE LOS ESTUDIANTES
Aunque los estudiantes colombianos, tienden a relegar la tradición migratoria aventurándose a rutas poco transitadas, Estados Unidos sigue siendo un destino predilecto para cursar estudios de pregrado, posgrado y el aprendizaje del inglés.

Según datos del Instituto de Educación Internacional que adelanta el programa Puertas Abiertas para facilitar el acceso de estudiantes latinoamericanos a las universidades estadounidenses,  en el año 2009, 7013 colombianos se matricularon en programas de educación superior. Siendo la Universidad del Sur de California la de más afluencia con 415 estudiantes.

Entre las experiencias del estudiantado colombiano en el país del Tío Tom, cabe destacar la que vivió Diego Bogotá, un estudiante de Ingeniería de 22 años, que se instaló en Fort Lauderdale en Miami con el fin de aprender inglés en la FIU de California durante tres meses. Según Bogotá, cada vez son menos los estudiantes colombianos en este sector de Estados Unidos, que enfocan sus esfuerzos a cursar carreras de pregrado, debido principalmente al extenuante ritmo de vida que exige tiempo para el trabajo y el sostenimiento.

BUENOS AIRES, UN DESTINO EN BOGA
Otro destino predilecto de los estudiantes colombianos es Buenos Aires, la ciudad de las milongas y los idilios furtivos. La meca de la contracultura suramericana, es un imán para los estudiosos de humanidades, diseño, modas y artes.  Según datos de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales y Comunicación, cerca de 6500 colombianos volaron al país gaucho para cursar ciclos de pregrado y postgrado en lo referente a estas áreas.

El número cada vez más creciente  de colombianos en Argentina tiene una explicación: la educación en este país del cono sur es una de las más baratas. El descalabro económico que el país tuvo que afrontar en el año 2001 desembocó en una caída acelerada de los precios en todos los ámbitos. Vivir en Buenos Aires es 20% más barato que en Bogotá y los precios semestrales de los programas educativos rara vez superan los 1000 dólares. Mientras en Colombia, Manuel Contreras pagaba 12 millones de pesos por adelantar la maestría en periodismo político en la Universidad de los Andes, en la Universidad de la Plata sólo tiene que consignar 750 dólares semestrales.
 
LA CUOTA EUROPEA: ESPAÑA Y FRANCIA
El país del ingenioso Hidalgo y de las tapas recibe anualmente cerca de 5500 estudiantes colombianos. Los programas de la Universidad Complutense de Madrid son los más apetecidos. Fernando Torres, periodista de la Universidad Externado de Colombia, vivió durante 2 años en la capital española y arribó a Colombia el año pasado con un Máster en Periodismo Multimedia Profesional.

Otro país europeo que no se queda atrás es Francia. A través de la agencia CampusFrance el gobierno galo ha beneficiado a cerca de 24 mil estudiantes colombianos en los últimos 10 años. Además del prestigio educativo, en ciudades como París y Lyon hay ciudades universitarias que ofrecen habitaciones y estudios a precios moderados que van de 120 a 300 Euros al mes. Circunstancia que convierte a Francia en uno de los destinos estudiantiles más económicos.

OTROS DESTINOS
Cada vez es más frecuente escuchar como se habla de Canadá en el cruce de palabras entre viajeros. El que hace poco, era uno de los países más deshabitados de América, hoy es uno de los destinos preferidos por el estudiante colombiano. El sistema educativo de altos estándares, hace que estudiante egresado de alguno de sus programas educativos goce del prestigio en su campo. Nidia Cifuentes, colombiana de 32 años, estudió medicina en Quebec  y hoy trabaja como jefe del departamento de pediatría en el Hospital Amcara de Pekín.
También Suráfrica, se ha convertido en los últimos años en un destino muy visitado por los colombianos. El alto nivel de vida en ciudades como Ciudad del Cabo, donde se puede vivir cómodamente con 120 dólares mensuales, es un imán para los jóvenes en busca de asideros.

Por último no hay que olvidar a Australia. Donde sobresale la ciudad de Melbourne, por su gran cantidad de oferta universitaria, especialmente en el campo de la música. 

En definitiva, abundan las oportunidades para el estudiante colombiano en el exterior, la cuestión es saber buscar la mejor opción, y como decía Novalis: aventurarse al vacio, porque la salvación casi siempre crece más allá de lo que conocemos.