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Divulgación Científica - URosario

Economía y Política

Economía y Política

Alianza por una economía más formal

En la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario se gestó una novedosa forma de alianza entre el sector real y la academia, que permitirá poner en práctica ideas innovadoras que eliminen las barreras a la  informalidad en diferentes sectores económicos y aportar a la construcción de políticas públicas que propendan por una economía más formal e inclusiva.

  Fotos: Alberto Sierra
Por Víctor Solano


Colombia es un país donde la economía informal es el pan de cada día. Esto tiene diferentes consecuencias, como la reducción de la productividad, los escasos recaudos tributarios porque hay una menor base impositiva, la falta de control a la competencia desleal, los empleos mal remunerados y de baja calidad y las menores posibilidades de que los trabajadores puedan obtener una pensión adecuada para la vejez.

Fue por estas problemáticas que una pregunta-problema surgida en el Claustro de la Universidad del Rosario lideró una iniciativa que se hizo acreedora de una de las cuatro alianzas seleccionadas en la segunda convocatoria del programa Colombia Científica, una iniciativa del Gobierno Nacional que busca impactar el desarrollo científico, tecnológico y la innovación, para ayudar a la solución de problemáticas en las diferentes regiones del país.

En el proyecto Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal participan cuatro universidades internacionales, siete universidades nacionales (tres acreditadas y cuatro no acreditadas) y siete representantes del sector productivo, para un total de 18 actores participantes.

En la alianza participan, además de la Universidad del Rosario, las universidades de Oxford, Pennsylvania, Degli Studi Di Milano Bicocca, Paris School of Economics, Antioquia, Valle, Quindío, Autónoma Latinoamericana, Minuto de Dios e Ibagué.

Igualmente, las organizaciones Fundación Avina y la Fundación Capital y, como entidades articuladoras, están la Asociación de Mujeres del Cauca (Asom), la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas), la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).

Con todas estas instituciones, el objetivo es plantear programas y políticas públicas que promuevan la formalidad bajo un enfoque de inclusión productiva y social y con eso espera afectar positivamente territorios en Antioquia, Huila, Chocó, Norte de Santander, Risaralda, Meta, Boyacá, Quindío, Cauca, Tolima, Caldas, Valle, Santander, Bogotá, Cundinamarca y Atlántico. Los investigadores irán al terreno para aplicar sus conocimientos en construcción social con las poblaciones.
 

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Juan Miguel Gallego, investigador de la Facultad de Economía.

Este importante logro tuvo tres grandes escuderos dentro del Rosario: el decano de la Facultad de Economía, Carlos Eduardo Sepúlveda, quien oficia como subdirector de fortalecimiento institucional, el profesor Juan Miguel Gallego, director científico del programa y el profesor Andrés García. Quienes están decididos a, durante los próximos cuatro años, “proponer programas y aportar propuestas de política pública para poder resolver el problema de informalidad, más allá de reducirla a cero”, señala el profesor Gallego.

Ellos reconocen el reto: “necesitamos generar un escenario que promueva el crecimiento regional inclusivo con la construcción de canales que permitan conectar los territorios con una estructura económica, política y social que responda a ello. Hoy, la informalidad en diferentes dimensiones del sistema económico constituye una de las principales barreras al establecimiento de estas relaciones”, agrega el decano Sepúlveda.

Este programa persigue diagnosticar, caracterizar e intervenir diferentes dimensiones de informalidad que faciliten desarrollar capacidades productivas entre los diferentes actores económicos, para que eso se traduzca en la orientación efectiva de los programas y las políticas públicas del Estado.

Pero ¿por qué resulta tan importante este proyecto para el estado del arte y para la tradición investigativa de la universidad? Entre otras cosas, porque muestra cómo la academia pudo atraer una propuesta de investigación real mediante la llamada ‘triple hélice’ (sector empresarial, academia nacional y universidades internacionales) para aportar soluciones a un problema como la informalidad que tiene muchas dimensiones. Por supuesto, la gran meta será buscar vincular a lo largo de estos cuatro años al hacedor de políticas públicas.
 

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Carlos Eduardo Sepúlveda, decano e investigador de la Facultad de Economía.

La otra gran clave es que la propuesta no se conforma con que sus investigadores se quedan apilando conocimientos en las gavetas de sus anaqueles. “Cada equipo irá a los territorios para poner en práctica desde allá las apuestas que han hecho las empresas del sector real y así diseñar programas innovadores. Un ejemplo de ello será el experimentar con tecnologías de movilidad para la población de los recicladores, y que así mejoren sus ingresos”, contextualiza Carlos Sepúlveda.

SIETE PROYECTOS QUE DIALOGAN ENTRE SÍ 
La propuesta de esta alianza espera tener resultados al trabajar por medio de siete proyectos clave. Uno de ellos tiene que ver con el emprendimiento, el desarrollo de capacidades empresariales y la inclusión productiva. En otras palabras, en este proyecto esperan establecer analíticamente, cuantificar y analizar los factores que determinan la informalidad empresarial de tres poblaciones de microempresarios como son los recicladores, los tenderos y los negocios familiares en Colombia, para entender cómo la política pública puede
incidir en los procesos de formalización mediante la acumulación de capital social y gerencial.

En este tema ha sido clave la participación de la Fundación Avina, que bajo la batuta del profesor Andrés Felipe Ortiz, de la Universidad Minuto de Dios, ha venido caracterizando y trabajando con la población de recicladores de residuos.
 

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Andrés García, investigador de la Facultad de Economía.

A su vez, la alianza busca entender mejor cómo los trabajadores informales pueden transitar hacia mercados laborales inclusivos. En este proyecto pretenden estudiar las barreras y mecanismos sociales, institucionales y de mercado, que impiden la generación de inclusión laboral para los desempleados y trabajadores informales, y proponer intervenciones que permitan mejorar la colocación en empleos formales de alta calidad.

Pero este tipo de relaciones son impensables sin entender los contextos geográficos. En esa medida, las ciudades son vistas como escenarios para la inclusión social. Es por eso que allí, el profesor Jorge Hugo Barrientos, de la Universidad de Antioquia, y su equipo intentan comprender y caracterizar los asentamientos urbanos informales y las barreras que estos imponen sobre la inclusión social y económica.

Por esa razón, como si fueran vasos comunicantes, el entorno rural también se vuelve clave para entender las dinámicas económicas. Allí, el investigador José Leibovich, de la Federación Nacional de Cafeteros, analizará las barreras y retos para la formalización económica y social con el fin de llegar a diseñar y evaluar políticas públicas, ya que allí es fundamental incentivar la formalización en tres dimensiones relevantes: el aseguramiento de los derechos de propiedad sobre la tierra, la inclusión financiera y la actividad minera que además de informal suele ser ilegal.

Los trabadores campesinos tradicionalmente son de los más subyugados por las condiciones laborales menos óptimas: no hay gestión de la seguridad, las jornadas son más extensas de lo posible, casi no hay aportes a la seguridad social ni a la cotización de pensiones y los salarios mensuales pocas veces existen porque se paga por jornales diarios, entre otras prácticas culturales que se dan por naturales.

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El programa persigue diagnosticar, caracterizar e intervenir diferentes dimensiones de informalidad que faciliten desarrollar capacidades productivas entre los diferentes actores económicos.

Pero, si bien los ámbitos urbano y rural, más que estar en contraposición, son dimensiones dialogantes, resulta también decisivo entenderlos en el nivel macro, el campo de la institucionalidad. ¿Cuáles son esos aspectos globales sobre las causas y consecuencias de la informalidad? Los investigadores, liderados por el profesor Jesús Otero, de la Universidad del Rosario, buscan identificar y cuantificar las causas y consecuencias de la informalidad a nivel agregado. Esto también contribuirá al objetivo de diseñar recomendaciones de políticas y reformas a las instituciones que tengan un efecto significativo en términos de eficiencia y equidad.

Ahora, si bien existen contextos que influyen en las dinámicas sociales y económicas, el componente comportamental no puede ser aislado. Por esta razón, otro de los proyectos clave dentro de la alianza es el que lidera el profesor César Andrés Mantilla, de la Facultad de Economía del Rosario, que persigue la comprensión de las preferencias, normas sociales y habilidades en la informalidad; en otras palabras, responder a la pregunta de cómo funciona la mente de los agentes económicos informales.

Para la alianza, el trabajo del investigador Mantilla entenderá la conducta de personas que son clave para mover la economía informal en Colombia: tenderos, recicladores, pequeños agricultores, poblaciones vulnerables, víctimas del conflicto y hasta los miembros de las pandillas. De cada una de estas poblaciones se crearán perfiles de comportamiento específicos para obtener pistas de su exclusión o riesgo de ser excluidas de los mercados formales de trabajo y crédito.

Finalmente, y no menos importante, el último proyecto que entra en diálogo con los otros ya mencionados es el que tiene que ver con el laboratorio social, un espacio para la creación de herramientas de gestión y apropiación del conocimiento para el diseño de política pública y difusión del conocimiento científico. Aquí, con la participación del profesor Jefferson Arias, de la Universidad Minuto de Dios, se propiciarán espacios de creación, experimentación y apropiación de estrategias y metodologías que reflejen las capacidades del ecosistema para promover instrumentos de inclusión productiva y social. “Allí contaremos con el trabajo de las emisoras del Minuto de Dios para llegar con este mensaje a muchas de las comunidades en Colombia”, enfatiza el profesor Gallego.

De esta forma, como lo explica el decano Carlos Sepúlveda, se aborda el problema de la informalidad desde distintas temáticas orientadoras que, en el diálogo entre ellas, logran aproximarse a la inclusión social y productiva desde un enfoque holístico que genere soluciones efectivas, implementadas con políticas públicas que propendan por una economía más formal e inclusiva.

Así las cosas, el Rosario se convierte en el que quizá sea el principal think tank sobre informalidad y economía del comportamiento, un gran proyecto de laboratorio social que sumará las capacidades de las universidades, gremios e instituciones privadas para llegar a los territorios y comenzar a estimular la formalización de la economía.
 

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