En Colombia se aplica cabalmente el dicho que dice que ‘la justicia cojea, pero llega’. Y ‘cojea’ porque, por múltiples motivos, nuestro sistema judicial está congestionado. Recientemente, la presidenta de la Corte Constitucional, Gloria Estela Ortiz, dio el siguiente dato: entre 2015 y 2019, en promedio, por cada año se están presentando 610.000 acciones de tutela en el país, esto significa que más o menos se interponen unas 1.670 tutelas diarias, muchas en torno al derecho a la salud.
Siendo el Derecho un área donde priman los dilemas éticos, diferentes perspectivas sobre un hecho, la discusión y las subjetividades, en suma, prima ‘lo humano ¿tiene la inteligencia artificial (IA) cabida para ayudar a descongestionar nuestro sistema judicial? Sí. Así lo afirma el abogado y profesor de la Universidad del Rosario, Grenfieth Sierra Cadena, quien señala que los nuevos abogados del país deben estar mucho más preparados para interactuar con la tecnología, los algoritmos, las matemáticas y, en general, el lenguaje de la programación.
Sierra, ex director y miembro del grupo de investigación en Derecho Público, lidera el proyecto: ‘Ciudades inteligentes y derecho público’, que promete repensar la manera en que se resuelven las tutelas en el país. “El derecho se pensaba alejado de las tecnologías; sin embargo, la Big Data, el blockchain, la IA y el machine learning están transformando de formas disruptivas el Derecho”, dice el académico.
Dentro de su grupo de investigación, el profesor Sierra viene generando una serie de reflexiones en torno a los usos de estas tecnologías y su impacto en el Derecho. Para este abogado: “El principal reto no es el desarrollo de la tecnología, porque ya está ahí, sino un cambio de paradigma de cómo el operador jurídico debe asumirla en su labor diaria conduciendo a su aprovechamiento, sin perder de vista el establecimiento de límites éticos, jurídicos y democráticos”.
Y continúa: “El reto es formar una nueva generación de abogados, una especie de cyborg, una simbiosis entre jurista e ingeniero y matemático. Los nuevos abogados deben tener la capacidad de hacer análisis jurídico de fondo con criterios sólidos, humanistas, objetivos, constitucionales, con toda la dogmática jurídica. Pero, al mismo tiempo, deben tener la capacidad de entender la construcción de la programación, de las arquitecturas informáticas y algorítmicas”, señala el profesor Grenfieth Sierra.