La universidad busca contribuir y tener pertinencia social desde la investigación, que deriva en nuevas formas de entender y conocer.
Septiembre/2019
El discurso escrito es uno de los garantes con los que contamos para transmitir a todos nuestros lectores los desarrollos, avances y resultados de la investigación que realiza la Universidad del Rosario, la cual cuenta con un rasgo que nos gusta señalar y, en cierta medida, enfatizar: la excelencia. En este tercer número de nuestra Revista Divulgación Científica, queremos contar, de acuerdo con nuestra línea editorial, de una forma ágil y sencilla, diferentes temas que la institución considera van en beneficio de la sociedad. La investigación constituye en sí misma un valioso instrumento para ser empleado por la sociedad, es mucho más que un objeto —sin abandonar lo que por naturaleza le compete: garantizar procesos de calidad—, puede entregar valiosa información sobre diferentes temas de interés, para avanzar en el análisis y propiciar la creación de redes de conocimiento. La producción de conocimiento conduce a que se piense en favorecer una labor conjunta en todo sentido, como un trabajo mancomunado que pase por los investigadores, los estudiantes, los lectores, pero también, que involucre a las instituciones. Lo anterior encaminado y visto como una posibilidad, por lo demás afortunada, para que salga a la luz la investigación fruto del trabajo de la universidad, esa que desde los principios fundacionales es hecha con un amplio sentido de lo social, para dinamizar el conocimiento en beneficio de todos. La universidad busca contribuir y tener pertinencia social desde la investigación, que deriva en nuevas formas de entender y conocer. Lo cual exige, por supuesto, algunas condiciones para hacerlo. Implica entender la investigación en la universidad como producto que busca contribuir a crear desarrollos para la población.
El Rosario desarrolla, de manera constante, estrategias que llevan al fortalecimiento de la cultura de la investigación. Enseñar y mostrar al público interesando animan a la construcción de una dinámica en la que la interlocución, el debate y la comparación dejen de ser un tema marginal y se constituyan en los actores para el avance y consolidación de los saberes. A modo de cierre es recomendable invitar a que recordemos lo que algunos pensadores nos han señalado sobre el particular, en este número miremos lo que nos decía Norbert Elias: [...] en las ciencias desarrolladas el criterio principal es la relación entre los nuevos resultados de la investigación disponibles en cada caso y el saber más antiguo existente, es decir, no algo que pueda expresarse mediante polaridades estáticas del tipo 'correcto' o 'falso', sino precisamente mediante referencias a lo que hay entre ellas, sobre la base de la dinámica de los procesos científicos en cuyo transcurso el saber teorético-empírico se hace mayor, más cierto, más adecuado. (Norbert Elias (1982). Sociología fundamental, Barcelona: Gedisa, p. 63).