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Recorrido breve por la historia de Colombia

Alice Ivón López Gómez

Retrato

“Es hora de construir la identidad entre todos
 los colombianos, soltando estereotipos y perdonando.
No podemos seguir siendo víctimas del pasado”

La historia de Colombia es la recopilación de sucesos enterrados a lo largo y ancho del verde de sus montañas. Este país tan rico y diverso, tiene tanto que es víctima de sus propias riquezas. Estás son tan incontables que dividirlas ha sido siempre un problema. Parte de la causa de esto, es no comprender quiénes están en su territorio y qué es lo mucho que tiene, lo cual ha terminado conduciendo al país latinoamericano a diversos enfrentamientos para comprenderse e identificarse entre unos y otros.
 
El saber quiénes son los colombianos es una de las incógnitas más ambiguas de responder. Es un entramado de ramas que conducen a nuevos conflictos que solo mutan entre una noción, un color, una persona o de una dirección. Todo esto solo han generado víctimas, llanto, desaparecidos, ruptura familiar, desplazamiento y dolor, que ha costado mucho perdonar.
 
En primera medida, en América Latina, continente de todos y de nadie, definir “lo qué somos” es absurdo, dado que no tenemos la capacidad de determinar un inicio. Porque no se sabe específicamente el cómo empezar a contar la historia, algunos consideran que desde la conquista, debido a que es el momento con mayor información disponible; en cambio otros determinan que debe ser desde mucho antes. Sin embargo, es complejo saber desde ¿qué fundamento? o ¿con base a quién o quiénes? O incluso ¿dónde? Sin un inicio real, por llamarlo así, es por lo que se inicia contando la historia con lo que se puede y con lo que se encuentre entre las ruinas y destrozos de la conquista.
 
Para no caer en generalidades es importante centrar este tema en el panorama colombiano. Es vital identificar la situación. Colombia como actualmente se conoce, no se llamó así desde el inicio de sus tiempos, ni tampoco sus fronteras son las mismas, pero el conflicto y el enfrentamiento es el único pilar que históricamente siempre ha estado. Incluso son décadas las que se lleva definiendo “lo que es”. Tanto así que después de la independencia la única salida que se encontró fue una guerra civil. 
 
Una guerra civil que cumplía con la labor de definir el cómo organizarse territorialmente, sin tener en cuenta que se perdía tiempo al no hacerlo de manera diplomática. Por esto,  finalmente, ni la guerra solucionará el problema de la organización territorial. Porque en cada constitución se implantó una organización diferente, ya fuese federalista o centralista. Esta situación generó una división social que marcaría a las generaciones en adelante, entre ser de un bando u de otro.
 
Además el poder generó locura colectiva, todos sin excepción querían algo. Se identificaron ahora por segunda vez, no por una idea de organización territorial, sino por colores. Cada uno defendía su color y a su paso pintaba todo del mismo. Sus pasos por el territorio fueron dejando marcas rojas y ríos no azules, sino rojos porque la sangre azul ningún monarca la ha comprobado.
 
Esa Colombia no es la que pintan hoy, no es la misma de la mitad del siglo XX. Cuando todo era gris por el miedo a caer en manos equivocadas -porque eso de salir con otro color era una muerte segura-. El descontrol era absurdo y los ideales eran lo último, a pesar de que eran la razón. Una explicación de ello se podría explicar a través de la teoría de H. Tattel en donde determina que el comportamiento humano es un comportamiento grupal, que al crecer en grupo se imitan las ideas, se aprende socialmente, se convive y se empatiza en lo que parece cercano o correcto. Por lo que el comportamiento de los colombianos a tomar una noción por encima de otra fue una herencia de la construcción del comportamiento grupal.
 
Ahora bien, tampoco todo fue malo, también estuvo uno que otro bien parado que logró pasar a la historia por sus acciones. Y en su misma acción cayeron para convertirse en héroes o por lo menos se les designo así, para no quedar tan mal en asuntos políticos o para generar la apropiación de la historia de la nación, la cual fundamenta la identidad de lucha y del poder.
 
De este modo es posible identificar que el problema se calmo, entre comillas, porque la cura para el mal fue una dictadura blanda, -como todo en la estructura de Colombia: suave y blando-. El General Rojas Pinilla, trajo de todo desde amoríos hasta rencores, que le cultivaron su fin político. Al ser un hombre demasiado pasional para unas cosas y de gran crudeza para otras salió y volvió, como hotel grande que es la tierra colombiana. Ha oscuras le robaran la presidencia y lo único que dejó fue un linaje, que hoy es deshonra.
 
En este mismo periodo histórico sin duda la modernización y las ideas se cultivaron dejando muchos beneficios. De tal modo que la mujer sobresalió, la tecnología y el libre mercado abrieron las puertas a un panorama más “amigable”. El mundo siguió su rumbo, mientras las guerras mundiales habían dejado un caos en el viejo continente y una oportunidad para los mal llamados, países del tercer mundo o subdesarrollados. En tanto se presentaba la posibilidad de centrarse en la explotación de materias primas y una gran reserva de alimento.
 
Con dicho panorama se pudieron haber firmado diversos acuerdos con el viejo continente y América Latina para aprovechar la oportunidad. Pero esto no fue posible, porque los del norte, en este caso Estados Unidos quería quedarse con todo, mandaron sus águilas a hacerles compañía a los cóndores y emprendieron su vuelo sobre nuestra tierra.
 
Daño indudable el que generaron las águilas con estrategias como el plan cóndor. Llegaron para intervenir al cono sur debido a la presencia de dictaduras, que irónicamente ellos mismos habían fomentado en Chile y Argentina. Incluso influenciaron cambios en todo el continente, bajo la excusa de instaurar el sistema occidental. Debido a que sus águilas venían con las alas cortadas de tanto luchar en contra del virus del socialismo, el cual se expandía como mejor alternativa para los países con falta de desarrollo.
 
Pero dichas águilas consiguieron dar un paso más firme y lograron la derrota del socialismo. Asimismo, cayó el muro de Berlín y la noción de un mundo socialista fue enterrada por la derrota de una Unión Soviética mal gestionada. Pero sin dejar de lado sus conexiones con América Latina, en tanto a la formación y apoyo a grupos armados ilegales con ideología marxista, leninista, socialista y comunista en la lucha del poder.
 
El triunfo de Estados Unidos por segunda vez a nivel mundial, la primera en el fin de la Segunda Guerra Mundial y la segunda con la derrota del socialismo. Visualizaron su triunfo, no para brindar esperanza o equidad a los más devastados, sino más bien para generar a través de organizaciones internacionales, medios de imposición y documentos que señalaran a los países por ser o no practicante de sus ideas. Un ejemplo de ello es la declaración de Derechos Humanos impuesta como medida de protección, pero también de intervención con tal de “garantizar la vida con el uso de la fuerza”. 
 
Ahora bien, Colombia es un país participante de las organizaciones internacionales, hace todo lo posible por estar siempre activo y busca darse a conocer en la esfera internacional. Pero internamente en el ámbito nacional la marca de la derecha y la izquierda dibujan el rumbo del país al finalizar la dictadura. El poder político se turna como un juego de ping-pong sobre un terreno de grandes zonas grises, sin ejecución alguna del poder.

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Razón por la que en Colombia se crearon grupos que representaban a una sociedad que demandaba necesidades y que el Estado quería ocultar para sacar provecho de terrenos o de otros beneficios que le pertenecía a la nación. Injustamente el Estado quería seguir enriqueciendo a los más ricos a costillas de otros que según ellos jamás protestarían o se darían cuenta. Pero vaya error, porque al negarles ciertos beneficios que estos solicitaban, se levantaron de diversas maneras, aparecieron grupos de presión legales y otros que se fueron a las armas, por recibir primero un ataque que una respuesta de solución.
 
Y fue así como de nuevo la solución al cambio fue un conflicto, desde antes de la independencia, la presión al cambio ha generado el entrar y salir de largo caminos de sangre que llegan hasta las plazas de cada esquina del país, con la intención de crear terror. En una sociedad que el Estado no reconoce, debido a la centralización de la mayoría de sus órganos. Los cuales hasta finales del siglo XX, se modificaron para intentar cubrir y controlar el territorio, pero aun hoy siendo un territorio sin explorar.
 
En general, durante medio siglo XX Colombia le dio la venia, la mano y las llaves de la tierra a Estados Unidos, se movió la política y los grupos ilegales hicieron de las suyas. No había opinión que valiera porque ninguna sobrevivió para contar la verdad, cayeron todos los mal llamados sapos. No se vivió un ambiente de tranquilidad, porque incluso en las ciudades en cualquier momento estallaba una bomba o se tomaban determinado lugar, desaparecían y torturaban, silenciando todo a su paso. Mientras tanto, los de las llaves pretendían solo hacer acuerdos, pero bajo el marco de la nueva amenaza -el narcotráfico-.
 
Es importante tener en cuenta que antes del narcotráfico ya habían surgido las FARC-EP. Un grupo de campesinos que, por llamar la atención del poder político, terminaron atentando contra el pueblo. Perduraron más de sesenta años, condenando al pueblo por culpa de los ricos del país que se negaron a dividir de manera equitativa el territorio. Además, sus vínculos con el narcotráfico les posibilitó financiar atentados y se adueñaron de pueblos enteros.
 
Por un lado, también surgieron grupos alternos como respuesta de las acciones de las FARC-EP, como los paramilitares que se ha demostrado que fueron financiados por el Estado y por los terratenientes para proteger sus propiedades. Sin dejar de lado que las fuerzas militares, en especial el ejercito realizó, con esfuerzo y con errores la defensa de las grandes ciudades ante estas amenazas.
 
Grande la tierra, tan incontrolable y ahora llena de cultivos ilícitos, vaya suerte la de un Estado que no logra controlar, ni dar respuestas a las demandas sociales. Como para que ahora les tocará conocer la geografía que habían ignorado, para poder atacar el narcotráfico. Y a pesar de que habían entregado las llaves, sabían que dejarlos entrar era la perdida de la soberanía. La cual tanto les había costado ganar en el marco internacional. Pero aún así aceptaron la ayuda, con la que poco a poco fueron ganando terreno en asuntos políticos y sociales.
 
Por otro lado, existía una sociedad civil joven que se informaba ante los sucesos y encontraba inaudito la actuación del gobierno, que mantenía una guía vieja y con muchos vacíos legales para seguir vigente. Por lo que fueron formando una inmensa red que se movilizó a las urnas. Al promover la séptima papeleta, que corresponde a lo que hoy conocemos como el inicio de la Constitución de 1991 de la República de Colombia. Sin embargo, esta también se quedo con más de un vacío, que se ha intentado rellenar con reformas.
 
Durante los últimos años antes del siglo XXI, el terror no disminuyó y la seguridad privada de los intrusos del norte, mantenía en la mira a los jefes de los carteles del narcotráfico. Se logró dar de baja a varios miembros y se realizaron acuerdos de “cursos de inglés gratis” por medio de la extradición. Asimismo, la situación fue tensa y se veía la necesidad del cambio. Las FARC-EP uno de los grupos terroristas más duraderos en la historia de Colombia, hacían de las suyas secuestrando, extorsionando, asesinando y reclutando a lo largo del país.
 
Sin embargo, los políticos aprovechaban el sin fin de problemas para engrandecer sus campañas políticas, prometiendo y haciendo acciones por negociar con los grupos al margen de la ley y los narcotraficantes. Pero los intentos fueron fallidos, a uno lo dejaron sentado y solo, porque nunca llegó el líder armado a negociar, lo cual concluyó como una vergüenza a nivel internacional. A otra por darse de valiente y ante la advertencia de no adentrarse a la selva para negociar, fue secuestrada.
 
La realidad era casi imposible de hacer frente, por lo que se visualizó el umbral con la llegada de las medidas de seguridad democrática a copia de la noción estadounidense. Esta la proclamó Álvaro Uribe, con su lema de mano firme que este pueblo aguanta más golpes”. Pero, cómo no iba a funcionar si esta idea funcionó tan bien en Estados Unidos, ellos que viven tan seguros y tranquilos, por qué no funcionaría aquí. Esta política fue dirigida en Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. De tal modo que las FARC-EP pasaron a ser parte de la lista de terroristas para poderla implementar.
 
Fueron ocho años de políticas que atacaron por todos los medios a los grupos al margen de la ley. Por lo que tuvo un crecimiento notable la fuerza armada y la inversión económica para las mismas. Pero el éxito de estas políticas no fue duradero, debido a que empezaron aparecer irregularidades en la forma en que fueron ejecutadas y la corrupción penetró todo su gabinete.
Tan notable política, terminó mezclada por la presencia de la parapolítica con dinero de fuentes dudosas y un sin fin de problemas que a más de uno lo han condenado a la cárcel.
 
Además, la crisis económica del 2008 hizo decaer el entusiasmo de un posible crecimiento económico frente a la propuesta de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. La relación afectiva hizo que otros se pusieran celosos, cortando la línea comercial en la zona fronteriza más extensa que se tiene con Venezuela. Sin olvidar que la intensión oculta de dicho tratado era lograr instaurar las dichosas bases militares. No siendo más que la intención de tener cerca a los que empezaban para ese entonces ha romper con su sistema occidental -en la República Bolivariana de Venezuela con Chávez-.

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Sin dejar de lado que, al mismo tiempo, por culpa del olvido de la geografía volvía a ser un problema, cuando Nicaragua reclamó a las islas de San Andrés y sus cayos como propios. Al implementar el uso del patriotismo como fuerza para ocultar un poco los errores del gobierno de ese entonces. Ya que los daños internos no salieron a la luz hasta el final de su gobierno.
 
De este modo, los problemas se repiten en esta historia, buscando cambios de las mismas problemáticas. Es tal el caso, que después de ocho años de un gobierno fuerte que tuvo sus puntos positivos pero enterrados por los negativos, se quiso seguir por la misma línea. Porque eso de salirse de la zona de confort es muy arriesgado, a pesar de que se quiera un cambio.
 
Fue así como designado electo llegó el santo al poder, pero a mitad de camino cambio su ideal de mano firme y de seguir con un ataque directo a los grupos al margen de ley,  por la propuesta de realizar un Proceso de Paz con las FARC-EP por medio de diálogos. Desde entonces fueron fuertemente criticados. (Pero acaso no quieren un cambio, cada vez que existe una forma de cambiar lo que se conoce, se da un paso atrás porque es demasiado riesgoso). Sin dejar de lado que también el cuento de la paz, lo terminó usando para reelegirse. Pero, cumplió su gran sueño de pasar a la historia, por ser el único intento que logró hacer firmar a las FARC-EP.
 
Sin embargo, que vergüenza de país que tanto quería la paz y el día que le preguntaron por ello, votó que no la quería. Las mentiras y el temor por acabar con el conflicto armado hicieron que la mitad más un pequeño porcentaje demostrará que no se apoyaba el Proceso de Paz. Pero con la presión internacional y la de los mediadores, se siguió el proceso, se escuchó el primer perdón por parte de las FARC-EP y se dejaron las armas para conformar un partido político.
 
El futuro en este ámbito en ambiguo, se espera con ansiedad el qué será de este partido, el cuánto durará, el cómo entre este pre-proceso de paz y el nuevo gobierno se derrumban los pilares del anterior. Porque el nuevo gobierno no es más que el títere del que antes mencioné, con su noción de una política de seguridad democrática y que el enemigo, sin importar la firma del proceso, lo sigue viendo como un terrorista.
 
Un gobierno que simplemente a desempolvado las cosas que ya había hecho Uribe para retomarlas. Pero es verdad que Duque el actual presidente de Colombia, solamente ganó por el miedo a que la izquierda volviera a Colombia una Venezuela más. Incluso Duque que es tan temeroso a lo diferente, hace frente por todos los medios abogando más por Venezuela y los venezolanos que por sus ciudadanos.
 
No es de negar los múltiples problemas a nivel micro-social con la situación de la nutrición, los grupos indígenas, el vandalismo, el consumo de drogas, la dificultad para algunos para desplazarse, el acceso a la educación, a la sanidad, el daño ambientas, la desigualdad social, entre muchos otros problemas que se suman a esta pequeña lista que demuestra el gran problema con el que se convive.
 
La historia de Colombia, entonces se enmarca en un sin fin de conflictos, teniendo una identificación inconclusa de quiénes son los colombianos. Por lo que solo queda un gran reflejo del conflicto interno, en donde se ha identificado al enemigo como el culpable de todos los males de la nación y no a todos los miembros que de manera indirecta o directamente participaron.
 
Colombia se quedó con una definición pobre que ayude a reconocer el quiénes son. No son los colombianos, aquellos rojos o azules que se desangraron por ideales que ni ellos mismos entendían. Tampoco, la dictadura opresora que se intento. Ni parte de un grupo armado ilegal o copartidarios de grupos de presión que el Estado solo ignora. Quizás, ni siquiera se entiende que es ser de derecha o de izquierda o el perseguir un sistema socialista o capitalista. Porque solo fueron ideas que llegaron a Colombia para dar una forma de identidad de algo que no se construyó colectivamente.
 
Ahora, es un momento vital el encontrarse con ese otro que siempre se había identificado como el malo. Es ahora cuando se deben romper esos espectros de clasificación entre unos y otros. Se debe perdonar, más nunca olvidar la historia, que en el caso de Colombia no es más que una serpiente que se come la cola una y otra vez. Todo tendrá que cambiar, con un poco de esperanza, perdonándose entre hermanos de una misma nación. Pero también, reconociendo que son los estereotipos los que han sido la herramienta de fortalecimiento del conflicto. Al configurar el orden social y a la estructura social, sabiendo que estos estereotipos son injustos y que entre más se mantengan, mayor reproducción social tendrán, estigmatizando a unos de algo que posiblemente ya dejaron de ser.
 
Es el momento de luchar en grupo, eliminar los últimos trozos que quedan de grupos armados y continuar con una visión a los problemas micro-sociales a los que se les ha dado la espalda por culpa del conflicto. La eliminación de esa idea del enemigo, debe ser una razón más para invertir en otros sectores que no sean los de las fuerzas armadas.
 
Y que así, como muchos turistas creyeron por muchos años que Colombia era un país inseguro y de temer. Hoy sea la buena imagen que ha ido ganando a nivel internacional. Al ser reconocido como un país de artistas, futbolistas, escritores, cultura, gastronomía, música, entre un sin fin de espacios en los que los colombianos son más que un conflicto sin fin.
 
Que placer es encontrarse en el extranjero con personas curiosas de descubrir nuestro país. Para describirles a través de recuerdos los paisajes inimaginables de amaneceres o atardeceres. El poder disfrutar del buen clima o de abrigarse un poco para ir a lo alto de los Andes. Calentándose las manos con una tasa de excelente café colombiano o un agua de panela. La felicidad que nos enmarca como uno de los países más felices del mundo, a pesar de todo. O la sorpresa del turista al descubrir que no todos los colombianos hablamos paisa o que usamos sombrero vueltiao, que somos diferentes, que nos gusta quienes somos, que estamos cambiando y que cada granito de arena sirve para mejorar la imagen internacional.  
 
Así es como un país no se puede definir solo por los errores de sus antepasados al entrar en conflictos, guerras y daños que perduran. Sino que debe asumir la responsabilidad de poder identificarse como una nación fuerte, que desea cambiar al eliminar la noción del otro, solo por saber quién se es dentro de una sociedad, si el bueno o el malo. Son las buenas recopilaciones y apropiaciones de la historia la que hacen que todo un país pueda perdonar. Dar pasos de gigantes para cambiar lo que por miedo habían creado monstruos sociales, que por no dar solución crecían y generaban más daño con el paso de los años.