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Divulgación Científica - URosario

Economía y Política

Economía y Política

Una mano de la paz a la economía

Una investigación de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario estimó el impacto de la variación de los precios de algunos bienes de exportación de Colombia en el conflicto armado del país.

  Fotos: 123rf / Leonardo Parra / Alberto Sierra

Por Marlyn Ahumada
 


La clara prevalencia de grupos ilegales armados y del crimen organizado en diversas regiones colombianas acentuó los problemas de las instituciones y de la economía en épocas difíciles, como la vivida entre los últimos años del siglo pasado y los primeros del actual, cuando cayeron abruptamente los precios internacionales de los bienes agrícolas y en particular del café. Al mismo tiempo, durante este periodo se registró un aumento considerable del precio del petróleo en el mercado mundial.

En ambos casos tuvo lugar lo que se denomina un “choque al ingreso” (negativo en el primero y positivo en el segundo), lo que a su vez tuvo consecuencias en términos del conflicto o de las prácticas delincuenciales asociadas a este. 

Esta es la principal conclusión de una investigación en la que participó Juan Fernando Vargas, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, de la cual publicó un artículo en un importante journal de economía, catalogado por la publicación The Most Cited Articles from the Top-5 Journals (1991-2015), como de alto impacto (por la cantidad de citas que tuvo entre 2011 y 2015).

La investigación estimó el impacto de choques al ingreso causados por cambios extraordinarios de los precios de algunos bienes de exportación sobre el conflicto armado en Colombia, en el periodo comprendido entre 1998 y 2005. La base de datos utilizada incluye más de 21.000 episodios de guerra ocurridos en unos 950 municipios colombianos.

Commodities agrícolas

Los autores identificaron dos tipos de efecto: el “costo de oportunidad” y la “rapacidad”. El primero se manifiesta cuando, en virtud de aumentos significativos en el precio de bienes intensivos en la utilización de mano de obra, como los commodities agrícolas, se genera un mejoramiento de las condiciones del mercado laboral, que se expresa en alzas salariales. A su vez estas reducen los incentivos de los individuos a buscar la apropiación de recursos por la vía violenta, bien sea mediante prácticas de delincuencia común (atraco, extorsión, etc.) o mediante el engrosamiento de las filas de los movimientos armados en busca del amparo que estos pudieran representar al hacerles de alguna manera partícipes de los botines que recaudan (mediante secuestros, asaltos a instituciones bancarias, extorsiones, etc.).

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Se estima que entre 1997 y 2003 la caída del 68 % registrada en el precio internacional del café se reflejó en 18 % más ataques guerrilleros, 31 % más ataques de paramilitares, 22 % más enfrentamientos y 14 % más muertes, en comparación con lo ocurrido en las zonas no cafeteras durante el mismo periodo.

En otras palabras, el precio de los commodities agrícolas está relacionado negativamente con el conflicto: cuando el precio sube, el conflicto se reduce, lo cual es más evidente en los municipios que más producen esos bienes. De acuerdo con Vargas, ello sucede básicamente por tratarse de productos intensivos en trabajo, por lo que cambios en sus precios se traducen sobre todo en cambios en los ingresos de los trabajadores.

En el caso del café, la fuerte caída en su precio a finales de los años noventa incrementó de manera desproporcionada la violencia en los municipios cafeteros. Los cálculos del estudio mencionado estiman que entre 1997 y 2003 la caída del 68 % registrada en el precio internacional se reflejó en 18 % más ataques guerrilleros, 31 % más ataques de paramilitares, 22 % más enfrentamientos y 14 % más muertes, en comparación con lo ocurrido en las zonas no cafeteras durante el mismo periodo.

Así pues, la crisis cafetera redujo los salarios y el empleo principalmente en los municipios cafeteros, lo cual se evidenció en que la violencia aumentara debido a que el costo de oportunidad de vincularse a la actividad armada se redujo significativamente.


Recursos naturales

Por su parte, el efecto rapacidad se expresa cuando el mayor ingreso provocado por el aumento de los precios del recurso natural estimula la práctica violenta como el mejor camino para apropiarse de esos recursos adicionales. Esto significa que el precio de los recursos naturales (petróleo, carbón y oro principalmente, en el caso colombiano), está relacionado positivamente con el conflicto: cuando aumentan los precios, también lo hace el conflicto, y nuevamente ello se hace más palpable en los municipios más ricos en dichos recursos. Valga decir que, a diferencia de los commodities agrícolas, la producción de estos recursos es poco intensiva en el uso de mano de obra.

 

La investigación mostró que el aumento del 137 % reportado en los precios del petróleo entre 1998 y 2005 llevó a que los ataques paramilitares se incrementaran 14 % en promedio en los municipios productores de crudo. El choque petrolero también aumentó los ingresos municipales generados por la tributación de los recursos naturales y el secuestro de políticos y otros líderes. Estos resultados son consistentes con el aumento de la violencia por el petróleo lo que promueve la rapacidad sobre la mayor riqueza disponible en las arcas de municipios petroleros.


Estabilización de precios

En breve, el estudio mostró que aumentos de los precios de productos intensivos en capital hacen que aumente, sobre todo, la renta al capital, y ello estimula a los actores armados a tratar de apropiarse con violencia de esas mayores rentas.

Recuérdese que en las regiones petroleras las alzas del precio internacional del petróleo aumentaban las regalías recibidas por los municipios productores y causaba que el tesoro público de estos fuera más atractivo para los grupos armados y para los corruptos, que ejercen otra forma de apropiación, comoquiera que la malversación de los fondos públicos desvía hacia las arcas privadas dineros que, de otra manera, serían utilizados en programas de salud y educación, entre otros, mediante los cuales también se salvan vidas.

Para las distintas situaciones, los investigadores recomiendan la actuación tanto del gobierno como de la comunidad financiera, de manera que, en el caso de los productos agrícolas, se proteja en debida forma el ingreso de los agricultores.

A este efecto, según el profesor Vargas, buenas son opciones como el Fondo Nacional del Café, que en su momento sirvió a los cafeteros para las épocas de abundancia y las de escasez, al permitir que se separara el precio interno del externo e institucionalizar para ellos un colchón de ingresos que les garantizara un umbral por debajo del cual no podían caer, reduciendo así los incentivos para dedicarse a actividades ilícitas.

Además de los esquemas de estabilización de precios para los recursos naturales, el experto recomienda como una buena política gubernamental la implementación de sistemas de control y monitoreo eficientes, de modo que se pueda evitar que los fondos asociados a las regalías provenientes de recursos naturales se canalicen, mediante malos manejos presupuestales, bien sea a los grupos armados al margen de la ley, o hacia los corruptos.

En tales circunstancias, es indudable que el logro de la paz puede ser a la vez causa y efecto de las circunstancias que el país enfrenta en el mundo de la economía global y de la institucionalidad asociada a esta.

 

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Juan Fernando Vargas, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, adelantó una investigación que estimó el impacto de choques al ingreso causados por cambios extraordinarios de los precios de algunos bienes de exportación sobre el conflicto armado en Colombia, en el periodo comprendido entre 1998 y 2005.

 

El estudio mostró que los aumentos de los precios de productos intensivos en capital hacen que aumente, sobre todo, la renta al capital, y ello estimula a los actores armados a tratar de apropiarse con violencia de esas mayores rentas