El género true crime, ya sea en formato literario, televisivo, o radial, entre otros, siempre ha sido muy exitoso.

Este éxito se puede atribuir a que el género es especialmente atractivo por su estructura y contenido. También hay varias razones detrás del interés del ser humano por el crimen y la violencia, que son características de la categoría. Féretros Tallados a Mano, de Truman Capote (Capote, T. 1980) es tan solo un ejemplo de lo mucho que se consume este tipo de literatura, incluso hoy en día.

Existen cuatro elementos que dan explicación al fenómeno del consumo de true crime desde la psicología. Estos se pueden resumir de la siguiente manera: necesidad de saber, deseo de experimentar, exploración, y entretenimiento. Adicional a estos elementos, también hay que considerar que el ser humano se siente atraído por la violencia inherentemente debido a rasgos evolutivos (territorialidad, entre otros). (LiveScience, 2008).

El primero consiste en que el ser humano es curioso por naturaleza, lo cual lleva a que sintamos la necesidad de comprender lo que pasa a nuestro alrededor. Teniendo esto en cuenta, el contenido de los géneros policíaco y de crimen pueden servir como herramienta para entender el funcionamiento de la mente de, por ejemplo, un asesino. Es decir que una de las razones por las que nos gusta consumir este tipo de contenido es porque nos ayuda a comprender por qué una persona comete un asesinato, o cómo es que alguien no puede sentir empatía y por eso actúa de cierto modo, cuando no podemos entenderlo por nuestra cuenta. (Lickerman, A. MD. 2010).

El segundo elemento consiste en que pensar en situaciones peligrosas hace que el cuerpo produzca adrenalina, lo cual se siente bien e incluso se ha encontrado que puede causar síntomas similares a la adicción. (Heshmat, S. PhD. 2015). Al leer o consumir relatos de crimen, es como si el lector estuviera viviendo una situación peligrosa, pero sin todos los riesgos. Es decir, hace que podamos casi experimentar el peligro, pero dentro de un ambiente seguro y controlado. Parte de lo que resulta divertido es saber que finalmente somos nosotros los que tenemos el control, y saber que la situación no es algo real e inminente resulta tranquilizante. (Penn. State University, 2015).

El tercer elemento, la exploración, hace referencia a que aprender sobre acciones extremas ajenas, como asesinar, nos permite explorar rasgos de nuestra personalidad y de la psiquis humana. Es decir, podemos aprender de las experiencias de otros sin tener que repetirlas o experimentarlas en carne propia. Consumir contenido true crime hace que lo anterior sea posible muy fácilmente, ya que se puede hacer en cualquier formato.

Por último, este género brinda un tipo de entretenimiento excepcional. El ser humano se divierte resolviendo problemas y todo el tiempo busca patrones y explicaciones en su existencia, y como los géneros policíacos y de crimen son en sí misterios, resulta muy entretenido intentar descifrar el desenlace de los hechos narrados en un cuento o historia antes que el protagonista o narrador. De esta manera, leer cuentos como el de Capote resulta ser un ejercicio para la mente que de paso nos preparan en caso 

 

El consumo de literatura y televisión relacionadas con crimen también está conectado con el entorno sociocultural. El tipo de crimen que se lleva a cabo es más generalizado en una región, esto afecta el tipo de crimen que se consume lo cual explica por qué en Estados Unidos se producen tantos documentales y series sobre asesinos seriales y psicópatas, esa es su realidad. Esto no quiere decir que este tipo de crimen no exista en otras partes del mundo, pero es el tipo de crimen que se vive comúnmente. Por otro lado, en Latinoamérica, y Colombia en especial, se consume otro tipo de violencia: el narcotráfico. Este ha sido parte de nuestras vidas por más de medio siglo, y explica por qué existen tantas novelas basadas en la vida de los narcotraficantes. Se consumen tanto, que, para lograr entrar al mercado en el sur de América, Netflix no buscó hacerlo con ‘Making a Murderer’, que fue un triunfo al norte, sino produciendo ‘Narcos’ (Semana, 2014).

Pienso que este fenómeno se debe a que es fácil que las personas se relacionen con lo que ya conocen. Es decir, es viable para alguien que ha vivido o conoce los estragos causados por el narcotráfico, entender y mostrar interés por un contenido que ofrece eso mismo, su realidad. Por ejemplo, en Colombia hace unos años las personas se preocupaban por morir en un atentado producto de un narcotraficante, o ser secuestrados, más que por ser víctima personal de un asesino en serie. Mientras tanto para un estadounidense que conoce las historias del asesino BTK, o Ted Bundy, su interés radica allí, en lo que conoce y representa una preocupación factible. En este aspecto, aplica una de las normas de noticiabilidad del periodismo: cercanía. Esta norma propone que para que un evento sea noticioso, debe ser cercano (no solo geográficamente) a la audiencia (Martini, S. 2000). El contenido (libro, cuento, novela, podcast) que se va a publicar debe parte de su éxito a si está dirigido al público correcto.

Para concluir, es posible afirmar que Féretros Tallados a Mano (Capote, T. 1980), al igual que todas las otras novelas, libros, documentales y demás formatos de contenido violento, son exitosos porque existe una atracción natural del ser humano hacia lo violento. El éxito de alguno de estos contenidos se debe tanto al contenido en sí, como al contexto del público al que se dirige.   

 

Esto, además, explica por qué existen diarios como el Q’hubo, por qué la gente para el tráfico para chismosear un accidente, y por qué la gente sigue viendo Mentes Criminales después de 13 temporadas (y contando) o CSI. El interés y morbo que sentimos hacia lo violento tiene explicaciones biológicas y evolutivas que se ven reflejadas en el tipo de entretenimiento que consumimos. Este, a su vez, se ve afectado por las condiciones particulares de nuestro entorno, porque consumimos cosas con las que ya estamos familiarizadas. Cabe resaltar que esto no significa que contenidos extranjeros no puedan tener éxito fuera de su contexto, pero para despertar el interés por consumirlos, primero debe haber exposición a esa cultura o contexto.
 
Bibliografía:
Capote, T. (1980) Féretros Tallados a Mano en Música para Camaleones.
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