Una manera de encontrarse con el latín a cada paso es estudiar Derecho (o Jurisprudencia, usando otra palabra latina). El caso de hoy es una frase, amicus curiae, cuyo significado está al alcance de cualquier alumno de Latín básico. Magnífico grabado del Corpus iuris civilis, edición elzeviriana de 1663 (E22N042). Hay que mirar, sin embargo, uno de sus elementos, pues curia tiene ecos eclesiásticos. Consultando el Diccionario latino, tenemos que curia era una división del pueblo romano, un edificio donde se celebraban oficios religiosos, el lugar de reunión del Senado y el mismo cuerpo. En la Edad Media, toma los sentidos de "corte de un príncipe" y "tribunal judicial" (Corominas). Cuando lleva el adjetivo "romana", así la define el Diccionario de la lengua española: "Conjunto de las congregaciones y tribunales que existen en la corte del pontífice romano para el gobierno de la Iglesia católica". Amicus curiae significa, llanamente, "amigo de la corte, del tribunal", en referencia a la persona que colabora en un litigio, sin ser parte de él, con un concepto que ayude a resolver un caso de interés público. Para hacerse una mejor idea del funcionamiento de dicho mecanismo, recomendamos consultar la página del Grupo de Acciones Públicas, de la Universidad del Rosario.