La inequidad está en la agenda mundial de los países. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) han comprometido a los gobiernos en la generación de esfuerzos dirigidos a combatir problemáticas de desnutrición, analfabetismo, pobreza, distribución del ingreso, acceso a seguridad social, trabajo infantil, contaminación ambiental, equidad de género, entre otros. Gran parte de estas inequidades sociales y de competencia que afectan el bienestar de la población obedecen a la dinámica del mercado.
Una forma de mitigar estos impactos negativos es a través de la intervención del Estado por medio del diseño de políticas públicas y de regulación de los sectores. El diseño de estos programas exigen de creatividad y del concurso de diferentes disciplinas; además de ejercicios de monitoreo de indicadores y de evaluación de impacto y de resultados.