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Divulgación Científica - URosario

Economía y Política

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La influencia extranjera en la policía colombiana

Las relaciones diplomáticas con otros países han pasado por diferentes etapas. La investigación de Juan Carlos Ruiz, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, evidencia la influencia europea y después la estadounidense, así como el deseo de Colombia de emular instituciones de otras naciones.

  Fotos: Leonardo Parra / Alberto Sierra
Por: Ángela Constanza Jerez


La carta fue reveladora. Cada una de las palabras que el jefe de la misión francesa en Colombia en 1928 expresaba al ministro de Relaciones Exteriores de entonces mostraba la imagen peyorativa y negativa que tenía de nuestro país. “El representante francés le dice que la gente de Colombia no puede pensar bien porque sufre del mal del sueño, se le entumece los músculos por la altura de las montañas; se dedica más a dormir que a trabajar. Es una visión negativa y colonialista de la época, que nos sirve para entender cómo nos veían las misiones diplomáticas”.

El profesor Juan Carlos Ruiz Vásquez fue la persona que encontró esta misiva. La halló en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, uno de los tantos que visitó en diferentes países con el fin de obtener la información que necesitó para entender la política exterior de Colombia durante los siglos XIX y XX.

“La investigación es una buena descripción de la política exterior colombiana a los ojos de los europeos y una buena radiografía de lo que fueron los colombianos en su momento, así como sus instituciones, especialmente la policía, que es un magnífico espejo de la política nacional y del interés que había en Colombia por mejorar las instituciones. Algo que el país no logró conseguir por la situación convulsionada y de conflicto que vivió durante todos esos años”, explica Ruiz Vásquez, quien es profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario y cuenta con un doctorado en Políticas de la Universidad de Oxford (Inglaterra).

La tarea que se impuso de conocer cómo eran las relaciones de Colombia con otras naciones durante esa época, la mayoría de las cuales se centran en Europa, lo llevó a consultar el Archivo de la Administración de Alcalá de Henares, donde reposan los documentos de la administración pública española que no se perdieron en la Guerra Civil; los archivos nacionales en Kew en Inglaterra; el Archivo Nacional de Francia y el del Ministerio de Relaciones Exteriores del mismo país, así como el Archivo Nacional de Chile.

“Aunque algunas personas, como Alfonso López Michelsen, dijeron que Colombia era el Tibet de Suramérica, un poco para describir un país perdido en el mundo. En mi opinión, luego de haber revisado estos archivos, es que era todo lo contrario.


Colombia tuvo una relación muy estrecha con el mundo. Admiraba especialmente a Europa, sobre todo en el siglo XIX y en la primera mitad del XX, y quería copiar las instituciones y las formas de lo que consideraba el mundo civilizado.

Por otro lado, se ve a unos países europeos interesados en mantener una influencia muy fuerte sobre Colombia, un poco para frenar el ímpetu que empieza a tener Estados Unidos”, cuenta el profesor.

Parte de esas instituciones que el país quiso emular del Viejo Continente fue la policía Nacional. Precisamente, la primera misión que llegó para reformarla provino de Francia. Jean-Marie Marcelin Gilibert (Juan María Marcelino Gilibert) vino de ella, y hoy nuestra historia lo reconoce como el organizador e incluso fundador de la policía moderna, hecho que ocurrió en 1891 con el Decreto 1.000. Fue su primer director hasta 1898, cargo que retomó durante el gobierno de Rafael Reyes hasta 1923, cuando murió.


Más misiones

Juan Carlos Ruiz tiene registradas en su investigación otras misiones más, llamadas así a pesar de que no tenían más de tres personas o incluso una, como en el caso de la francesa. Después de ella vinieron misiones de Argentina, España, Chile, Estados Unidos e Inglaterra, que intentaron formar y reformar la policía colombiana sin mucho éxito.


“La razón por la cual no lo lograron fue porque era un país convulsionado, tanto que la policía desapareció varias veces. Fue fundada en 1891 y desapareció en la Guerra de los Mil Días (1899-1902); después se intentó hacer una gendarmería que desapareció en el gobierno de Reyes, posteriormente, en el ‘Bogotazo’ (9 de abril de 1948), volvió a desaparecer completamente, todo el cuerpo de policía fue licenciado porque se amotinó contra el gobierno de Mariano Ospina Pérez. Luego se trató de tener una policía en la época de Laureano Gómez, que se convirtió en la cuarta fuerza armada durante la dictadura de Rojas Pinilla. Cuando cayó el dictador, en 1958, comenzó la policía que conocemos hoy en día”, explica el investigador.

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Con estos sucesos en la policía, las misiones no lograron a cabalidad su propósito de generar nuevos entrenamientos, reclutamientos, reorganizaciones y otros asuntos técnicos de importancia para la institución. Sin embargo, la investigación evidencia que la misión chilena de 1936 logró imprimirle un carácter prusiano que todavía se ve en ceremoniales formales y desfiles.

De igual forma, la misión británica, que comenzó en 1948, después del ‘Bogotazo’, consiguió un acompañamiento largo (duró tres años), con grandes esfuerzos, en una nueva estructura por divisiones en tráfico, tránsito y bomberos. “Vinieron 12 policías de Bombay (India) que no hablaban español y por ello tuvieron problemas para comunicarse. Cuando llegaron estábamos en el peor momento de violencia, pasamos de Ospina Pérez a Laureano Gómez que necesitaba una policía totalmente politizada, ultraconservadora, algo que reñía completamente con el espíritu de los británicos que querían la policía de un país civilizado”, asegura el profesor.

A la británica le siguió una misión chilena en la década de los sesenta y una estadounidense, compuesta por agentes del FBI, que vino a formar a la policía en cuestiones contra la subversión, pues era el momento de bandolerismo, que se transformó posteriormente en la guerrilla comunista. Así comenzó Estados Unidos a convertirse en un faro influyente en la política exterior de Colombia.

“Desde esa época no se habla de misiones, hay asesorías y los policías colombianos viajan a diferentes países a formarse. Tuvimos policías formándose en policía comunitaria en España, en antiterrorismo en Miami y van regularmente a Francia y Canadá”, agrega.

Para el investigador, la historia de la policía refleja la transformación que va experimentando el país en política exterior, exactamente de los países que influyen en ella. Europa pasa de tener una fuerte influencia en el siglo XIX a ir perdiendo el protagonismo lentamente en el xx.


Y en el caso de Estados Unidos, pasa de no ser importante en el imaginario de los dirigentes colombianos a serlo en el siglo XX.

“Es interesante tener este conocimiento porque en Colombia no existen grandes historias de la política exterior del país, lo poco que hay es desde el derecho internacional. Además, las universidades deben ver qué hay sobre Colombia fuera del país”, dice Ruiz Vásquez.

 
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Por eso ahora tiene en mente hacer una visita a los archivos de Washington con el fin de revisar documentos desclasificados y de esa manera saber qué decían la CIA, el FBI y los funcionarios de diferentes organismos sobre la política y las instituciones colombianas.

 

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La historia de la policía nacional refleja la transformación que va experimentando colombia en política exterior, exactamente de los países que influyen en ella.