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Divulgación Científica - URosario

Cultura y Sociedad

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Unir saberes, fórmula para responder a los retos del cambio climático

Generar discusiones que permitan hacer preguntas compartidas para entender y afrontar la complejidad del cambio climático desde diferentes disciplinas y saberes es el mayor reto del grupo de estudio de Cambio Climático de la Universidad del Rosario. Está conformado por académicos de las áreas de Antropología, Biología, Jurisprudencia, Medicina y Gestión y Desarrollo Urbanos.

  Fotos: Milagro Castro/Alberto Sierra
Por Inés Elvira Ospina
 

Cada año, el cambio climático produce cerca de 400 mil muertes por hambre y enfermedades transmisibles, que afectan, en especial, a los niños de países en desarrollo como Colombia. Anualmente, esa variación del clima a nivel global lleva a precipitaciones en una parte del planeta (zona oriental de América del Norte y del Sur, Europa septentrional y Asia central) y sequías en otras (África meridional y partes de Asia meridional), lo que produce inundaciones, desplazamiento de las personas, escasez de alimentos y problemas de movilidad, entre otros, con pérdidas cercanas al uno por ciento del pib mundial.

Estos hechos que monitorea con preocupación el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, establecido por la Organización de Naciones Unidas, tiene en máxima alerta a gobiernos y ciudadanos del mundo. Colombia, entre ellos, por su alto nivel de vulnerabilidad, como lo han mostrado los ciclos climáticos de El Niño (régimen de sequía) y La Niña (régimen de lluvias), que hoy son relacionados con escasez hídrica, inestabilidad de suelos, aumento del nivel del mar e inundaciones.

“Las intervenciones académicas son fundamentales para entender mejor las causas del fenómeno y sus efectos, con el propósito de incidir en las políticas públicas sobre prevención, mitigación y adaptación del cambio climático. El trabajo académico es también fundamental para sensibilizar a la sociedad civil, a los gremios económicos y a los entes gubernamentales sobre los impactos humanos en lo relativo a esta cuestión”, señalan los catedráticos de diversas facultades de la Universidad del Rosario para explicar la existencia del grupo de Cambio Climático.


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Se trata de un grupo de investigadores que crean escenarios de conversación y trabajo académico para analizar la problemática desde una mirada amplia, en la que se integran diversas escalas de análisis, debates y retos socio- ecológicos. De esa manera, logran generar propuestas de intervención ancladas en las distintas realidades ecosistémicas, económicas, sociales y políticas del país.

“La idea es que cada uno de nosotros aporte con su conocimiento y experiencia en las diferentes áreas como la biología, la jurisprudencia o la antropología, entre otras. Se trata de articular los saberes y así aportar en mayor medida”, explica Diana Bocarejo, profesora de la Escuela de Ciencias Humanas y miembro del grupo, del que también forman parte los profesores Juan Posada y Adriana Sánchez, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas; Andrés Rey, de la Facultad de Jurisprudencia; Gustavo Adolfo Carrión, de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales; Leonardo Briceño Ayala, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud; Esteban Rozo, de Antropología; Alejandro Fejed, de Gestión y Desarrollo Urbanos; Jenny Andrea Díaz, de la Dirección de Hábitat, y Javier Fernando Cárdenas, estudiante de maestría.

 
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“Nuestra apuesta está en pensar en la conservación medioambiental y otros temas involucrados en el cambio climático, pero entorno a los derechos de la comunidad”, enfatiza Diana Bocarejo, investigadora de la Escuela de Ciencias Humanas.



“Desde que me invitaron a la iniciativa, me pareció interesante el tema de unir nuestras experiencias y trabajar en diferentes proyectos, encaminados en una misma dirección, pero con la mirada y el aporte de cada uno bajo su disciplina. Además, es una forma de compartir nuestro conocimiento, aplicarlo y lograr un mayor alcance en torno a problemas que afectan directamente a la sociedad”, afirma Sánchez, bióloga y docente de la universidad.

El grupo, que se creó en 2017, tiene entre sus objetos de estudio los compromisos adquiridos por Colombia en la cumbre de Cambio Climático de París (Francia) y reiterados en Bonn (Alemania) 2017. En ellos, el país reafirmó su trabajo en la formulación, aplicación, publicación y actualización de programas nacionales que contengan medidas orientadas a mitigar el cambio climático.

Bajo esa sombrilla, los investigadores definieron los lineamientos de trabajo entre los que están el análisis de la biodiversidad y sus beneficios ecosistémicos asociados; la realización de estudios sobre los impactos de los modelos económicos existentes; el estudio de las normatividades, legislaciones y propuestas de política pública frente a la prevención, mitigación y adaptación al cambio climático y, en general, la promoción de nuevas estrategias de gobernanza participativa que definan horizontes de conservación y cuidado ambiental en contextos urbanos y rurales.

 

 

“Queremos puntualizar algunas de las discusiones en el marco de los retos que llamamos socioambientales. Nuestra apuesta está en pensar en la conservación medioambiental y otros temas involucrados en el cambio climático, pero entorno a los derechos de la comunidad. Vemos avances en la protección de áreas, pero en un país como Colombia, con niveles altos de desigualdad y pobreza, se debe pensar en los habitantes que no pueden ser comparados con grandes mineras, por ejemplo”, afirma Bocarejo, para quien lo ideal es generar propuestas que involucren derechos humanos y justicia ambiental.

Para cumplir con sus objetivos, han definido realizar actividades en espacios académicos y abrir otros de interacción con grupos o instituciones y con la sociedad civil. Todo en aras de abordar la problemática desde puntos de vista diferentes y con los actores involucrados.



PRIMEROS PASOS Y PROPUESTAS PARA CONSOLIDARLO
El grupo dio un primer paso en la dirección de sus propósitos, al concretar una alianza con la Fundación Heinrich Böll para la realización de tres foros en temas relacionados con el cambio climático. El primero de ellos, Energías alternativas: posibilidades y retos, se llevó a cabo en febrero de este año. El segundo, cuya temática girará en torno a las áreas de conservación habitadas por personas, está programado para septiembre y a él se ha sumado el Instituto Humboldt. El tercero, buscará abrir el espacio para discutir e intercambiar ideas sobre gobernanza ambiental.

“Nos sentamos en el grupo a revisar cuáles son las discusiones más importantes que se dan en torno a la política pública colombiana y en términos de esta coyuntura posconflicto. La generación de energía eléctrica en Colombia y la búsqueda de energías alternativas es una discusión muy importante; pues, aunque gran parte de la energía en Colombia provenga de las hidroeléctricas y se piense como energía limpia, las hidroeléctricas han tenido unos costos ambientales y sociales que los gobiernos han silenciado”, afirma Bocarejo, doctora en antropología.

 
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“El Grupo de Cambio Climático nos permite unir nuestras experiencias y trabajar en diferentes proyectos, encaminados en una misma dirección, pero con la mirada y el aporte de cada uno bajo su disciplina”, dice Adriana Sánchez, profesora de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas.


Organizarlo no fue fácil porque debieron convencer a diferentes actores del sector energético de la importancia de su participación. Así fue como lograron sentar en un mismo espacio a empresarios del sector y a aquellos que traen proyectos con energías nuevas, académicos y organizaciones gubernamentales, ambientales y sociales, entre otros.

Con su participación se realizó primero un taller y luego un foro público con cinco invitados. El trabajo realizado propició un diálogo e intercambio de disciplinas y experiencias y permitió identificar algunos de los desafíos y recomendaciones en diferentes niveles y desde diversos saberes en una discusión que se torna cada vez más relevante para el país.

Precisamente, esa es una de las premisas del Grupo, articularse con actores más allá de la academia, que involucren la política pública y la ciencia. Fue así como hizo parte de los organizadores del Encuentro de saberes para la defensa de nuestros ríos y sus peces migratorios, un evento realizado en el marco del Día Mundial de los Peces Migratorios en Barrancabermeja, en abril de este año.

 
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“Las intervenciones académicas son fundamentales para entender mejor las causas del fenómeno y sus efectos, con el propósito de incidir en las políticas públicas sobre prevención, mitigación y adaptación del cambio climático, señalan los investigadores de la Universidad del Rosario para explicar la existencia del Grupo de Cambio Climático.

En el puerto pesquero se dieron cita pescadores artesanales de agua dulce y organizaciones involucradas en la protección de la diversidad de peces y el manejo de la pesca artesanal. Entre los asistentes discutieron las diferentes amenazas que enfrenta la conservación de los peces migratorios y las posibles acciones que se pueden tomar, basadas en el conocimiento tradicional de pescadores. Escucharon y discutieron la propuesta de dos proyectos que buscan comprender, proteger y administrar los ríos colombianos, sus peces migratorios y la cultura de los pescadores.

Por invitación del Rachel Carson Center for Environment and Society, y con la representación de Bocarejo, el grupo de Cambio Climático llegará a Múnich (Alemania), donde presentará sus ideas en el encuentro que busca dar a conocer iniciativas que se llevan a cabo en el mundo sobre humanidades ambientales. “La invitación me la hicieron porque trabajo en esa línea y esa es la idea que tenemos, aprovechar esas oportunidades para darnos a conocer y, de esa manera, consolidarlo”, concluye Bocarejo.

 

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