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Economía y Política

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La competitividad jalona el bienestar de los latinoamericanos

Chile encabeza los listados de mejores niveles de competitividad y, por tanto, de desarrollo humano. Colombia está en un nivel intermedio, pero tiene condiciones que le permiten ascender. Una investigación de Giovanni Reyes y Alejandro Useche, profesores de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, es punto de referencia para debates en el mundo.

  Fotos: Alberto Sierra / Leonardo Parra
Por Ángela Constanza Jerez
 

Septiembre/2019

Luego de revisar la correlación entre competitividad, crecimiento económico y desarrollo humano, con un especial énfasis en el último, en veinte naciones de América Latina y del Caribe (ejercicio que abarcó de 2006 a 2015), los profesores Giovanni Reyes Ortiz y Alejandro Useche Arévalo, de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, encontraron que los países que ofrecen mejores estándares de vida a sus habitantes son aquellos a los que mejor les va en competitividad. Además, logran un mejor crecimiento económico.

Después de un año de investigación lo ven claro y con evidencias. “En la mayoría de países hay una relación directa entre competitividad y desarrollo humano. En la medida en que se genere más competitividad, que seamos más fuertes en los mercados internacionales, que podamos posicionarnos mejor con nuestros productos, eso nos va a generar más posicionamiento internacional, pero a la vez motiva el crecimiento y genera mejores condiciones de vida para las poblaciones. Eso quiere decir que la teoría del reconocido economista Michael Eugene Porter, director del Instituto de Estrategia y Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard, se aplica en nuestra región”, señala Useche.

Según el estudio de los académicos, Chile, Argentina, Uruguay, Trinidad y Tobago, y Panamá son los países con las tasas más altas de Índice de Desarrollo Humano (IDH) en América Latina y el Caribe, lo cual significa que sus ciudadanos tienen la libertad de elegir aquello que valoran para sus vidas por cuanto disponen de capacidades y opciones, según la teoría del reconocido economista indio Amartya Sen (nobel 1998). La manera de medirlo es con tres variables: esperanza de vida, ingresos y nivel de educación.

Los países que no presentan buenos resultados en dichas variables y, por tanto, son más débiles en desarrollo humano son Venezuela y los centroamericanos, con excepción de Costa Rica, es decir, Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.

“¿Qué factores hacen que unos sean funcionales en el campo social para su población y los otros no? Son 12 factores, pero los resumo en seis: 1. Estabilidad política, 2. Estabilidad macroeconómica, 3. Estado de derecho e instituciones incluyentes, 4. Infraestructura física, 5. Educación, 6. Cultura, entendida como un conjunto de valores, creencias y respeto a las normas”, indica Reyes.

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Giovanni Reyes concluye que todos los esfuerzos son importantes y en el centro de todos debe estar el ser humano y su sociedad. “Debemos reconocer que solo en empresas, en unidades de producción, en las organizaciones, es donde realmente se produce la riqueza”.



Useche explica que el factor de las instituciones está relacionado directamente con el imperio de la ley, con sanciones efectivas, ejemplarizantes, con justicia. El de infraestructura, en términos de competitividad, con centros de producción ubicados cerca de las costas, con el fin de que los insumos que se requieran lleguen de manera fácil y sin altos costos e, igualmente, los productos puedan ser exportados sin sobrecostos y complicaciones.

La estabilidad macroeconómica tiene que ver con el crecimiento del Producto Interno Bruto, el pago de la deuda externa, los niveles de inflación e hiperinflación, una moneda estable y un sistema financiero desarrollado, especialmente en lo tecnológico.


“Y en cuanto a la educación, además de mejorar los niveles en general, se requiere gente capacitada para el manejo y desarrollo de tecnología. Costa Rica ha tenido una política de apostarle más al desarrollo tecnológico.

Antes era exportador de piña y café, y desde los años ochenta generó condiciones para que la economía se basara en tecnología y para eso hizo importantes inversiones en educación. Por eso sale tan bien librada en el análisis”, agrega Useche.

Y cómo está Colombia
Colombia está en la subregión de los países de economía media, según la división de los profesores Reyes y Useche en su investigación. El orden es: Argentina, Chile, Colombia y Perú. Hace unos años al final de la lista estaba incluido Venezuela, pero su situación actual le impide estar allí.

El análisis de los 10 años evaluados mostró una leve mejoría en el índice de competitividad de Colombia —entendida como la ventaja o desventaja de una nación para poner productos en mercados internacionales—, al igual que en Perú y Panamá.

En el caso de Colombia, la poca ganancia en este indicador está relacionada directamente con la infraestructura. Contrario a lo que sucede en naciones con índices de competitividad altos, el país no tiene sus centros de producción cercanos a los puertos. Además, se ve afectado por lo que algunos economistas denominan la maldición de los recursos naturales, que no es otra cosa que basar su desarrollo económico en las riquezas naturales. “Lo peor que le puede pasar a Colombia es que siga encontrando petróleo”, dijo hace ocho años Porter a funcionarios del Gobierno y empresarios, reunidos en el foro Prosperidad para Todos.


A pesar del bajo aumento en competitividad, los profesores evidenciaron una relación positiva entre competitividad y desarrollo humano, al igual que en Bolivia, Panamá, Paraguay y Perú. No ocurrió lo mismo en la relación competitividad-crecimiento económico y este con desarrollo humano.

Useche insiste en que las fórmulas para superar esta situación están ligadas a hacer grandes esfuerzos en infraestructura, educación, fortalecimiento de las instituciones y, por supuesto, cultura. Contrario a otros países, Colombia tiene una ganancia enorme y es su estabilidad financiera, su entorno económico. “Es la envidia de la región. Jamás ha tenido hiperflación, nunca ha cambiado la moneda, ni siquiera le ha quitado un cero, no ha quedado mal con el pago de la deuda externa. Solo en 1999 el crecimiento del pib fue negativo durante un año completo. Los vecinos, por más grandes que sean, han tenido varias veces esos problemas”, puntualiza.

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Alejandro Useche señala que “en la medida en que se genere más competitividad, que seamos más fuertes en los mercados internacionales, que podamos posicionarnos mejor con nuestros productos, eso nos va a generar más posicionamiento internacional”.


El profesor Reyes, por su parte, concluye con el mensaje que quieren dejar con el estudio: “En primer lugar, todos los esfuerzos son importantes y en el centro de todos debe estar el ser humano y su sociedad. En segundo lugar, debemos reconocer que solo en empresas, en unidades de producción, en las organizaciones, es donde realmente se produce la riqueza”.

Así lo señalaron los investigadores en diciembre de 2016 cuando tuvieron el privilegio de presentar su estudio durante la plenaria mundial de la asociación de universidades adscritas al Instituto de Estrategia y Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard, dirigida por Porter. Fue uno de los seis trabajos expuestos y el primero de América Latina que tenía ese honor.

La investigación, además, fue publicada en marzo de este año en Harvard Competitiveness Review, con el fin de aportar otros elementos a los debates que sobre el tema se están dando en el mundo.

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