n los últimos años, son muchas las innovaciones en lo que respecta a tratamientos y opciones que se tienen en temas infertilidad, además se han eliminado los tabúes en relación a este tipo de intervenciones y se ha normalizado hablar sobre estos temas dentro de la sociedad. (Cárdenas González, C. A., & González Ortiz, C. A, 2021) Actualmente se disponen de diferentes alternativas para aquellas personas y parejas, que desean formar una familia, estas son las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA). (Cárdenas González, C. A., & González Ortiz, C. A, 2021). Dentro de estas encontramos la maternidad subrogada, o también conocida como alquiler de vientre, de la cual, hoy en día, es frecuente leer y oír en medios, ya que algunos famosos y famosas, han logrado convertirse en padres por medio de ella. En esta ocasión, la médica Maria Camila Torres, de la Decanatura del Medio Universitario, trae una visión de la Maternidad subrogada: una alternativa en tratamientos de infertilidad.
En termino generales, consiste en una técnica, donde la pareja o persona interesada aporta los óvulos y/o espermatozoides necesarios, o bien, se recurre a donantes de alguno de los dos gametos. Posteriormente un ginecólogo, experto en fertilidad, realiza el proceso de fecundación del óvulo a través de la fertilización in vitro. Cuando el embrión se forma, es transferido a una tercera persona, conocida como mujer gestante, que será la encargada de gestar y dar a luz al bebé. (Novafem, s.f.)
Al ser una práctica, para algunos, polémica, y que genera diferentes posturas a nivel político, ético y religioso; ha recibido varios nombres a lo largo de la historia, como son: maternidad subrogada, maternidad por sustitución, alquiler de vientre, uso solidario de vientre, entre otras. (Cárdenas González, C. A., & González Ortiz, C. A, 2021). Estas denominaciones varían, principalmente por la concepción o definición que se tenga de la maternidad en una cultura o sociedad en particular. Por un lado, que este sea un proceso integral que involucra todo en cuanto la mujer embarazada es y vive; o por el otro, un proceso independiente, reducido a la mera vivencia del proceso de la gestación. (Muñoz-Gómez, 2018).
