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Divulgación Científica - URosario

Ciencia y Tecnología

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Construir sobre lo construido: innovando siempre

Para la vicerrectora Stéphanie Lavaux la investigación construida de manera interdisciplinaria es uno de los pilares sobre los que debe erigirse la universidad, de cara a los próximos años, si quiere ser competitiva en el ámbito nacional e internacional.

  Fotos: Milagro Castro/Alberto Sierra/ Juan Guillermo Pérez
Por Denise Danielle Bourne


Stéphanie Lavaux camina presurosa. Sale de una reunión a otra y en todas resuelve temas estratégicos. Es la vicerrectora de la universidad más rica en historia en Colombia y, justamente por ello, la innovación tiene que abrirse camino sin que se sienta como una ruptura con esa historia de la que tan orgullosa está su comunidad académica.

Desde que en diciembre de 2014 asumió su cargo como vicerrectora en una ceremonia ante el rector José Manuel Restrepo y altos directivos de la universidad, en su discurso esta profesora de origen francés resaltó que era el inicio de una nueva etapa de grandes retos y proyectos por desarrollar en pro de la comunidad rosarista.

Para esta politóloga, que hasta 2014 se venía desempeñando como decana de la Escuela de Ciencias Humanas, la clave está en ‘construir sobre lo construido’. “Nada arrancó de cero, se parte de lo que hicieron los equipos anteriores en un proceso acumulativo. No podemos decir que el ciclo en investigación está terminado, apenas está arrancando”, afirma.

Lavaux señala que ha sido muy importante empujar una transformación sobre lo que se había hecho, sobre una madurez adquirida hasta la fecha y, sumarle a la transformación, la idea de innovación para llegar a algo distinto.

“Ha sido muy importante empujar una transformación sobre lo que se había  hecho, sobre una madurez adquirida hasta la fecha y, sumarle a la transformación, la idea  de innovación para llegar a algo distinto”: Stéphanie Lavaux.


En ese camino, un objetivo ha sido fortalecer el talento científico en la universidad en todos los niveles y para todos los miembros de la comunidad académica. Y esto se ha traducido, por ejemplo, en becas para jóvenes doctorandos (becas de investigación y asistencias graduadas). De esta manera, la universidad ha buscado formas innovadoras para seguir apoyando al talento científico profesoral mediante becas para estancias de docencia e investigación, becas para pasantías en experiencias innovadoras y becas para trabajos de campo, entre otros. En el último año se han entregado más de treinta becas. “Eso es un valor agregado tremendo que tienen pocas universidades en Colombia”, agrega.

A esto se suma la idea de atraer a nuevos talentos mediante iniciativas como el programa de profesores adjuntos, que ha servido para que se tejan lazos mucho más fuertes entre los investigadores. Asimismo, la universidad se ha transformado en sus procesos administrativos y “hoy en día nuestros profesores de carrera pueden acceder a recursos a un solo clic, por medio de un portal de servicios con un nuevo sistema de información (gestión) que les presenta diversas opciones para que desarrollen su talento e implementen sus iniciativas”.

INNOVACIÓN COMO EJE TRANSVERSAL
La segunda gran innovación, después de apoyar al talento  científico de los profesores, ha sido la de acompañar el talento y las investigaciones con una política de innovación que permita llegar a la sociedad con sus productos de ciencia básica o aplicada. “Creemos que es fundamental revertir ese conocimiento a la sociedad en forma de innovación tecnológica o social”.

El Rosario está empezando a tener una cultura de la innovación. La vicerrectora es enfática al afirmar que el conocimiento no debe quedar solo en la publicación científica, sino que debe llegar a la sociedad en forma de patentes o mediante la creación de software o de innovaciones sociales, por ejemplo.

Un caso concreto es la creación de spin offs (organizaciones que nacen de otras) para usar conocimiento científico, generado en la universidad, y convertirlo en empresas que puedan ser viables y hagan aportes muy concretos a la solución de problemas de la sociedad.

En esa vía, al Rosario le interesa apalancar hallazgos para lograr un impacto en la sociedad en los ámbitos productivo y social. “Este es un proceso que se ha venido gestando en los últimos años y poco a poco se han surtido las etapas que debían darse para tener un conjunto de fortalezas muy consolidado”, agrega.

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La Universidad del Rosario apoya el talento científico de los profesores.


ROMPER SILOS PARA SER INTERDISCIPLINARIOS
La innovación, para la vicerrectora, tiene que surgir no solo de las ingenierías, debe venir de cualquiera de los programas. Si bien, es cierto que se piensa crear una Facultad de Ingeniería que estaría volcada a la innovación y a fortalecer la investigación, la innovación tiene que estar presente en todos los campos de las ciencias sociales, las humanidades, las ciencias de la salud o las ciencias básicas, y, además, construirse en la idea de la interdisciplinariedad.

Un ejemplo muy claro de esto para la innovación va a ser la aparición de la Facultad de Creación para integrar los saberes como arquitectura, diseño y artes. “No es posible una siguiente fase de innovación sin estas áreas y más cuando tenemos el talento humano para lograrlo”.

Ahora, “el reto de la universidad es romper silos, promoviendo un trabajo en equipo que trascienda las unidades académicas. Es decir, una innovación en lo interdisciplinar. Las universidades no pueden ser solo la suma de sus unidades, debemos buscar que las facultades se integren más entre sí. Para ello, la institución trabaja en la construcción de puentes que permitan las relaciones ´transfacultades´, desde lo intelectual y no desde lo jerárquico ni lo burocrático”, explica Lavaux. 

Obviamente, el reto es que muchos profesores sienten que es difícil el diálogo con pares de otras disciplinas, pero la Vicerrectoría ha trabajado con la idea de que, aunque hay interdisciplinariedad dentro de un solo campo, como las ciencias de la salud, por ejemplo, vale la pena preguntarse: “¿qué tal lograr interdisciplinariedad entre campos del conocimiento?”.

La virtud en este punto que puede adjudicarse el Rosario es que con la interdisciplinaridad no se quedó solo en el discurso. No solo han tenido la idea, sino que la desarrollaron. Hay temas que, por esencia, deberían ser tratados por diferentes disciplinas para que cada uno produzca conocimiento para su disciplina, pero también para la reflexión en su conjunto con campos del saber.

Siendo coherentes con ese concepto y con la convicción de que el Rosario y Colombia pueden ser referentes para el mundo en lo que se conoce como ‘lo glocal’, la universidad creó unidades académicas ‘interfacultades’ para reflexionar en conjunto. Para ello, la institución tomó los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (que son el resultado del acuerdo alcanzado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas y se componen de una Declaración, 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas) y de esos seleccionó algunos con los que la universidad creyó que podría ser pertinente aportar con su talento.