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Diana Rodríguez
Profesora de la Escuela de Medicina
y Ciencias de la Salud

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La responsabilidad que asumí cuando obtuve mi título profesional, es algo que no doy por sentado, quiero construir país a través de mis aportes en la formación de futuras generaciones.

¿Quién es Diana Rodríguez?

Nací en Ipiales (Nariño), soy una muy orgullosa mujer nariñense. Estudié química en ingeniería química en la Universidad de los Andes. Inicialmente comencé en ingeniería química pero mi corazón se lo llevó la química, así que, aunque ingeniera, mi pasión está en la química como área global de conocimiento.

Crecí en una familia con ambos padres biólogos de formación y aunque durante mucho tiempo me manifestaba diciendo: “No, nada en ciencias básicas",  mira cómo es la vida, ahora soy química. Esta ciencia me llevó a conocer otra pasión: la ciencia de materiales. Me gradué como ingeniera química en el 2007 y como química en 2008. Tuve la oportunidad de trabajar como profesora de cátedra del departamento de química de la Universidad de los Andes, después de mi grado. Durante esta época, se me dio la posibilidad de conocer sobre la investigación realizada por el Doctor Jhon Capobianco, profesor de Concordia University (Montreal, Canadá) la cual se enfoca en el desarrollo de nanomateriales basados en lantánidos para aplicaciones biológicas y biomédicas, y en especial, en esa época, empezar a encontrarme con su trabajo en el desarrollo de nanopartículas para la detección temprana de cáncer. Y de las ideas de su trabajo, germinó en mi la semilla de estudiar e investigar en esta área. Después de muchos correos electrónicos, el Dr. Capobianco me confirmó que, si era admitida en el programa de Maestría en Química de  la Facultad de Artes y Ciencias de Concordia University, el sería mi supervisor. Efectivamente me aceptaron, me fui para Montreal, empecé a hacer la maestría, las cosas salieron muy bien, resulté siendo buena en esto y me transfirieron al programa de doctorado (‘fast-track’), del cual me gradué en 2017.  

Parte de mi doctorado lo financió MinCiencias (Colciencias en esta época). Mi proceso de financiación, lo que implica el pago de mi matricula, la transferencia de fondos para mi manutención y de seguimiento académico se llevaron a cabo sin ningún inconveniente.  Para el 2017, para el término de mis estudios de doctorado, me devolví a Colombia por motivos personales, familiares y para mi cumplir mis condiciones de condonación con MinCiencias. En este momento, empezaron los retos de convalidar mi título de doctorado y conseguir una posición docente en la academia. En el 2018, entré a trabajar en la Universidad Santo Tomás de Villavicencio, en el área de ciencias básicas impartiendo química general y orgánica a estudiantes de ingeniería ambiental, mecánica e industrial. A finales del 2018, el Programa de Ingeniería Biomédica de la Universidad del Rosario en convenio con la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, abrió una convocatoria para la contratación de un docente en el área de nanomateriales y nanotecnología. Con una mezcla de impulsos y motivación por sueños por cumplir con un porcentaje de incertidumbre y debo confesar, un poco de inseguridad, me presenté, y con un título convalidado a principios del 2019, en abril de ese año, me integré como profesora principal de carrera a la Universidad del Rosario. 

Desde ahí, inicié un nuevo camino, en el que hay mucho por andar, pero estoy muy agradecida por lo andado, por los frutos de esas primeras cosechas, un emergente laboratorio de síntesis de nanomateriales, un semillero de investigación en biomateriales para aplicaciones biomédicas (SyNERGIA) y estudiantes y egresados a los que he podido aportar en su formación. Poquito a poquito, con el apoyo de la 

Universidad, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del  Programa de Ingeniería Biomédica y financiación externa se han ido materializando ideas y proyectos. También, aquí en la Universidad, he conocido profesionales excelentes e integrales con los que he entablados colaboraciones en investigación y docencia. Con el Dr. Alejandro Ondo, profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud y líder del Semillero Si-BiO, estamos trabajando en el desarrollo de nanoplataformas pasivadas con iones lantánidos para la optimización del tratamiento del cáncer por radioterapia de fuente externa con rayos X. También estamos explorando la aplicación de estas nanoestructuras en otros tipos de tratamientos contra el cáncer, como la terapia fotodinámica, la radioterapia por captura neutrónica y la protonterapia. Por otro lado, con los Doctores Álvaro David Orjuela y Oscar Perdomo trabajamos en el desarrollo de sensores basado en papel usando puntos de carbono y su lectura e interpretación por visión por computador. Ambos profesores del Programa de Ingeniería Biomédica. En docencia, imparto biofísica 1 a los estudiantes de pregrado de Ingeniería Biomédica y a los de la maestría una asignatura electiva llamada Nanomaterials for Biomedical Applications, y desde el segundo semestre del 2020, tengo la responsabilidad de ser la co-directora de la Maestría en Ingeniería Biomédica de la Universidad el Rosario en convenio con la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito. 


Estoy muy agradecida por lo andado, por los frutos de esas primeras cosechas, un emergente laboratorio de síntesis de nanomateriales, un semillero de investigación en biomateriales para aplicaciones biomédicas (SyNERGIA), estudiantes y egresados a los que he podido aportar en su formación. 


Diana Amador

¿Qué significa para ti ser profesora de la Universidad del Rosario?

 

El significado de ser docente es dependiente del tiempo, ha ido cambiando, evolucionando y estableciéndose. Mis primeros meses en el Rosario, confieso que lo asocio a una etapa de miedo y comparación, de reflexionar si me sentía segura de poder hacer docencia, investigación, extensión y gestión administrativa. Sin embargo, fue el interés de los estudiantes sobre los nanomateriales y la nanotecnología y la pletora de aplicaciones biomédicas, los que alimentaron mis ideas y fueron borrando las inseguridades. En el Rosario, encontré ese espacio para formar en competencias, habilidades y actitudes que fundamentan el hacer de la investigación. Hoy en día, ya hemos materializado algunos de los resultados de proceso de investigación realizados por estudiantes miembros Semillero SyNERGIA, con ponencias orales y artículos de conferencia presentados en el IX Congreso Latinoamericano de Ingeniería Biomédica, en nanoplataformas para captura neutrónica, scaffolds para regeneración de tejido óseo y liberación controlada de medicamentos usando un hidrogel electroresponsivo basado en dextrano. 

Así, el más valioso significado de ser docente de la Universidad del Rosario, lo encuentro en este rol de aportar y ser testigo del camino en su formación que siguen los estudiantes. La motivación de ser su apoyo en la realización de sus aspiraciones académicas y profesionales que a veces se mezclan con sus personales. Para mí, esta oportunidad de poder formar en investigación, lo considero un regalo muy bonito que me dio la Universidad. 
 


El más valioso significado de ser docente de la Universidad del Rosario, lo encuentro en este rol de aportar y ser testigo del camino en su formación que siguen los estudiantes. 


¿Cómo ha sido tu experiencia como profesora? 

Ser química, y sus fundamentos básicos se usan en el diseño de nanomateriales. Cuando se pasa al escenario de la enseñanza-aprendizaje esto puede ser un reto para superar. Usualmente me encuentro a estudiantes en mis asignaturas de formación que involucran fundamentos de ciencias básicas como física, química o biología. En los cursos que se involucran el diseño de nanomateriales, muchos inician con la idea  “yo quiero hacer nanomateriales” hasta que se dan cuenta que necesitan de  conceptos claros de la química y ahí surgen afirmaciones como “pero yo odiaba la química”. 

Muchas veces la gente expresa su desagrado o desinterés marcado por la  química, y usualmente las razones se basan en métodos tradicionales de aprender las cosas de memoria y sin aplicación o correlación con el mundo real o figuras de profesores con estructuras de enseñanza poco flexibles y distanciados.   “No puedo hacer lo mismo, ni puedo perpetuar el trauma”, es una de mis intenciones de todos los días. Para esto, en un inicio, fui muy empírica, me dediqué a buscar alternativas de enseñanza que les llamara la atención, que despertara su curiosidad, que les permitiera relacionar conceptos con desarrollo de aplicaciones. No me alineo mucho con los procesos de enseñanza y evaluación tradicionales, creo que un aula se vuelve rica en conocimiento, fortalecimiento de competencias, y desarrollo de habilidades en espacios de enseñanza-aprendizaje por proyectos, problemas y por retos. 

Dentro de estos procesos de aprendizaje activo, he desarrollado actividades que involucran carreras de observación, club de revista, escape rooms, licitaciones y convocatorias, actividades que busco que sean integrales, que puedan relacionar sus conocimientos del curso que toman conmigo, con lo que ya han aprendido en otras asignaturas. En septiembre, entré a la Especialización en Innovación Pedagógica de la Universidad, y con lo que he aprendido ya he visto fundamentación y moldeado esas iniciativas empíricas. 

Otra cosa que estoy aprendiendo es en el manejo del tiempo, aunque a veces si se siente que dormir es opcional. Pero es desvelarse por algo que me está gustando mucho, y que estoy viendo el impacto positivo en mis espacios de clase donde yo facilito su aprendizaje de nuevos conocimientos. En la actualidad, la cantidad de conocimiento e información que (es muy difícil pretender que uno como docente sea la fuente de toda esta), es inmensa, así que la clave está en enseñarles a aprender y que sean conscientes de su rol y responsabilidad en su proceso de formación. 

¿Cuáles son los logros que consideras relevantes en tu vida académica y en particular en la práctica docente? 

Se presentó el momento en el que al término de mis estudios de  doctorado tuve que escoger entre una vida profesional en la industria farmacéutica o seguir una vida académica. Yo siempre tuve referentes muy bonitos de vidas dedicadas a la docencia y la formación en investigación, mi mamá fue profesora de biología en la Universidad Nacional toda su vida, y sus esfuerzos y dedicación a la vida académica es altamente reconocida; mi supervisor, el que busqué por todo el mundo, tiene una vida académica de formación en investigación de muchos estudiantes de pregrado, maestría y doctorado; y, sin importar el nivel de formación del estudiante, a todos siempre nos inculcó procesos de construcción de conocimientos rigurosos y de pensamiento crítico. Cada día, hoy desde el rol de docente, de formadora en investigación, busco poder aplicar esos aspectos de mis referentes. 

El Semillero SyNERGIA es hasta el momento, uno de mis logros, pero también mi proyecto en constante construcción compartido con un grupo de maravillosos estudiantes con muchas ganas de conocer, aprender y materializar ideas. El Semillero se destaca por establecer alianzas interdisciplinarias. En el VII Encuentro de Semilleros de Investigación estas alianzas en intereses de investigación disruptivas con el Semillero Si-BiO, se solidificaron en una propuesta titulada Nanotecnología aplicada a la sensibilización tumoral: una aproximación a la nanomedicina, la cual fue elegida ganadora en la categoría de ciencias básicas. 

¿Qué aspectos han marcado tu trayectoria como profesora de la universidad? 

La Universidad del Rosario va creciendo en ti. Puede que uno no sea rosarista de formación, pero se alinea conmigo los aspectos humanística de la enseñanza y de búsqueda de tener un impacto positivo en la sociedad. Es pilar en mi rol poder aportar en la formación de profesionales con competencias y habilidades que construyan país, con consciencia de su impacto en el mundo. Procurar que la siguiente generación viva en la búsqueda constante de mejorar lo que hay en este momento, eso se alinea en mi como persona y como profesora de la Universidad. 

Diana Amador

Es pilar en mi rol poder aportar en la formación de profesionales con competencias y habilidades que construyan país, con consciencia de su impacto en el mundo. 


¿Cuál es el aporte que le das a la universidad y a los estudiantes en el día a día? 

Yo me rijo por los principios de Feynman. El Dr. Richard Feynman, Premio Nobel de Física considerado el padre de la nanotecnología. Fue una persona que, además de ser completamente brillante, fue  divulgador de ciencias y un excelente profesor. El Profesor Feynman, dio 10 pautas que intento aplicar y trasmitir en el día a día a mis colegas, a mis estudiantes y amigos: ver los  fracasos como oportunidades para comenzar de nuevo, nunca dejar de aprender, no asumir nada y cuestionar todo, enseñar  a otros lo que se sabe, analizar objetivamente, reconocer las propias limitaciones y obrar consecuentemente, respetar las críticas constructivas, tomar la iniciativa, dar los créditos donde y cuando sea debido y, finalmente, amar lo que  se hace.  

Daniel diaz

¿Qué te inspira a enseñar? 

El futuro del mundo, de las personas, las siguientes generaciones, desde el cambio climático hasta las brechas en nuestra sociedad. La responsabilidad que asumí cuando obtuve mi título profesional, es algo que no doy por sentado, quiero construir país a través de mis aportes en la formación de futuras generaciones. Además, que, enseñando, aprendo más. 

 

Correo electrónico UR: dianaco.rodriguez@urosario.edu.co
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