Una vez adelantado el trabajo de campo y la recolección de información, el equipo se enfocó en el análisis de los resultados relacionados con los sistemas de refrigeración y su mantenimiento de los sectores alimentarios seleccionados. “Además, consultamos expertos con más de 20 años de trabajo en el sector para tener una visión más amplia y no quedarnos únicamente con la información que nos daban las empresas”, explica la profesora.
Revelaciones útiles
Los hallazgos mostraron que los tres sectores tienen una alta dependencia del uso de sistemas de refrigeración para procesos de transformación, almacenamiento y conservación de los productos alimenticios, lo cual permite mantener sus características nutricionales, calidad e inocuidad, para así prolongar su vida útil.
De igual forma, los tres sectores vienen incrementando paulatinamente la aplicación de frío. El sector de frutas y verduras, el último en subirse al carro de estas tecnologías, puede con dichos sistemas garantizar una vida útil de entre cuatro y seis meses, lo que permite ampliar las exportaciones. "Es un tema de sofisticación y diversificación de negocio que abre muchas oportunidades a las empresas colombianas del sector", afirma Pardo.
El uso de sistemas refrigerantes de alta tecnología puede abrir a las empresas colombianas grandes oportunidades de diversificación y de exportación de sus productos; por eso es importante conocer cómo van en el tema, afirma la investigadora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, Clara Inés Pardo.
Entre los resultados más destacables del estudio está el haber identificado que los sistemas de refrigeración de los sectores cárnico y lácteo empiezan a estar obsoletos debido a que su vida útil es de unos 10 a 20 años. Lo anterior le abre una oportunidad a la Unidad Técnica de Minambiente para desarrollar campañas de información sobre la importancia de contar con sistemas de refrigeración amigables con la capa de ozono, entre otras razones porque los protocolos y la ley colombiana ya lo exigen.
Para la profesora, la falta de información sobre estos temas lleva a que la decisión de compra de las empresas la determine el precio más bajo. Pero si se concientiza a los empresarios de la importancia de mejorar sus elecciones tecnológicas en pro del ambiente y el bienestar, mostrándoles las ventajas que esta inversión tiene a mediano y largo plazo, con seguridad se lograría un avance. El estudio permite al país analizar cuál es su línea base en uso de refrigerantes que no dañan la capa de ozono, y además traza un camino para migrar al uso de refrigerantes naturales, que es ya una tendencia mundial.
En ese sentido, los investigadores consideran que con la información arrojada por el estudio el gobierno podría establecer estrategias para implementar sistemas menos contaminantes y más productivos en el proceso de la cadena de frío. Un asunto esencial para un país como Colombia, en el cual la diversidad agrícola y la capacidad de exportación son elementos claves para el desarrollo y el crecimiento económico en las zonas rurales.
Según la (UTO) de Minambiente, los hallazgos promueven que el sector de alimentos sea un aliado estratégico para continuar avanzando en los objetivos de país frente al Protocolo de Montreal. Hasta el momento, le ha permitido realizar varios acercamientos y actividades de sensibilización con los gremios de la industria avícola (Fenavi) y la porcina (Porkolombia), en los que se resalta la importancia del cuidado de la capa de ozono y el cumplimiento de los compromisos.
“Quisiera seguir trabajando en la concientización de las empresas, no solo de estos tres sectores, sino de otros que pueden entrar a incidir en el uso de refrigerantes. Uno como investigador siempre tiene más inquietudes. Es un tema que debería seguir, y al Minambiente le gustó mucho la metodología y la forma de trabajo. Estoy convencida de que buscar aliados para este tipo de proyectos, que son de carácter nacional, es de gran utilidad para Colombia y su posicionamiento ante el mundo”, concluye Pardo.