ROMPER SILOS PARA SER INTERDISCIPLINARIOS
La innovación, para la vicerrectora, tiene que surgir no solo de las ingenierías, debe venir de cualquiera de los programas. Si bien, es cierto que se piensa crear una Facultad de Ingeniería que estaría volcada a la innovación y a fortalecer la investigación, la innovación tiene que estar presente en todos los campos de las ciencias sociales, las humanidades, las ciencias de la salud o las ciencias básicas, y, además, construirse en la idea de la interdisciplinariedad.
Un ejemplo muy claro de esto para la innovación va a ser la aparición de la Facultad de Creación para integrar los saberes como arquitectura, diseño y artes. “No es posible una siguiente fase de innovación sin estas áreas y más cuando tenemos el talento humano para lograrlo”.
Ahora, “el reto de la universidad es romper silos, promoviendo un trabajo en equipo que trascienda las unidades académicas. Es decir, una innovación en lo interdisciplinar. Las universidades no pueden ser solo la suma de sus unidades, debemos buscar que las facultades se integren más entre sí. Para ello, la institución trabaja en la construcción de puentes que permitan las relaciones ´transfacultades´, desde lo intelectual y no desde lo jerárquico ni lo burocrático”, explica Lavaux.
Obviamente, el reto es que muchos profesores sienten que es difícil el diálogo con pares de otras disciplinas, pero la Vicerrectoría ha trabajado con la idea de que, aunque hay interdisciplinariedad dentro de un solo campo, como las ciencias de la salud, por ejemplo, vale la pena preguntarse: “¿qué tal lograr interdisciplinariedad entre campos del conocimiento?”.
La virtud en este punto que puede adjudicarse el Rosario es que con la interdisciplinaridad no se quedó solo en el discurso. No solo han tenido la idea, sino que la desarrollaron. Hay temas que, por esencia, deberían ser tratados por diferentes disciplinas para que cada uno produzca conocimiento para su disciplina, pero también para la reflexión en su conjunto con campos del saber.
Siendo coherentes con ese concepto y con la convicción de que el Rosario y Colombia pueden ser referentes para el mundo en lo que se conoce como ‘lo glocal’, la universidad creó unidades académicas ‘interfacultades’ para reflexionar en conjunto. Para ello, la institución tomó los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (que son el resultado del acuerdo alcanzado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas y se componen de una Declaración, 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas) y de esos seleccionó algunos con los que la universidad creyó que podría ser pertinente aportar con su talento.